Crédito: Corcudec
El último capítulo del ciclo Pop&Rock de Corcudec contó con una interesante invitada, Camila Cárdenas del proyecto “Casi Lola”, cantante que dejó el mundo de lo docto para entregar su talento en lo popular y folclórico.
Comenzó tocando el violonchelo a los 7 años, aproximadamente, en la Orquesta de la Escuela San Luis de Contulmo, donde nació. “En ese momento estaban creando una nueva generación y pasó una profesora buscando alguien que tocara violín. En mi casa me retaron porque me metía en todo y no tenía tiempo para estar en más talleres”, recuerda. Finalmente se inscribieron tantos niños que, tras una reunión de apoderados, quedó fuera porque sus padres no
pudieron asistir. No obstante, su maestra le guardó un cupo para violonchelo.
“El propósito de este ciclo ha sido desde sus inicios otorgar una vitrina a las bandas y solistas emergentes de la Región del Biobío. Y de esta manera poner el escenario del Teatro UdeC a disposición para que ellos puedan mostrar su trabajo y creatividad musical” destaca Julio Gaete, encargado de programación de Corcudec.
Si bien, tras años de estudios, dejó el mundo docto para entrar al mundo popular, está retomando el chelo para incluirlo en su proyecto actual. “Me gustaría que estuviera presente, quizás no todo el rato, pero sí un momento”, detalló.
“Tuve la convicción”
Comenta además que el entorno de Contulmo y la música que la rodeó tuvo una gran influencia en su vida. Un día tomó una guitarra y comenzó a cantar; luego, con 12 años, se presentó en actividades del colegio “sin mucha fe, porque uno tiende a tirarse para abajo, pero a la gente le gustaba”, detalló sobre sus inicios. También se dedicó a tocar el violonchelo en una iglesia evangélica, lo que le sirvió para dejar de lado las partituras y acercarse a la improvisación.
Continuar su carrera con una guitarra fue la decisión que le permitió independizar su música, porque así “puedo pararme en cualquier parte” y no depender de un grupo, explicó. Sobre su camino en la música, dice que siempre fue su destino porque “tuve la convicción”, aseguró.
Terminado el colegio, se tomó un año para analizar sus posibilidades y buscar cómo cumplir su sueño. Fue en 2014 cuando audicionó en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica, donde obtuvo gratuidad y becas para estudiar. Estuvo un año en la educación superior, cuando decidió optar otro rumbo: dejó la carrera de
interpretación con mención en violonchelo y se dedicó a cantar de manera profesional.
“Soy bien impulsiva, pensé en el futuro y no estaba feliz en lo que estaba haciendo”, reflexionó sobre esta decisión y el acercamiento a su actual estilo de folclore latinoamericano, jazz y bossa nova. “En la casa de mi abuelo crecí escuchando a Violeta (Parra), (…) luego conocí otros géneros”, contó. “Yo no planeo nada, dejo que las cosas sigan su curso natural”, reveló acerca de sus canciones y su proceso de creación.
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