Crédito: Dirección de Comunicaciones UdeC
La seguridad social de nuestro país está gravemente amenazada. Y nuestra clase política no está haciendo nada, a pesar de lo evidente que es el problema. Debemos presionar para que se cree un “Fondo F” ahora.
En medio del confinamiento en el que nos tiene el Covid-19, de lo impresionados y nerviosos que estamos por el brutal impacto que está teniendo en Italia y España, especialmente entre los adultos mayores, me preguntaba cuántos chilenos han mirado qué ha estado pasando con sus ahorros previsionales.
En efecto, Guido Lorenzini, en una entrevista dada en El Mercurio de Santiago, en la sección Economía y Negocios (22 de marzo), explica que entre el 19 y el 20 de febrero del presente, el Dow Jones, la principal bolsa de EE.UU., se desplomó brutalmente en un -34,6%, siendo una caída más rápida que la provocada en el inicio de la Gran Depresión de 1929.
La diversificación global de las AFP, llevó a que su Fondo A, el más riesgoso, retrocediera en un -24,4%. Sin embargo, por ley podrían haber bajado las acciones de este fondo desde un 80% a un 40% (haciéndolo equivalente a un Fondo C), perdiendo un -12,7% en vez de un -24,3%. Es decir, las AFP no disminuyeron el riesgo de pérdida del Fondo A. En el mismo periodo, las pérdidas de los demás fondos, dependiendo de las AFP fueron: Fondo B, entre -18,5% y -19,3%; Fondo C, entre -12,2% y -13,1%; Fondo D, entre -6,56% y -7,34%. En esta pasada, el Fondo E, supuestamente menos riesgoso, igualmente perdió, entre un -3,07% y un -4,19%. Esta caída se suma a las pérdidas por un -11% que tuvo este último fondo entre el 10 de octubre y el 15 de noviembre de 2019.
Guido Lorenzini, observando el comportamiento global del sistema de AFP en los últimos cinco meses, asegura que este fondo podría volver a desplomarse. En el presente sugiere que tengamos nuestros ahorros en el Fondo E, pero hay que estar atentos a sus próximas sugerencias.
Las pérdidas implicadas hasta ahora en nuestros ahorros previsionales suman $ 48.081.600.000.000 (Cuarenta y ocho billones ochenta y un mil seiscientos millones de pesos). Para que tengan una idea, el último cómputo de la Teletón 2018 fue de $37.954.551.757 (Treinta y siete mil novecientos cincuenta y cuatro millones quinientos cincuenta y un mil setecientos cincuenta y siete pesos), es decir, las pérdidas han sido equivalentes a 1.206 teletones.
Pero eso no es lo peor, Lorenzini explica que los riesgos que la actual crisis sea superior a la de 1929 son de un 80%. En ese escenario, las pérdidas del Fondo A podrían llegar a ser de un -77% y las del Fondo E de un -30%.
El principio fundamental de todo sistema de seguridad social público, es velar porque los ahorros de su población activa se conserven y acrecienten, porque como lo dice el mismo concepto, se trata de un sistema de seguridad, en que las personas deberían sentirse protegidas y tranquilas. Otro principio es el de la solidaridad. Un porcentaje de lo que ahorramos todos debería ser para un fondo común.
Nuestro actual sistema de AFP no cumple con ninguno de esos dos principios básicos. En primer lugar, nuestros ahorros están al vaivén de la “montaña rusa” del mercado. Patético es el caso de un docente de Puerto Montt, que, debido a las pérdidas ya explicadas, en noviembre del año pasado, ad portasde jubilar, y teniendo sus ahorros en el Fondo E —el fondo “menos riesgoso”— perdió $10.000.000 en 60 días. Es evidente que las AFP no son un sistema de seguridad social, sino una fuente de inseguridad. Por su puesto, el sistema actual tampoco es solidario: es un sistema de ahorro individual.
Hay un tercer principio que debe sostener cualquier sistema de seguridad social: el bien común de sus asociados. Es decir, la administración de los fondos de pensiones representa una gran responsabilidad, porque en la mayoría de los casos, se trata de los principales ahorros que llega a generar una persona en vida. Por lo tanto, deben ser protegidos. Pero nuestro actual sistema de AFP es totalmente impersonal, nuestros fondos están abandonados a la histeria de las bolsas; nuestra capacidad de tomar decisiones no va más allá de elegir la AFP que, según el ranking de la superintendencia, es la que mejor ha administrado los recursos (en este caso, la que menos pérdidas ha tenido). A su vez, las AFP no están reduciendo el riesgo de nuestros ahorros según las facultades que les otorga la ley. Desde el 2008, aumentaron además el riesgo del Fondo E, lo que es indignante.
Necesitamos tomar medidas urgentes, tan urgentes como las del combate al coronavirus. Y necesitamos que la clase política esté a la altura. No tienen excusas, esto es tan grave o más que la expansión de la epidemia.
Creo que hay que seguir los consejos que ha dado Lorenzini, que ha liderado al equipo de expertos que más preocupado ha estado de cuidar nuestros fondos previsionales. Incluso viajó desde Londres a Chile por tres días, para realizar una explicación sobre la reforma previsional al Senado. Lorenzini propone crear un “Fondo F”, que invierta en depósitos a plazo, por lo que siempre tendrá ganancias. Las personas que están ad portasde jubilar deberían tener sus recursos en ese fondo, pero también todo cotizante que quiera cuidar sus ahorros. En el Perú ya lo hicieron, se llama “Fondo 0”.
Luego vienen las medidas de mediano y largo plazo. En el presente, la actual reforma al sistema de pensiones que, por supuesto no termina con las AFP, no cambia los incentivos para disminuir los riesgos.
Siguiendo el ejemplo de otros países, una buena alternativa sería contar con un sistema público de previsión social, que se complementara con el privado. Este sistema debería descansar en los impuestos, pero debería hacerse una estimación real de lo que se necesita ahorrar para tener una vejez tranquila, en un contexto en donde la salud pública debería ser totalmente gratuita y estar garantizada. Pero el sistema público debiese ser el más importante. Este sistema tiene que ser solidario.
Por su parte, el sistema de ahorro previsional privado debiese estar enfocado en el principio de la seguridad social. Es decir, que las personas se sientan seguras y tranquilas que están ahorrando para su vejez y que esos dineros están a resguardo. Pero a su vez, si con ellos quieren hacer alguna inversión que vaya en beneficio de la seguridad del asociado, adelante: por ejemplo, la compra de un bien raíz; esto es, los ahorros deberían ser de libre disposición, como es el caso de Australia.
La seguridad social de nuestro país está gravemente amenazada. Y nuestra clase política no está haciendo nada, a pesar de lo evidente que es el problema. Debemos presionar para que se cree un “Fondo F” ahora. Luego debemos cambiar el sistema previsional, pero partamos protegiendo los ahorros de nuestro trabajo ipso facto.
Columnista(s)
Dr. Fernando Venegas Espinoza
Académico del Departamento de Historia de la Universidad de Concepción.
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