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Como elemento introductorio, hoy se reconoce que las emociones son muy importantes, ya que nos motivan a realizar acciones y, finalmente, a sobrevivir.
Como elemento introductorio, hoy se reconoce que las emociones son muy importantes, ya que nos motivan a realizar acciones y, finalmente, a sobrevivir. Las emociones, cuando no reguladas, también nos pueden producir alteraciones en la salud, tanto física como psíquica.
El miedo, también conocido como temor, es una de las emociones radicadas en el cerebro caracterizada por una sensación, generalmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o pasado. Por ejemplo, nos puede producir miedo la oscuridad, aviones, arañas y también el desorden social. Además, una situación extrema de amenaza a la integridad nos puede causar grandes cambios en el cerebro, por lo que la experiencia se revive una y otra vez, con resultados desastrosos para nuestro diario vivir.
Complicando más el escenario, en ocasiones nuestro cerebro no interpreta bien la señal, y sobre explota con un miedo intenso, en una situación que no está asociada a una respuesta concreta de sobrevivencia.
El sistema nervioso, precisamente el cerebro, es capaz de procesar información, para luego generar respuestas, tanto externas como internas. Por ejemplo, si algo produce miedo, uno se aleja y experimentamos una sensación desagradable, todo lo anterior correspondiendo a lo que llamamos emoción.
¿Qué es el miedo? El sistema nervioso, además de tener una estructura, funciona con reacciones químicas y eléctricas. Cada vez que experimentamos una sensación, buena o mala, las moléculas en nuestro cerebro se activan, cambiando el estado de las emociones y otros procesos cerebrales, como el miedo. Un ejemplo más fácil de entender es explicar cómo procesamos y experimentamos el dolor. Daño intenso a un tejido del cuerpo nos hace retorcer, vomitar, gritar, por ejemplo. Todo eso sucede porque un grupo de fibras nerviosas empiezan a enviar señales eléctricas y químicas al cerebro. ¿Cómo esa señal física se convierte en una experiencia dolorosa?, solo ahora se está conociendo, gracias a investigaciones neurocientíficas.
Mucho menos se sabe de cómo el cerebro genera la emoción de miedo, o temor. Lo más probable es que el aumento de actividad eléctrica en regiones internas del cerebro, activan el cerebro en forma generalizada, generando activación de regiones antagónicas al placer, estas regiones también activan la vigilia cerebral, causando estrés y perdida en los controles de la conciencia, lo que nos diferencia de animales más básicos. Es aquí donde se produce el problema mayor y explica la explosión que hemos vivido las últimas semanas. Activación del sistema de vigilia del cerebro puede producir estrés, que cuando no se regula, lleva a sentir miedo, y eventualmente un ataque de pánico.
Desde que nacemos, seguramente antes, nuestra vida está guiada para aumentar el placer y disminuir el dolor (temor), emociones universales que se procesan en el cerebro. Es por eso, que las motivaciones animales básicas como beber agua, comer alimentos y reproducirnos son tan importantes en nuestras vidas. De esas se han derivado otras más secundarias y refinadas que fomentan las más básicas; mantención del estado actual, motivaciones personales intrínsecas, como autonomía y externas como la recompensa a las ganancias financieras, educación universitaria. Finalmente, es importante el sentido de permanencia en el grupo o la Sociedad como motivación social.
Al final lo que el cerebro busca inconscientemente o no, es sobrevivir. En el mundo actual, en Chile, se sobrevive mejor si se posee fortuna creada o heredada o por contacto social. Este esquema debe cambiar. Además, para impulsar cambios que lleven a una paz social duradera, debemos ser capaces de reconocer que existen dos elementos críticos: 1) Al realizar cambios debemos reconocer la dignidad humana inherente en cada uno de nosotros, es decir el respeto, 2) Necesidad de entender que conocimientos previos, educación, familia, etc., son importantes para lograr los objetivos propuestos. Bajo esas condiciones no deberíamos tener problemas realizando cambios y logrando paz Social en Chile.
Aproximación neurocientífica para el momento que está viviendo Chile
El diagnostico social en Chile, desde siempre en la historia del país, habla sobre la precariedad, la fragilidad, la limitada falta de agentes protectores ante diversas situaciones. En la actualidad, todos estos factores se potencian aún más con índices de salud mental bajos; problemas de ansiedad, estrés, alcoholismo, uso de fármacos antidepresivos y ansiolíticos.
En suma, estos elementos contribuyen a estados emocionales delicados, aumentando el temor y miedos a los eventos que nos rodean. Las sociedades más avanzadas se han protegido a través de dos elementos estratégicos: inversiones en educación y salud. Es por eso por lo que partes importantes de los presupuestos de estos países se han utilizado en estos ítems. Los temas que producen miedo, estrés y pánico durante nuestras vidas son varios y se pueden reconocer las siguientes en cualquier parte del mundo, y especialmente en Chile:
Criar, independiente de la naturaleza del núcleo familiar, el nacimiento de un nuevo miembro de la familia siempre está acompañado de nuevo estrés; poder proveer nutrición de calidad, cuidados de salud, educación y formación moral. Como sociedad debemos generar los mecanismos para reducir los temores asociado a esta importante actividad.
- Enfermar, cuando algunos de los sistemas corporales se deterioran y las enfermedades aparecen, es necesario contar con recursos médicos y tecnológicos de calidad para resolver la enfermedad. La ansiedad de conocer que una enfermedad nos puede llevar por caminos desastrosos, incluido celeridad de atenciones, costos, etc., debe ser resuelta con políticas claras de fomento de la salud y resolución de enfermedades. Los sectores públicos y privados deben conjugarse para esto.
- Envejecer, las expectativas de vida han mejorado en los últimos 100 años, de 30 años ha aumentado a más de 80 años. Esto ha traído aparejado una demanda por múltiples servicios para esta población que envejece. Nuestra sociedad debe prepararse, aunque el problema está aquí ahora, para cubrir estas nuevas necesidades urgentes.
- Inseguridad, deben reconocerse todos los factores que produce inseguridad personal y social. Para esto deben tenerse claro los mecanismos que aumentan la participación de los ciudadanos y ciudadanas para buscar soluciones que aumenten la seguridad de vivir en Chile. La seguridad nos dará un estado mental que contribuya aún más a la “felicidad cerebral “si la podemos llamar así. Por lo que conocer qué determina y cómo se fomenta la salud mental es fundamental.
Columnista(s)
Dr. Luis Aguayo Hernández
Premio Municipal de Ciencias
Neurocientífico Facultad de Ciencias Biológicas
Universidad de Concepción
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