Claire Banks, ilustradora botánica: “Es un trabajo riguroso, pero saber que contribuyes a la conservación lo hace muy gratificante"
Crédito: Ilustración de Claire Banks.
La profesional del Real Jardín Botánico de Edimburgo, quien visitará la UdeC para impartir un curso que completó sus cupos rápidamente, destaca la vigencia de esta disciplina y de las formas de hacer más tradicionales que hoy conviven con las nuevas tecnologías.
Su primer amor en el reino de las plantas fueron los claveles, que la cautivaron por su aroma y variedad de colores cuando era una niña. Este es quizá el punto de partida de la fascinación de Claire Banks por la vida vegetal, a la que conoce de cerca como licenciada en Medicina Herbal y como ilustradora botánica.
La profesional del Real Jardín Botánico de Edimburgo (RBGE) en Escocia, estará en la UdeC del 22 al 24 de abril para compartir sus conocimientos en un curso de ilustración científica, que forma parte de las actividades de los 100 años Herbario de la UdeC que custodia la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas (FCNO).
Los cupos se llenaron rápidamente, mostrando el creciente interés por esta disciplina que atrae cada vez más a profesionales del mundo científico que ven en ella un complemento a su formación.
“Es una lástima que haya más gente interesada que plazas en el curso. Desafortunadamente, tengo que volar a casa justo después de que termine la clase en Concepción y no hay planes de impartir más cursos por el momento. Hay que ver cómo funciona éste y si habría interés en el futuro. ¡Quién sabe!”, dice desde Edimburgo, comentando que este viaje será muy interesante para ella por tratarse de su primera vez en el país.
Claire Banks recuerda que empezó a dibujar plantas como una forma de mejorar su aprendizaje de la Materia Médica (farmacología) de las plantas nativas británicas mientras estudiaba Medicina Herbal.
Antes de eso se había titulado en Bellas Artes, área en la que profundizó con un máster en el Edinburgh College of Art, especializándose en dibujo y pintura. “Mis dos mundos encajaban perfectamente al trabajar como artista botánica”, afirma.
Buscando desempeñarse como ilustradora envió algunos de sus dibujos al RBGE preguntando si había alguna oportunidad de trabajo allí “La respuesta fue sí, pero no de inmediato. Pasó más de un año hasta que me ofrecieron mi primer trabajo ilustrando el género Aframomum (al que pertenece, por ejemplo, el cardamomo). Eso fue en 2009 y nunca he dejado de dibujar desde entonces; mi rol ahora se ha expandido para a la enseñanza (en ilustración) e investigación”.
En su trabajo en el RBGE ha creado registros visuales de especies de plantas de más de 25 familias, que han sido publicadas en floras, guías de campos, claves de identificación y publicaciones especializadas, siendo distinguida en 2015 con la medalla a la ilustración botánica de la Sociedad Linneana de Londres.
¿Cuál es la importancia de la ilustración científica y por qué permanece en un mundo donde tienes muchas formas de conocer un animal o una planta?
La ilustración científica sigue siendo muy importante. Aunque mucha información sobre el mundo natural ahora está disponible digitalmente, todavía se descubren muchas especies nuevas, y muchas más están por descubrirse.
Una ilustración científica es una imagen que se enfoca explícitamente en los detalles que diferencian una especie de otra para explicar claramente qué es lo que la hace diferente. Son los registros visuales que acompañan la descripción científica que está en palabras. El trabajo de un ilustrador científico hábil es ser capaz de interpretar las plantas para describir estas diferencias y explicarlas visualmente. Esta información puede ser más clara en una ilustración que en una fotografía, ya que el ilustrador puede aplicar su juicio para resaltar ciertos caracteres, pero siempre manteniendo la fidelidad del objeto.
¿Tienes un grupo favorito de plantas?
La respuesta breve es que no tengo uno, ya que hay tantas plantas increíbles y tantas razones para amarlas. La respuesta más larga es que esta es una pregunta muy difícil, porque tengo muchos favoritos por muchas razones diferentes.
Una de mis favoritas es Galium aparine (amor del hortelano o azotalenguas). Es una maleza común con la que juegan los niños, ya que los pequeños ganchos en ella se adhieren a su ropa, pero no mucha gente se da cuenta de que es una buena hierba para fortalecer el sistema inmunológico y que es comestible.
La primera planta de la que me enamoré de niña fue Dianthus caryophyllus (clavel) por su aroma y colores; me gusta llevar algodón y me encanta comer frutas y verduras. Y, por supuesto, todos dependemos de las plantas para mantener el oxígeno en nuestra atmósfera. Como artista, creo que todas las plantas son visualmente interesantes.
Últimamente se ha visto un aumento en el interés por la ilustración en general y en la del campo científico también ¿es esta área un buen camino de desarrollo para profesionales del área biológica?
Ahora más que nunca, con tantas amenazas para nuestro medio ambiente debido al cambio climático y la pérdida de hábitat, es necesario comunicar sobre la naturaleza. Afortunadamente, organizaciones como Fundación Chilco -que participa de la organización de su curso- están comprometidas con registrar, mantener y restaurar ecosistemas y desarrollar programas de educación pública. Esto es vital ya que más población global vive en entornos urbanos y las personas se están desconectando de la naturaleza, sin darse cuenta del impacto de sus acciones en ella.
En este contexto, la ilustración es valiosa ya que las comunicaciones visuales pueden superar las barreras del idioma y hacer que la información sea más accesible a nivel global. Para entender nuestro entorno, debemos saber qué hay allí, y hacer un registro visual de una nueva especie, la primera vez que es reconocida por la ciencia, es un privilegio.
Otra forma importante en la que la ilustración científica puede contribuir a la conservación es mostrar lo que está presente en un área, incluso si ya ha sido descrito anteriormente, mediante la ilustración de floras y guías de campo.
Ser un ilustrador científico es un trabajo riguroso, pero saber que estás contribuyendo a la conservación lo hace muy gratificante.
¿Cómo ves la evolución de la ilustración con la llegada de las nuevas tecnologías?
La ilustración científica ha evolucionado a lo largo de la historia en respuesta al aumento del entendimiento científico y los avances tecnológicos. Ahora estamos en un período de cambio tecnológico importante. Sin embargo, ya sea que finalices la ilustración entintando a mano o escaneando y usando un programa de ilustración digital, ambas requerirán los dibujos de ‘información’ iniciales.
Para mí, estos dibujos de ‘información’, cuando se dedica tiempo a comprender la planta a través de una observación cercana y precisa, son el corazón de la ilustración científica, sin importar el método que se utilice para preparar la ilustración final para su publicación.
En el curso aprenderemos sobre el entintado a mano; pero los principios generales que rigen esto serán valiosos y transferibles a métodos de ilustración digital.
¿Cuáles son tus expectativas sobre este curso? ¿Qué vas a compartir con los asistentes?
Para mí, la alegría de este trabajo es la oportunidad de pasar tiempo en una observación cercana de la naturaleza y poder comunicar visualmente las cosas increíbles que estoy viendo.
Durante el curso, veremos cómo dibujar estructuras complejas con precisión y claridad, y cómo organizar esta información de manera que mejore la comprensión.
Espero que los estudiantes primero experimenten el valor de pasar tiempo con una planta. Eso puede decirte mucho. Pero lo que espero es que se lleven un conocimiento de los procesos de hacer una ilustración científica, lo cual será valioso si alguna vez hacen una por su cuenta o si encargan un trabajo.
En su faceta de investigadora, Banks participa en un proyecto multidisciplinario que mezcla historia del arte y de la ciencia y de las técnicas artísticas usadas en el pasado con el fin de recuperar el aporte de los artistas indios que trabajaron para naturalistas europeos en el sur de Asia a fines del siglo XVIII y principios del XIX.
La artista anota que la contribución de los naturalistas ha sido bien investigada y registrada, no así la de los ilustradores.
“Siempre me han fascinado las hermosas ilustraciones que acompañan las descripciones de plantas y animales. Hay miles de estas ilustraciones, y sin embargo, se sabe muy poco sobre quién las hizo y cómo se hicieron. Estos registros visuales son muy importantes ya que en algunos casos, el ejemplar del que fueron hechos se ha perdido, por lo que los dibujos se convierten en el ejemplar tipo, el ejemplar del que se hizo el primer registro científico”.
De acuerdo a la ilustradora, al profundizar en la materialidad de estas ilustraciones se abren caminos para la conservación y la preservación de estas obras de patrimonio cultural para las generaciones futuras. Al mismo tiempo, dice, permitirá reevaluar el aporte -subestimado aún- de los artistas indios a la historia de la ciencia y el lugar que ocupan estas obras en la historia del arte en India, además de introducir matices a las interpretaciones actuales en este tema.
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