Uno de los principales efectos que tuvo la pandemia en estudiantes de educación básica fue el retraso en la lectoescritura. Según el Simce de 2024, más del 50% de los estudiantes de 4º básico no han adquirido las habilidades y los conocimientos básicos en lectura estipulados para su nivel, lo que evidencia la urgencia por resolver esta problemática.
A lo anterior se le suman la cantidad de estímulos visuales que existen y que inhiben la capacidad de concentración y focalización en el aprendizaje lector, por lo que se hace cada vez más urgente implementar nuevos métodos que reviertan las cifras, explicó la Decana de la Facultad de Educación, Dra. Carla Barría Cisterna.
“Durante la pandemia la docencia se realizó de manera telemática, pero la brecha de conectividad -que aún persiste- impidió que todos los niños y niñas pudieran avanzar en su proceso lectoescritor, acompañados por sus profesores que están capacitados para con metodologías probadas para este aprendizaje”, explicó.
Es en la búsqueda de estos nuevos métodos la Fundación Rassmuss presentó a estudiantes y cuerpo académico de la Facultad de Educación Alfadeca, un método de enseñanza multisensorial de la lectoescritura basado en la neurociencia que tiene por objetivo que todos los niños y niñas al finalizar segundo básico lean comprensivamente.
La charla fue dictada por Alix Anson, la creadora de esta metodología que está presenten en 92 escuelas de siete regiones del país.
Con respecto a la importancia de fortalecer la lectura desde la primera infancia, Anson dijo que “muchas veces los dos padres trabajan y no tienen tanto tiempo para conversar en casa, para leer libros a sus hijos/as. Y la investigación nos dice que, si un niño/a entra en la escuela y nadie lee libros en casa, tendrán un vocablo mucho más reducido. Y, si las familias pueden leer una vez solamente a la semana un libro, el niño/a tendrá trece veces más palabras escuchadas, y si pueden leer cada día un libro, tendrá 63 veces más palabras escuchadas al momento de entrar a la escuela con cinco años”.
El método Alfadeca
El método Alfadeca es un sistema de enseñanza de la lectoescritura multisensorial, basado en la neurociencia, que busca fortalecer la arquitectura cerebral de los estudiantes para que todos los niños y niñas aprendan a leer comprensivamente al finalizar segundo básico.
Implementado por la Fundación Rassmuss en escuelas públicas de Chile con alto índice de vulnerabilidad, este método no solo se enfoca en los alumnos, sino que también busca instalar prácticas docentes efectivas y una cultura de mejora continua en las comunidades educativas.
Para lograr sus objetivos, Alfadeca utiliza herramientas innovadoras que combinan la memoria visual, auditiva y el movimiento. Entre sus técnicas destaca el uso de un alfabeto propio en el que la forma que la imagen coincide con la letra, facilitando la conectividad cerebral. Además, emplea un código de color —rojo para las vocales y azul para las consonantes— que simplifica el aprendizaje de la silabificación.
El programa está diseñado para que los estudiantes conozcan todas las letras del abecedario durante el primer semestre de 1° básico, introduciendo dos letras y diez palabras de alta frecuencia cada semana. Este enfoque, que cubre el 100% del currículo de Lenguaje del Ministerio de Educación, permite construir rápidamente una base sólida para alcanzar la fluidez y la comprensión lectora.
En esa línea, la Decana Barría enfatizó que “es importante conocer los métodos recientes, sobre todo los que vienen de autoras con experiencia real en el aula. Este método de Alix Anson fue desarrollado aquí mismo en Chile, en escuelas vulnerables de la Región Metropolitana. Por eso, hoy colabora con los profesores como lo que es: una herramienta más de todas las que ellos ya tienen para poder apoyar el aprendizaje de la lectoescritura».
El impacto de lo lúdico
Durante la presentación, Anson motivó a las y los asistentes a fortalecer los aspectos lúdicos de las clases, ya que de esta manera el cerebro retiene más información, sobre todo en etapas tempranas de la vida.
“Al momento de hacer algo lúdico, esto tiene el doble de impacto. Entonces, hay muchas cosas que se puede hacer fácilmente en el aula, sin recursos, con las manos, con los gestos, con canciones, con ritmos, con pasos y lo que hemos mostrado hoy son unas cuantas formas de hacerlo, pero hay montón más. Lo ideal es combinar lo divertido con un sistema. Si hay sistema y después hay momentos multisensoriales y lúdicos, eso es la combinación perfecta para el aprendizaje”, explicó.
La también profesora indicó que estas técnicas no solo se aplican bien a la lectoescritura, sino también a otras áreas como las matemáticas, la música o la ciencia.
«Muchas de las habilidades que practicamos con los profesores se pueden llevar a matemáticas, a ciencias o a cualquier momento, porque en el fondo se trata de cómo ganar la participación de todos y cómo crear vínculos que queden guardados en la memoria para siempre. Esa es la parte interesante. Si además puedes hacerlo a modo de juego, tampoco parece trabajo y a los/as estudiantes les encanta. Es una buena manera, pero siempre con un sistema detrás; no un simple juego sin conexión, sino uno que tenga que ver realmente con el objetivo de la clase», cerró.