Admisión: Más de 1.200 estudiantes de primer año provienen de regiones distintas a Biobío y Ñuble
Crédito: Esteban Paredes Drake
El 25% de los y las matriculadas este año en la UdeC provienen de una región distinta a Biobío y Ñuble. Para ellos, el cambio no es solo de establecimiento, sino que también de ciudad y muchas veces, de estilo de vida.
Constanza Sánchez Urrutia llegó desde Punta Arenas a estudiar Kinesiología. Para ella, Concepción era su primera alternativa, tanto porque le gustaba la ciudad como por la Universidad. Respecto a la carrera, hasta tercero medio quería estudiar Ingeniería Civil Biomédica, pero en los últimos años comenzó a descubrir que ser kinesióloga le permitiría llevar un estilo de vida más de acuerdo con sus aspiraciones. “La UdeC fue la única universidad que inscribí. Sobre mi carrera, yo soy deportista desde los seis años. He tenido lesiones y he visto que los kinesiólogos tienen una relación más cercana con sus pacientes. Me han preguntado por qué no estudié Medicina y es porque la considero una profesión más fría en ese sentido, comparada con la Kinesiología”.
Constanza Sánchez, estudiante de Kinesiología/Esteban Paredes D.
Acerca de su llegada a Concepción, asegura que fue un aterrizaje amable. “Me gusta la ciudad y me siento muy cómoda, incluso más que en Punta Arenas, porque era algo que quería hacer”. Constanza tiene familiares en Chiguayante y Chillán, y sus primas ya le habían mostrado el campus. “Ya me había gustado de vista y por la infraestructura”.
A dos semanas del inicio de clases, ya tiene amistades y se está acostumbrando al horario. “Me gusta esta libertad, tener tiempos entre clases que puedes aprovechar para estudiar y tener la tarde más libre, poder organizarme”. Aunque está lejos de su casa, señala que su familia siempre supo que ella se iría a estudiar a otra ciudad, y que al ser profesionales entienden que tuviera que emigrar. Ella es la hermana mayor y por lo mismo, la primera que sale del hogar para desarrollar sus estudios.
Así como ella, este año fueron 1.269 estudiantes los que migraron hacia las regiones de Biobío y Ñuble, para estudiar en alguno de los tres campus de la Universidad de Concepción. Los datos, entregados por la Unidad de Admisión y Registro Académico Estudiantil (Udarae) indican que, para este año, fueron 5.070 estudiantes matriculados en alguna de las carreras de pregrado. De ellos, un total de 5.063 cuentan con el dato de la región de origen.
A partir de esa cifra, es posible señalar que el grueso de los y las matriculadas provienen de las regiones de Biobío y Ñuble, (un 59,5% y un 15,5% de la matrícula respectivamente). Luego le sigue la Región Metropolitana con un 5,9% del total. En el otro extremo, las regiones con menor número de estudiantes fueron las de Arica y Parinacota, Magallanes y Antártica Chilena y Atacama, con 30, 24 y 22 personas, respectivamente.
Nuevas experiencias
Para los y las estudiantes que vienen de regiones extremas del país, no solo se trata de ubicarse en una nueva ciudad, sino que también deben pasar por un proceso de aclimatación, debido a las diferencias en las condiciones meteorológicas y de paisaje natural. Así lo cuenta Felipe Aguila Bórquez, quien ingresó este año a Biología. Viene de Cochrane, Región de Aysén, una ciudad con apenas cinco mil habitantes. De Concepción, dice que el clima que combina humedad y calor es muy diferente al clima seco de su casa. Antes de matricularse, no conocía la Universidad de Concepción, sin embargo, cuenta que el proceso de adaptación ha sido fácil. “La modalidad es distinta, como no conocía la universidad no sabía bien dónde quedaba cada sala, los cubos por ejemplo. O el hecho de que somos hartos en cada clase. Me siento preparado, se que si no lo estoy tendré consecuencias, pero hasta el momento me siento bien”.
Felipe Aguila Bórquez, estudiante de Biología/Esteban Paredes D.
Felipe estudió en el Liceo Austral Lord Cochrane, que pertenece a la red de PACE y por eso, ha participado de actividades del CADE UdeC. “Por estar en el PACE nos ayuda la universidad que nos apoya (en este caso la U. Austral), en todo lo que tiene que ver con la postulación. Yo entré por ingreso regular, pero de todas formas es un apoyo”. Respecto a tener que dejar su ciudad, recuerda que era un tema que ya estaba asumido en su casa. “Mi familia sabía que me iría de Cochrane y era algo que ellos querían. No sabíamos donde, pero en las zonas que tenía en vista tenía conocidos para ubicarme por los primeros días”.
Por su parte, Danae Esquivel Olivares comparte sensaciones similares con sus compañeros de generación. llegó a Chillán para estudiar Medicina Veterinaria, después de pasar un año por la carrera de Licenciatura en Física, en otra universidad. Tras esa experiencia, decidió matricularse en Veterinaria, una vocación que siempre tuvo. Danae viene de Arica, y la gran diferencia entre ambas ciudades está en la cantidad de árboles y verde. “Conocía Chillán, pero solo en verano. Me gusta mucho porque está rodeado de árboles, algo que allá no se ve mucho”. Para Danae, el mudarse ya estaba en sus planes desde pequeña. “Desde chica sabía que me quería ir de Arica, por lo menos desde octavo básico y desde entonces estamos ahorrando y preparándonos para este momento”.
Ahora, espera aprovechar cada experiencia, mientras se acostumbra al ritmo de estudios y de vida en la ciudad de Chillán. “Elegí la Universidad de Concepción por su malla y la carrera en Chillán porque tenía referencia de la calidad de sus profesores. Hasta ahora me parece todo bien; tengo que tomar la micro a las siete de la mañana y eso es un poco complicado, pero con las clases y lo demás no he tenido problemas”.
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