Crédito: UdeC
Reflexionar sobre la igualdad económica, laboral y social entre hombres y mujeres es crucial en el Día Internacional de la Mujer. La ONU destaca la necesidad de financiar medidas que promuevan esta igualdad, ya que la falta de recursos económicos es una barrera significativa.
Este 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha que nos invita a reflexionar sobre la igualdad económica, laboral y social entre hombres y mujeres. Particularmente, este año la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha hecho un especial llamado a apoyar el financiamiento de las medidas destinadas a alcanzar la igualdad de género, puesto que una de las principales barreras para alcanzarla es la carencia de recursos económicos que contribuyan a trabajar en pos de ella.
Cuando se agudizan las brechas de género, se limita el desarrollo y crecimiento de los países, y las democracias representativas se ven afectadas. Según cifras del PNUD, el PIB per cápita de las mujeres chilenas es un 45% menos al de los hombres. En el ámbito científico, el empoderamiento y liderazgo femenino todavía es una tarea que está pendiente. La innovación, el desarrollo de actividades investigativas y el aporte con diferentes visiones por parte de las mujeres, enriquece enormemente el crecimiento y aporte de la ciencia y tecnología para la sociedad, por tanto, urge que potenciemos y apoyemos a las mujeres, y cooperemos para construir un futuro más inclusivo y equitativo.
Por ello, el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU es la equidad de género, el cual aboga para que en todas partes del mundo las mujeres y las niñas tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades, y puedan llevar una vida libre de violencia y discriminación.
Uno de los escenarios donde se ve claramente las diferencias de equidad entre hombres y mujeres es en el acceso a los recursos hídricos, pues las mujeres son las que cargan con la peor parte de la crisis del agua y el saneamiento. A nivel mundial, las mujeres y las niñas mayores de 15 años son mayoritariamente las encargadas de recoger agua en 7 de cada 10 hogares, lo que impacta en su disponibilidad de tiempo para dedicarse a la educación, trabajo o desarrollo laboral. Asimismo, son las más afectadas ante la falta de acceso a la higiene, lo que compromete su bienestar y perpetúan los ciclos de pobreza, según datos del informe Progress on household drinking water, sanitation and hygiene 2000-2022: Special focus on gender, elaborado por la UNICEF y la OMS.
Este contexto nos obliga a actuar ya, a poner ahínco en acortar las brechas para alcanzar la igualdad de género en el mundo. Las diferencias en el acceso al agua es una de las tantas carencias que hoy las mujeres deben enfrentar, por eso urge equilibrar la balanza en este ámbito y contribuir, a final de cuentas, al desarrollo sostenible de nuestra sociedad y del planeta. Para alcanzar este propósito, no podemos trabajar solos. Desde CRHIAM, centro de investigación de excelencia de ANID en recursos hídricos, tenemos claro que el camino hay que recorrerlo entre todas y todos, donde las instituciones deben comprometerse con cambios concretos y acciones que aporten a la paridad.
Columnista
Dra. Gladys Vidal Sáez
Directora del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (CRHIAM), UdeC.
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