Prohibición de venta de bebidas energéticas a menores de edad: expertos UdeC y sus posturas frente a la propuesta
Crédito: Meta AI
Dos senadoras y dos senadores están detrás del proyecto de ley que regula la venta y el consumo de bebidas no alcohólicas energéticas que contienen sustancias aditivas o estimulantes, y que por su concentración son un riesgo para la salud de los y las menores.
Con algunas marcas tan poderosas que incluso han comprado equipos de fútbol en Europa y América, las bebidas energéticas cuentan con una agresiva estrategia publicitaria que las ha puesto en las pantallas de todo el mundo.
Sin embargo, sus componentes y efectos han sido siempre objeto de debate alrededor del globo. Chile no es ajeno a esta temática. En agosto de este año, los senadores Karim Bianchi y Juan Luis Castro, más las senadoras María José Gatica y Alejandra Sepúlveda, presentaron un proyecto de ley que prohíbe la venta a menores de edad de bebidas energéticas que contengan aditivos energizantes y sustancias estimulantes.
Al respecto, el Director del Departamento de Fisiología de la Universidad de Concepción, Dr. Gustavo Moraga Cid, habló en detalle sobre la cafeína y la taurina -componentes neuroactivos principales de las bebidas energéticas- y sus efectos. “Ambas moléculas actúan de forma sincrónica, permitiendo que el sistema nervioso se altere y se excite. Por eso el 95% de las personas que ingieren estas bebidas se ‘van para arriba’, porque la cafeína es un activador neto del sistema nervioso central, es capaz de actuar de varias formas: a través de receptores de adenosina, por ejemplo, que están en nuestro cerebro y que nos hacen estar despiertos, estar intelectualmente activos, hacer tareas con más concentración”, señaló, añadiendo que la cafeína actúa a nivel de la médula espinal, alterando el control fino de los movimientos, además actuando a nivel del tejido muscular, incrementando niveles de un segundo mensajero que se llama AMP cíclico, que promueve el movimiento de músculos intestinales, por ejemplo».
Sobre la taurina, el también académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción manifestó que su presencia es paradójica, porque es un neurotransmisor inhibitorio, es decir, que debería provocar lo contrario a lo que hace la cafeína, “pero es un neurotransmisor que actúa sobre un receptor específico que está en la médula espinal, que controla principalmente movimiento, y sobre algunas zonas superiores del cerebro que controlan emociones, que es el receptor de glicina. Entonces, la taurina, que actúa como un agonista parcial del receptor de glicina, activa el sistema inhibitorio, pero lo hace de forma parcial, logrando como un resultado general sistémico, un incremento en la excitabilidad del sistema nervioso.
Adicción y otros problemas
Por su parte, el académico de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción, Daniel Gaete Rivas, afirmó que las bebidas energéticas pueden generar adicción debido a su contenido de cafeína, “que en un consumo regular puede llevar a una dependencia psicológica y física, donde la persona siente la necesidad de consumir estas bebidas para mantenerse alerta o combatir la fatiga. Esto puede derivar en un círculo vicioso, donde se requiere un consumo cada vez mayor para obtener los mismos efectos”.
Junto con esto, el nutricionista enumeró algunos de los problemas asociados al consumo de bebidas energéticas, tales como ansiedad y estados de alerta, trastornos del sueño, problemas gastrointestinales y dentarios, además de problemas cardiovasculares, estos últimos debido a que “la alta cantidad de cafeína y otros estimulantes puede causar palpitaciones, presión arterial elevada, y cuando hay condiciones preexistentes o uso de algunos medicamentos puede llevar a síntomas de mayor gravedad”.
Ambos docentes coinciden en que la prevención es un camino más aconsejable que la prohibición. De igual manera, comparten ideas en que el consumo de bebidas energéticas es muy perjudicial para personas en crecimiento, sobre todo para los adolescentes que suelen mezclar estas bebidas con alcohol.
“La combinación de bebidas energéticas con alcohol lo único provoca es dormirte con más fuerza. Entonces, el sistema cuando se ve alterado de esa forma va a responder y la forma más rápida de hacerlo es aumentando presión arterial, aumentando frecuencia cardiaca, llevando al músculo cardiaco a trabajar a niveles que son excesivamente altos para mantener la hemostasia celular que está alterada, sobre todo con etanol. Y eso puede llevarte a un paro cardiorrespiratorio”, cerró Moraga.
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