Crédito: Archivo
En un país con un ascendente número de profesionales en astronomía y áreas afines, es vital ofrecer oportunidades laborales dentro del territorio nacional. La industria de instrumentación astronómica podría absorber a estos talentos y evitar la fuga de cerebros.
La gira presidencial por Europa incluyó el liderazgo en ciencia y destacó la astronomía chilena. Este evento, junto con la inclusión de imágenes de radiotelescopios en el nuevo pasaporte chileno, resalta el impacto de la astronomía en el país. Sin embargo, esta consolidación no se ha traducido en el desarrollo de tecnología astronómica local.
El auge de la astronomía en Chile ha sido evidente, especialmente con la cuota del 10% del tiempo de observación para instituciones nacionales en observatorios internacionales. Pero este crecimiento se ha basado principalmente en tecnología importada.
En 2012 CONICYT propuso una hoja de ruta tecnológica para desarrollar el rubro, donde subrayó la necesidad de un apoyo económico sostenido y significativo. No obstante, a pesar de esto, el financiamiento ha sido insuficiente, limitando el desarrollo de tecnología propia.
Chile suma una decena de laboratorios universitarios que desarrollan tecnología astronómica, incluyendo el Centro para la Instrumentación Astronómica (CePIA) de la UdeC, financiado por el Gobierno Regional del Bío Bío. Estos, pese a su potencial, enfrentan desafíos en términos de financiamiento y retención de talentos. Sin un apoyo adecuado, es difícil competir a nivel internacional. La infraestructura actual ni siquiera alcanza para efectuar el mantenimiento de los equipos en los observatorios.
Desarrollar esta industria no solo permitiría lograr lo anterior sin recurrir al extranjero, beneficiando tanto a las instituciones locales como a los consorcios internacionales, sino que también fomentaría la innovación basada en nuestras propias prioridades y necesidades. La investigación científica actúa como un multiplicador económico, estimulando la industria local y creando nuevos mercados laborales, en medio de un creciente panorama global de negacionismo del conocimiento científico.
En un país con un ascendente número de profesionales en astronomía y áreas afines, es vital ofrecer oportunidades laborales dentro del territorio nacional. La industria de instrumentación astronómica podría absorber a estos talentos y evitar la fuga de cerebros.
No basta con tener acceso y manejar tecnología avanzada; debemos aspirar a ser los desarrolladores de estas tecnologías si deseamos impulsar la innovación y el crecimiento económico del país. Chile tiene el territorio, la capacidad y el talento para convertirse en un líder en la creación de tecnología astronómica. Es tiempo de invertir y apostar por este futuro prometedor.
Columnista
Esteban Donoso
Ingeniero del proyecto EHT-TITANs
Centro para la Instrumentación Astronómica, CePIA
Departamento de Astronomía UdeC
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