Cuidar la infancia para cuidar el futuro: un tema pendiente de la pandemia
Crédito: Archivo
Ciertamente nos estamos olvidando que nuestro país dependerá muy rápidamente de las y los niños de hoy, por lo que debemos entregarles el mejor modelo de referencia, uno que sea posible y merecedor de ser replicado por nuestra infancia, aquel que les permita a las nuevas generaciones afrontar momentos como estos.
En el actual escenario de pandemia, se reporta en Chile un aumento ascendente en los problemas de violencia intrafamiliar en diversos estratos socioeconómicos de nuestro espectro, centrando siempre la atención en los adultos, como si solo ellos vivieran los apremios y desarmonías familiares propias de este largo proceso que, como vivenciamos hace algunas semanas, incluye un encierro sostenido en las casas. Este temor nos está contagiando de angustias, desazón, inquietud, intolerancia (porque es un periodo de confusiones y de turbulencia emocional) y, en este mundo de sentires tan adulto-céntricos, estamos dejando de lado lo más importante: los niños y las niñas.
Son ellos y ellas los que verdaderamente captan esta atmósfera enrarecida, que no solo les llena de temores, sino también de frustraciones e intriga, ansiedad y soledad: un estilo de vida radicalmente alterado y que podría tener severas consecuencias a corto, mediano y largo plazo.
Es por esto, dentro de este oscilante mar educativo, que les pedimos que abran sus cuadernos y que llenen las guías, que dibujen, que escriban, que recorten y peguen, –según sea la edad y nivel de estudio–, sin pensar que ni los profesores y mucho menos los padres y las madres, –que a veces no saben del tema–, no siempre pueden guiar a sus hijos en esta nueva y extraña forma de aprendizaje.
Estamos pretendiendo que todo tiene que recaer en las familias, que sean pedagogos, que sean formadores, que sean comprensivos, que sean empáticos, pacientes y que sean papás y mamás. Además, pretendemos que intuyan la línea de educación que los educadores buscan seguir en cada tema o en cada asignatura que deben abordar, todo esto sin considerar el complejo escenario que se vive en el país.
El psicólogo y biólogo Jean Piaget, postulaba que un verdadero aprendizaje tiene relación con una reconstrucción del saber, desde el interés de quien aprende. Asimismo, el psicólogo ruso Lev Vigotsky hace énfasis en que el conocimiento es construido por cada sujeto, pero habla también de la necesidad de contar con un apoyo educativo, un puente que permita pasar de un nivel de desarrollo a otro, ya que es mediante la interacción social que aprendemos los seres humanos, como proceso lógico de inmersión a una forma de vida en particular.
El centro siempre ha de ser la y el niño, en una relación de aprendizaje mutuo con el adulto y su mundo circundante. No cabe duda que la necesidad de escuchar a la infancia se hace imperiosa, particularmente en este momento histórico, en donde claramente nosotros los adultos no alcanzamos a ver lo evidente como dice El Principito.
Ciertamente nos estamos olvidando que nuestro país dependerá muy rápidamente de las y los niños de hoy, por lo que debemos entregarles el mejor modelo de referencia, uno que sea posible y merecedor de ser replicado por nuestra infancia, aquel que les permita a las nuevas generaciones afrontar momentos como estos, con tranquilidad, esperanza y comprensión.
Columnista(s)
Dra. Lilian Narváez Prosser
Jefe de Carrera Educación Parvularia
Facultad de Educación
Universidad de Concepción
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