Aprendiendo de otras regiones sobre Sostenibilidad
Crédito: Noah Buscher
La colaboración y el conocimiento mutuo son clave para el desarrollo sostenible de regiones. La confianza entre actores diversos y el enfoque en objetivos comunes pueden traducirse en acciones efectivas para mejorar la calidad de vida y los ecosistemas.
Hace unos días como Centro EULA de la Universidad de Concepción terminamos de impartir un diploma de entrenamiento para profesionales de distintos organismos públicos de la región de Los Lagos, en Puerto Montt, sobre sostenibilidad de las ciudades lacustres en la cuenca del lago Llanquihue y el río Maullín. Esta iniciativa contó con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Gobierno Regional de Los Lagos.
Cabe destacar que más de 25 profesionales, no solamente del Gobierno Regional y de instituciones del Estado, sino también de organizaciones de la sociedad civil, municipios y organismos no gubernamentales, participaron. El Programa fue diseñado por el BID y el Gore, e implementado por académicos de la Facultad de Ciencias Ambientales y Centro EULA Chile.
Asistí a la presentación de los trabajos finales, con sendas estrategias, hojas de ruta y líneas de acción para un Plan de Ordenamiento Territorial de la Cuenca del lago Llanquihue, un plan para asistir a la fiscalización de las actividades productivas y finalmente de un programa de educación ambiental para diferentes audiencias. Todas estas temáticas fueron acordadas y desarrolladas con los profesionales de la región, durante el desarrollo del Diploma.
El resultado fue sorprendente, porque es en la colaboración, el conocimiento mutuo, el respeto a las diferentes miradas y finalmente la confianza entre las y los participantes —con sus capacidades intelectuales y profesionales—, cuando se alcanzan importantes resultados. La capacidad de trabajo colectivo permite, con una adecuada dirección pedagógica, lograr resultados que pueden tener un impacto notable en el desarrollo del territorio lacustre y fluvial de Llanquihue, que tiene enormes potencialidades pero también amenazas.
Cómo articular los diferentes actores y conocer cuáles son sus motivaciones, intereses, posibilidades y limitaciones es fundamental para llevar adelante esos planes de acción, que, sin duda, serán una contribución a la sostenibilidad de la cuenca, aunque sea difícil en el contexto actual, con todos los cuestionamientos a los “consejos de cuencas” que existen hoy día. Es posible dentro del entramado legal y reglamentario, ejercer acciones desde el Gobierno Regional, municipios y organismos de la sociedad civil, incluyendo al sector productivo, cuando se identifican objetivos comunes, bajo la perspectiva de la sostenibilidad. El desafío, por cierto, es llevar entonces estas ideas a la acción, es decir traducirlas en prácticas de mejoramiento de la calidad de vida de las personas y de los ecosistemas que los sustentan.
Este aprendizaje sería muy importante también aplicarlo en nuestra región del Biobío, la implementación en la región de Los Lagos demostró que es posible.
Columnista
Dr. Ricardo Barra Ríos
Director Centro de Ciencias Ambientales EULA Chile,
Universidad de Concepción
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