Dos generaciones de campeones se encontraron en la Casa del Deporte

Qué importaba el resultado. Estaban todos mezclados y alegres. En el Gimnasio B de la Casa del Deporte UdeC, se dieron cita una parte importante de los planteles del vóleibol masculino de 1993 y 2022, únicas generaciones que han dejado la copa en el Campanil en cerca de 50 años de historia de competencias nacionales universitarias.

El reencuentro de los campeones de 1993 estaba pactado, por lo que decidieron sumar a los vigentes monarcas del vóleibol universitario nacional para intercambiar experiencias y además para jugar un partido, donde lo primordial era compartir.

Víctor Méndez Vega, Jefe de la Unidad de Deportes UdeC, señaló que hace tiempo tenían ganas de poder reunir a las dos generaciones de deportistas del Campanil, altamente identificados con la casa de estudios y que defendieron sus colores de gran manera.

“La generación ’93 está distribuida a lo largo de todo Chile. Coincidió que nos pudimos reunir para poder hacer este acto simbólico y unir a estas dos generaciones de campeones”, añadió.

La visión de los entrenadores

Orlando Torres, Rodrigo Herrera, Gustavo Mayer, David Orellana, Richard Espinoza, Gastón Zúñiga, Luis Carvallo, Marcelo Martínez, Patricio Riffo, Mauricio Riffo, Mauricio Gálvez y Mauricio Beltrán se hicieron presentes por la generación ’93, encabezados por su histórico entrenador, Cristian Hernández Wimmer.

El DT, quien incluso luego de su paso por la UdeC fue seleccionador nacional y entrenó a un equipo de la Liga A1 argentina, estuvo por 14 años a cargo del vóleibol universitario en damas y varones.

“Es muy lindo que una generación actual tenga contacto y se genere un lazo con una generación de hace 30 años, es muy especial, porque todas las personas que estudiamos, nos formamos, nos titulamos y trabajamos en la UdeC la llevamos en el corazón toda la vida”, manifestó Hernández.

Cristian Hernández y Víctor Méndez, en un homenaje a Marcelo López

En tanto, por los vigentes monarcas nacionales universitarios estuvieron Joaquín León, Ignacio Méndez, Vicente Ruiz, Sebastián Larrondo, Américo Gutiérrez y Francisco Navarrete, acompañados por el DT Juan Ignacio Armoa y su asistente Miguel Dávila.

El trasandino Armoa explicó que el hecho que se haya podido reunir a dos planteles que han sido campeones y han dejado en lo más alto a la UdeC es único. “Creo que es un cierre sensacional para poder visualizar un poco la importancia que tiene el título obtenido recientemente; haber conseguido esa medalla no es solo haber ganado muchos partidos seguidos, sino también es quedar en la historia de una institución muy importante como es la UdeC”, explicó.

Los referentes

Gastón Zúñiga, estudiante de Odontología en aquel inolvidable 1993, fue el capitán UdeC en aquella gesta, que vio consagrarse por primera vez a un equipo que no fuera de Santiago en la historia de los torneos nacionales universitarios de vóleibol masculino.

“Al ver la final de estos chiquillos fue la misma emoción, la misma alegría, tenemos un grupo en el que nos comunicamos cosas y nos alegramos como si hubiéramos ganado nosotros. Nos hace sentir muy orgullosos y esperamos que se siga manteniendo esto, que sigan mejorando y salgan campeones nuevamente. Es un orgullo no solo por el vóleibol, sino por la institución. La mayoría de nosotros ama a la Universidad de Concepción”, detalló.

En tanto, Joaquín León Pizarro, estudiante de Pedagogía en Educación Física y segundo capitán del campeón vigente, profundizó sobre la importancia da los campeones de 1993. “Tanto para ellos como para nosotros es bien significativo, sobre todo por lo que representan. Hoy en día nosotros tenemos algunos beneficios, privilegios de Becas Deportivas, que debemos mucho a lo que ellos hicieron en el pasado, lo que representa un montón para nosotros y para el vóleibol regional y local”, dijo.

Marcelo López siempre en la memoria

En un par de semanas se cumplirá un año de la partida de Marcelo López Díaz, uno de los campeones de 1993. Gran conmoción significó su inesperado deceso el año 2022. Antes de comenzar el partido, en un círculo cerrado entre compañeros de deporte, Cristian Hernández se refirió a “Lopito”, como era conocido entre sus amigos.

“Jugar en provincia y ser llamado a una selección nacional era casi milagroso, ya que solo se consideraba gente de Santiago. Nosotros tuvimos un exponente que estuvo dos veces como seleccionado, siendo tercero en un sudamericano juvenil, quien se nos fue el año pasado, falleciendo el 21 de enero, un día después de su cumpleaños. Marcelo López, “Lopito”, marcó toda una época en el vóleibol de Concepción, marcó a la gente de la ciudad, era esa figura, ese líder que reunía muchas condiciones humanas: un tipo extraordinario, muy querendón de todo el mundo, sumamente respetuoso, era muy difícil verlo enojado, fue muy noble y generoso”, cerró Hernández.