Dr. Carlos von Plessing: “Siempre voy a estar pendiente de lo que ocurre en la Universidad”
Crédito: César Arroyo | Dircom
ExVicerrector realiza un balance de lo que fue la gestión en la Casa de Estudios, donde señala que lo fundamental fue la “institucionalización” de acciones, la materialización del Centro de Simulación en Salud y la regularización de los procesos de ascenso y promoción.
“Hay que ir lento, pero seguro y a paso firme”, dice el Dr. Carlos von Plessing Rossel, como balance y proyección del trabajo que debe realizar una institución como la Universidad de Concepción.
A pocos días de dejar su cargo como Vicerrector UdeC, Von Plessing se ve tranquilo y asegura estar satisfecho con la labor realizada, en un periodo de cuatro años marcado por el Estallido Social y la crisis sanitaria generada por la pandemia, lo que obligó a una readecuación del trabajo universitario.
“Siempre voy a estar pendiente de lo que ocurre en la Universidad”, dice el Dr. en Ciencias Naturales de la Universidad de Karl Franz, Austria y profesor titular de la Facultad de Farmacia.
-¿Cuál es el balance de su gestión durante los últimos cuatro años en la Universidad de Concepción?
Estoy feliz, muy contento de lo que realicé. Evidentemente que uno esperaría haber podido hacer otras cosas, nos tocaron tiempos súper complejos. A partir de octubre de 2019 se quebró la planificación porque nos tocó primero el Estallido y después la pandemia; por lo tanto, era difícil llevar a cabo la planificación. Aparecieron muchas emergencias, tuvimos que trasladar todo a la virtualidad y eso demandó mucho tiempo, por lo que quedaron muchas cosas en el camino. Espero que la próxima autoridad, si así lo estima pertinente, les dé continuidad porque son en beneficio de la institución.
-¿Qué sería lo fundamental de lo institucional?
Lo fundamental fue la institucionalización de ciertas acciones. Recuerdo que, en los debates de las últimas elecciones de rectoría, se habló mucho del cuidado de las personas. Nos preocupamos de colocar un piso de ingreso, A10, exigir doctores. Podemos discutir si el A10 del doctorado es lo más adecuado, pero es la realidad que se puede permitir en este momento la institución. También reconocemos que hay ciertas áreas en las cuales uno tiene que ser un poco más flexible y no exigir doctores, sino magíster, pero ojalá siempre algún grado académico superior al del título profesional con el que uno egresa de la universidad. Quien ingrese a la institución, más allá de hacer la docencia que le corresponde, tiene que hacer investigación, crear o generar nuevo conocimiento.
-¿Otros aspectos a destacar?
Otra instancia en la cual participamos tiene que ver con la regularización de los procesos de ascenso y promoción. Aquí, en algún momento llegué al Consejo Académico y me hicieron cierta crítica, entonces expuse una tabla Excel, donde estaban las jerarquías y los grados que corresponden a cada jerarquía y cuántos académicos había en cada grado. Lo que les llamó la atención a los Decanos, es que donde estaban los Profesores Asistentes -que llega hasta el grado A11-, había algunos con grado A17, tope en la escala. Lo que decidí en su momento es que todo académico que esté en el tope de su jerarquía y salga sobresaliente y merezca un ascenso, previamente debe promoverse para tener derecho a ese grado; si no se promueve, se queda en el grado que tiene. La otra política que existía era que para no exigir esa promoción se estaban dando asignaciones de grado y complementos y lo prohíbo completamente. Y eso tiene que ver con el cuidado a las personas, el estímulo a la carrera académica.
-¿Con qué sensación queda respecto de la construcción de Centro de Simulación del área Salud, que impulsó?
Al hacer un análisis de la situación a nivel nacional, de todas las universidades que dictan carreras del área biomédica, éramos la única institución que no contaba con un centro de simulación; si debo hacer mención que en 2015 la Facultad de Medicina levantó un proyecto, lo tuve en mis manos, pero estaba más orientado a la capacitación, no era lo que corresponde hoy a un centro de simulación. Así nació el trabajo, invitando a los decanos de las respectivas facultades para levantar una propuesta y cuando hubo algún tipo de consenso, afinamos con Servicios Generales la propuesta arquitectónica e ingenieril y en enero presentamos la propuesta al Directorio. Primero, a la comisión de finanzas corporativas y después al Directorio. En ambas sesiones fue aprobado unánimemente. Y así fue como durante los primeros días de marzo se inició la obra con la demolición del antiguo edificio que estaba en Barros Arana. Estoy conforme porque uno viene aquí a servir a la institución y si le va a servir a futuro a nuestros estudiantes, más feliz todavía.
-¿Cómo cree que los cuatro años que pasaron sentaron las bases para lo que se viene?
El Rector dijo 3+3+2: Los primeros tres años una consolidación y un ordenamiento del aspecto financiero; se logró. Hubo una renovación del bono y alivianó la carga que traía la institución. Paralelamente, veníamos trabajando algunos estándares para mejorar las rentas de nuestros académicos, también estuvimos trabajando en la regularización de los colaboradores académicos. Algunos esperan algo más, pero uno estando acá arriba tiene que preocuparse de la institución y no puede sobrepasar ciertos límites, porque si no correría riesgo la sostenibilidad. Por eso hay que ir lento, pero seguro y a paso firme.
-Deja al cargo, pero vuelve a sus labores académicas ¿Cómo se proyecta ese camino?
Cuando asumí dejé algunas investigaciones, dejé algunos puntos no cerrados. En este último tiempo he reactivado mis contactos y ya tengo reuniones pronto para ir reactivando los proyectos. Siempre voy a estar preocupado de lo que ocurre en la Universidad, pero también confiando en que lo que hacen las nuevas autoridades, porque siempre ellos velan por el bienestar de la institución, por lo menos ese fue mi norte. Estoy satisfecho. Algunas cosas incumplidas por los tiempos. Mire, yo le decía al Rector una vez que leí un párrafo, que dijo un exrector: “Ojalá ningún otro rector viva tiempos tan difíciles como los que le tocó a uno”, y le dije que se equivocó, porque los tiempos del Dr. Saavedra han sido los más difíciles, y eso lo dijo mi papá cuando se despidió de la Universidad.
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