Falta una treintena de voluntarios: estudio de docente UdeC busca comparar dos dietas y medir su impacto en el colesterol

Efectos de una dieta chilena suplementada con avellana chilena (Gevuina avellana) sobre el perfil lipídico en humanos con hipercolesterolemia es el nombre del proyecto que lidera el Dr. Miquel Martotell Pons, docente de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción.

Dicho estudio busca comparar dos dietas o patrones alimentarios: 1) dieta baja en grasas y 2) dieta chilena que va suplementada con avellanas, y ver cuál es el impacto de cada una en el perfil lipídico o colesterol sanguíneo de personas hipercolesterolémicas. 

Este estudio se aplica en hombres y mujeres de edades comprendidas entre 18 y 60 años, que tengan el colesterol sanguíneo total sobre 200 mg/dL y que no estén en tratamiento farmacológico para disminuir su colesterol.

Al respecto, la nutricionista que coordina el proyecto, Macarena Nova Camacho, explicó que “se trata de una intervención nutricional de seis meses y consta de varias partes: al inicio tomamos y analizamos muestras de sangre con exámenes de perfil lipídico, hematocritos, vitamina D y otras determinaciones”.

Después, las personas pasan a una evaluación nutricional completa, que incluye medición de composición corporal, y luego se agenda una hora con la nutricionista que será la asesora por los seis meses del estudio.

“Luego de esto se determina quiénes van al grupo control, o sea, al grupo que tendrá una dieta baja en grasas, y quienes van al grupo de la dieta chilena. La intervención nutricional consiste en tres consejerías individuales y tres sesiones educativas grupales, ambas en formato online: un mes están con la nutricionista en conserjería individual, el próximo mes en sesión educativa grupal y así sigue intercalado hasta completar los seis meses”, detalló la profesional.

Comparación

La diferencia entre las dos dietas es que la baja en grasas es la que se está prescribiendo actualmente para todas las personas que tienen el colesterol elevado. “Esta consiste en que dentro de la distribución de la molécula calórica o la distribución de energía, menos del 30% de las calorías provienen de alimentos grasos, por lo tanto, se restringen carnes grasas, aceites, todo lo que tenga relación con grasas”, señaló Nova, quien posee un Magíster en Nutrición Humana.

El otro grupo, que es dieta chilena suplementada con avellanas, proviene del hecho que los alimentos que se encuentran en Chile, por un tema de clima, son muy similares a los que presenta una dieta mediterránea, por ejemplo, los tomates, papas, cebollas, ajo, etc. y eso se adapta muy bien a lo que es la comida chilena, presentándose en carbonada, guiso, cazuela, charquicán, por nombrar algunos platos.

“Esta dieta, a diferencia de la otra, tiene más de un 40% de la molécula calórica proveniente de las grasas. Pero el secreto está en las clases de aceite, porque estos provienen de la palta, oliva, lípidos que provienen de los frutos secos. Hay muchos estudios que validan el impacto positivo que tienen sobre el colesterol sanguíneo el consumo de este tipo de grasas”, reveló Nova.

Cómo ser parte

La demanda de población femenina para el estudio ya está cubierta. Aún falta una treintena de varones. “Hay que tener conciencia que los participantes del sexo masculino son los que tienen los mayores índices de colesterol sanguíneo. Es complejo sobre todo en este tiempo de confinamiento, donde muchos dejaron de lado la actividad física, por lo que quiero invitarlos a que en esta etapa puedan pensar y replantearse el tema de su salud. Todo es sin costo, ya que el proyecto está totalmente financiado”, sentenció Nova.

Para postular a este estudio, se debe escanear el código QR presente en la siguiente imagen.