El cambio climático, un desafío ético
Crédito: Equipo Campaña Bernardo Castro Ramírez
Para el Dr. Bernardo Castro el cambio climático y su impacto en la vida humana y la biósfera debe ser abordado en forma transdisciplinaria y transversal, siendo parte de la obligación ética de la Universidad por su tradición humanista y su compromiso público con la comunidad.
La semana recién pasada, la opinión pública conoció dos alarmantes reportes acerca del que quizá sea el peor enemigo que enfrenta la humanidad: el cambio climático, pues diversos antecedentes muestran que el 2021 fue el año más seco y cálido del siglo XXI, lo que tuvo consecuencias evidentes: la zona central de nuestro país registró el invierno más seco y con menos lluvias que jamás haya sido medido, y en el sur austral de Chile se registraron 11 olas de calor, tres más que las que vivió Santiago.
Lo anterior se condice, por supuesto, con una menor cantidad de hielo de los glaciares cordilleranos, afectados también por la acción antrópica directa, y con una menor disposición de agua potable. De hecho, son numerosas las comunas de las regiones de Ñuble y Bío Bío, además de todo el país, cuyos habitantes deben recibir agua de emergencia, entregada en camiones aljibes, debido a la desertificación que avanzada hacia el sur. Según la Dirección general de aguas, del Ministerio de Obras Públicas, la mitad de las comunas del país está en escasez hídrica, lo que abarca a más de ocho millones de personas.
De acuerdo con organismos internacionales, el 2021 fue el sexto año más caluroso de la Tierra desde que se iniciaron las mediciones estandarizadas (en 1880). Los anteriores años más calurosos fueron 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020. Según la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), el 2021 solo tuvo temperaturas más bajas que los años precedentes debido al Fenómeno de la Niña, el cual enfrió partes del Océano Pacífico.
El año que está comenzando parece seguir con la tendencia. Basta ver lo ocurrido recientemente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la cual se registraron 41.1 grados Celsius el martes de la semana pasada, lo que se masificó debido a los cortes de electricidad que se registraron en medio de la ola de calor.
Al respecto, el candidato a Rector, Dr. Bernardo Castro Ramírez, señala que “nos hemos ido acostumbrando a las noticias al respecto, en circunstancias que debería ser todo lo contrario. El cambio climático es una realidad muy grave y compleja y así como hace 30 años la UdeC tuvo la visión de fundar el EULA, hoy debemos tener la misma visión y potenciar el trabajo que se efectúa en dicho centro, sumando a este desafío los esfuerzos que se realizan en otras unidades, como las facultades de Ciencias Ambientales, Agronomía, Ingeniería, Ingeniería Agrícola, Ciencias Forestales, Ciencias Químicas, Ciencias Naturales y Oceanográficas, Ciencias Jurídicas y Sociales, así como en Ciencias Sociales, con el fin de hacernos cargo de este tema de futuro”.
En dicho sentido, agregó que, debido al trabajo efectuado en todas las facultades antes mencionadas, así como en varios de sus centros de investigación, la UdeC es una de las instituciones de educación superior mejor posicionadas a nivel país para poder crear un gran centro de investigación e innovación sobre cambio climático, ya sea por la vía de fondos concursables o por medio de recursos propios y aportes de privados y estatales también.
“Creemos que el tema del cambio climático debe ser abordado en forma transdisciplinaria y transversal. Debido a nuestro compromiso público con la comunidad, esta es una obligación ética al respecto, especialmente porque la nuestra es una universidad humanista y el cambio climático posee un impacto crucial en vida de todas las personas y de las otras especies que habitan el planeta”, precisó, expresando que más allá de la forma inicial de financiamiento que se logre, un centro de estas características debería ser parte de la institución en forma permanente.
“Un Centro de Investigación e innovación de cambio climático debería abocarse a una serie de tareas urgentes: investigación aplicada para construir soluciones a partir de las comunidades, apoyar los procesos formativos en los territorios, así como coordinar a las distintas facultades, centros y equipos, a fin de que puedan enfrentar interdisciplinariamente esta tarea, para incidir positivamente en las políticas públicas”, finalizó.
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