Carlos Milano, el dueño del aro: "Enfrentaremos al CDV como si fuera el primer partido de la final"
Crédito: Basket UdeC
El pívot venezolano de Basket UdeC repasa su vida ligada al baloncesto y su vínculo con el Club Universidad de Concepción, equipo donde puede quedar en la historia grande si consigue el título de la Liga Nacional de Básquetbol.
Ningún deportista da por cerrada una final con partidos por disputar. En ninguna disciplina. Aun así, es posible distinguir a quienes declaran sabiéndose victoriosos. Este no es el caso de Carlos Alberto Milano Páez, estudiante de Pedagogía en Educación Física de la Universidad de Concepción, quien defiende a Basket UdeC de gran manera, con una actuación destacadísima en playoffs, especialmente en esta final ante el Club Deportivo Valdivia, campeón vigente de la LNB.
Sabe que al frente tiene un rival de mucha jerarquía, que defiende su título en la LNB y que en la edición 2015-2016 fue capaz de remontar ante la misma Universidad de Concepción un 0-2 y coronarse en casa, en el imponente Coliseo Antonio Azurmendy Riveros, conocido como la catedral del básquetbol chileno.
Por eso, sus palabras son mesuradas y se aprecia un genuino respeto. «Siempre lo he dicho, estamos jugando contra un gran rival, los dos partidos ya pasaron, para nosotros ir a Valdivia es como jugar el primer partido de la final; buscaremos ese partido de la manera más sana posible, como hemos venido trabajando, con toda la humildad, con las herramientas que nos da el profe Cipriano. Ojalá que Papá Dios nos acompañe«, manifiesta el pívot.
Justamente esa última frase devela sus orígenes, su Venezuela natal, donde desde niño sintió atracción por uno de los deportes más populares del país llanero —detrás del béisbol, claro está— y comenzó a practicarlo con frecuencia, recuerda, desde los ocho años de edad.
Escalando en edad, Milano Páez recuerda con orgullo que en Venezuela tuvo la oportunidad de jugar en la Liga Nacional de Baloncesto, destinada a la promoción de valores juveniles, «en la cual el año 2016 gané el Premio al Jugador más Valioso«, rememora.
La extinta Liga Profesional de Baloncesto de Venezuela no tuvo la oportunidad de jugarla, «pero este 2021 corrí con la suerte de poder ir a Venezuela, jugar la Superliga Profesional de Baloncesto y salir campeón con el equipo de Trotamundos de Carabobo», señala.
Cálido y frío
Hay fechas inolvidables para cualquier ser humano. El nacimiento de un hijo o hija, la muerte de un ser querido, entre muchas otras. Para Carlos Milano, el 17 de mayo de 2017 es una de esas fechas.
Ese día quedó marcado a fuego —o a hielo— en la memoria del pívot, quien no podía creer el frío que estaba sintiendo en su arribo a la ciudad penquista, más aún acostumbrado al clima tropical del país de Bolívar. Pero el frío contrastó con el calor humano que fue recibiendo desde el minuto uno de su llegada.
«Me fui adaptando de a poco, conté con la suerte de encontrar muy buenss compañeros acá en el equipo, como Diego Silva y Carlos Lauler, quienes me apoyaron desde el primer día en que llegué; siempre me han brindado afecto y se han preocupado por mis cosas. Hasta el día de hoy conservamos una bella amistad», expresa.
En referencia a su descollante actuación en playoffs, Milano considera que «los resultados son fruto del trabajo, de los días de entrenamiento en cancha y gimnasio, más la confianza del técnico y mis compañeros, eso te da ese voto para que tú puedas trabajar de buena manera y eso es lo que he absorbido de muy forma muy positiva, las cosas me han salido lo mejor posible y así he podido aportar al equipo», acota.
«Independiente que yo anote 5, 10, 20 o 30 puntos, lo importante para mí es aportar positivamente para el equipo», finaliza el espigado jugador, quien en estos dos primeros partidos de la final LNB promedia 19,5 puntos, 14 rebotes y 3 asistencia por encuentro, sumados a extenuantes 35 minutos.
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