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Estas hazañas podrían demostrar que el turismo aeroespacial es posible, y que en el futuro podremos disfrutar de panoramas espectaculares de nuestro planeta desde las ventanas de una cápsula espacial. Si es que nos queda planeta y belleza en su superficie para observar.
«Stairway to heaven» (Escalera al Cielo). Así se denomina un tema de la banda de hard rock británico Led Zeppelin, cuyo solo de guitarra en La menor, ejecutado por el legendario Jimmy Page, ha sido clasificado como el mejor de la historia. La letra, escrita e interpretada por el vocalista Robert Plant, trata de una enigmática mujer que busca una escalera para subir al cielo.
Edmund Hillary ideó su propia «escalera», no para subir al cielo, sino para alcanzar por primera vez la cumbre más alta del mundo, el imponente Everest, anclado en la cordillera del Himalaya, a 8.8 kilómetros sobre el nivel del mar, donde la presión de oxígeno disminuye cinco veces comparada con aquella que encontramos a orillas de una playa. La hazaña la realizó el 29 de Mayo de 1953 junto con el sherpa Nepalí Tenzing Norgai.
Hillary se levantó sobre la superficie de la tierra a una distancia menor a una milésima del tamaño del planeta, y ya experimentó condiciones atmosféricas extremas qué pocos pueden enfrentar.
El 11 de julio de 2021, el multimillonario inglés Richard Branson se aventuró en su propia nave en un vuelo, junto con tres empleados de su empresa Virgin Galactic, y llegó casi a la línea de Kármán, ubicada a 100 kilómetros sobre el nivel del mar y que limita la zona de la atmósfera que es suficientemente densa para soportar y permitir el vuelo aeronáutico.
El 20 de julio de 2021, Jeff Bezos, otro multimillonario, en compañía de tres tripulantes y en un vuelo de 10 minutos, alcanzaron los 100 kilómetros de altura para disfrutar de 4 minutos de gravedad casi nula, superando así la marca establecida por Branson.
Estas hazañas podrían demostrar que el turismo aeroespacial es posible, y que en el futuro podremos disfrutar de panoramas espectaculares de nuestro planeta desde las ventanas de una cápsula espacial. Si es que nos queda planeta y belleza en su superficie para observar.
Entre el 14 y 15 de Julio, en Reifferscheid, en el distrito de Ahrweiler, Alemania, cayeron increíbles 207 milímetros de lluvia en solo nueve horas. En zonas aledañas no había llovido tanto en 100 años. Solo semanas antes tuvimos noticias de olas de calor extraordinarias en la costa oeste de Estados Unidos y Canadá, alcanzando máximos históricos de temperatura.
Todo esto, probablemente, refleja el calentamiento global producto de la emisión hacia la atmósfera de gases de efecto invernadero, producidos por la actividad industrial.
Necesitamos avanzar con rapidez a la neutralidad del carbono y a la transformación de la matriz energética dejando de lado los combustibles fósiles. Necesitamos también soñadores que, «montados sobre hombros de gigantes», tal como lo hicieron Hillary, Branson, Bezos y muchos otros, sean capaces de construir “escaleras virtuosas”, cuyos peldaños son las acciones y su andamiaje el conocimiento, que nos permitan alcanzar soluciones a la compleja urgencia climática y social que nos interpela.
Volviendo a Led Zeppelin, según palabras de Plant, la misteriosa mujer de Escalera al Cielo, sólo busca una esperanza.
Columnista(s)
Ronald Mennickent Cid
Académico Departamento de Astronomía, director de Investigación y Creación Artística UdeC
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