La biodiversidad que acoge en el Campus Concepción de la UdeC tiene por estos días una nueva expresión con la delicada presencia de Herbertia lahue, una pequeña planta bulbosa de la familia Iridiceae, a la que también pertenecen los lirios.
Aunque carece de la majestuosidad de la puya (Puya alpestris), la planta llama la atención por la simpleza de la forma y el suave color de sus flores, que se han visto intermitentemente en las últimas semanas en el campus.
Herbertia lahue -conocida también como tres puntas o ninfa de las praderas- es una especie nativa de Chile y Argentina.
“En nuestro país tiene una amplia distribución: se puede encontrar entre las regiones de Valparaíso y Aysén, desde el nivel del mar hasta 400 m de altitud”, dijo la curadora del Herbario CONC de la UdeC, Alicia Marticorena Garri.
La profesional del Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas comentó que Herbertia es un género propio de Sudamérica que fue descrito por el botánico inglés Robert Sweet en 1827 y que consta de cinco especies presentes en Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Herbertia lahue
La etimología de Herbertia lahue combina el apellido del botánico, clérigo y poeta inglés William Herbert (1778 –1847), especialista en bulbos -en cuyo honor se nombró el género- y una palabra de origen mapuche/araucano, lahue, lawü o lahui, que significa remedio.

La botánica explicó que es una especie geófita, lo que significa que su parte aérea desaparece en los períodos que le son desfavorables; pero sobrevive porque posee un bulbo desde donde sale el tallo floral, que llega a medir hasta unos 6 centímetros.
Crece en lugares con pastos, de preferencia en suelos húmedos, a pleno sol.
“Tiene flores vistosas de un color celeste violáceo, formadas por seis tépalos, tres externos grandes, con el ápice agudo, una base blanca con puntos oscuros, delimitada por una franja de mismo color; y tres internos cóncavos, muy pequeños, con el centro más oscuro”, precisó.
La investigadora describió que la parte masculina está formada por tres estambres unidos en la base, amarillos cuando están maduros por el polen; mientras que por centro aparece el estilo, que es la parte femenina.
Sus hojas son de forma lanceolada (largas y estrechas) con pliegues longitudinales y ápice (punta) agudo y tiene un fruto de forma cilíndrica, que contiene sus semillas.
Hebertia lahue florece entre octubre y noviembre. “Sus flores son efímeras; abren durante las horas de sol, permaneciendo abiertas solo por unas horas al día”.
Ejemplares en el herbario
En el Herbario UdeC hay depositados 57 carpetas con ejemplares de la ninfa de la pradera, que han sido recogidos en distintos puntos del país.
“El más antiguo es de Víctor Baeza, un botánico que escribió un libro sobre nombres comunes, y la recolectó en Victoria, Provincia de Cautín, en diciembre de 1913. El más reciente es fue colectado en los cerros cercanos a la Universidad en 2003, probablemente en los terrenos de lo que es hoy Campus Naturaleza”, señaló.
Alicia Marticorena indicó que esta especie aún no ha sido revisada por el Comité de Clasificación de Especies del Ministerio del Medioambiente, por lo tanto, no se ha evaluado su estado de conservación.

“Es una planta muy bonita, que no se ve muy seguido, y cuando aparece solo lo hace en pequeños manchones, no en abundancia”, señaló Marticorena.
Por ello la exposición a diversos factores, como por ejemplo el ganado vacuno que la consume junto con las especies acompañantes, puede limitar o impedir su desarrollo, lo que podría amenazar su permanencia.
La especialista agregó que el hecho de que florezca en una zona urbana, de alto tránsito, “nos recuerda que todos tenemos necesidad de un espacio y de compartirlo”.
“Además de embellecer nuestro campus con su gran valor ornamental, es una representante nativa de nuestra flora y, por lo mismo, debemos cuidarla y disfrutarla”, expresó.







