En el marco del Mes de la Sustentabilidad, la Universidad de Concepción en alianza con la empresa Ciclo Cerrado realizaron la segunda campaña de recolección de residuos electrónicos en desuso en diversas unidades de los Campus Concepción y Chillán.
Según el informe Global Waste Management Outlook 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cada año se generan más de 2.100 millones de toneladas de residuos sólidos municipales en todo el mundo, cifra que podría ascender hasta 3.800 millones de toneladas para 2050.
En este escenario la colaboración de ambos organismos permite transformar residuos electrónicos en nuevas oportunidades: desde la creación de productos elaborados con plástico reciclado, hasta el desarrollo de líneas de trabajo asociadas a la minería urbana, la refacción de equipos y la recuperación de metales.
Esta segunda versión permitió reunir 720 kilos de residuos en el Campus Concepción y 250 kilos en el Campus Chillán. Todo el material recolectado fue trasladado a las instalaciones de Ciclo Cerrado, ubicadas en Concepción, para su clasificación, tratamiento y trazabilidad según normativa vigente.

El Director de UdeC+Sustentable, Alejandro Tudela Román, explicó que “esta campaña es parte del programa de reciclaje de residuos electrónicos, que tiene varias ventajas. Lo primero es que responde a los compromisos de la Institución de avanzar hacia una mayor sustentabilidad, particularmente en lo referido a refaccionar y reutilizar algunos equipos o a poner en recirculación distintos materiales a partir del reciclaje, como plástico, metales, etc”.
Indicó que otra de las ventajas es que “existen muchos equipos en desuso en la Universidad que están utilizando espacios, que ya son escasos. Este trabajo es también una oportunidad de liberar esos espacios y darle otra destinación que, además, les permite entrar en una cadena de recirculación se agrega valor a residuos que anteriormente parecían inservibles”.
Reciclaje de residuos electrónicos un círculo virtuoso
Una vez retirados los residuos desde la Universidad de Concepción, la empresa Ciclo Cerrado comienza un proceso de revisión y categorización de los equipos recibidos. Una parte de ellos se refacciona, permitiendo extender su vida útil y volver al mercado a precios más accesibles. Otra fracción —que incluye componentes como placas madre, procesadores, memorias RAM y discos duros— se destina a la minería urbana, siendo exportada a mercados internacionales donde se valorizan los materiales recuperables.
Así lo detalló el cofundador de Ciclo Cerrado, Renato Beyer Cárdenas, quien detalló que “todo aquello que es imposible de recuperar, pasa a desarme. Y los recursos que se rescatan, como cobre, aluminio, bronce, lata y fierro; se funden y se ponen nuevamente en circulación en el mercado nacional”. Indicó que “en comparación a enterrar una tonelada de computadores y perder todos esos materiales disponibles, nosotros logramos recuperar una gran cantidad, que vuelve a las líneas de producción en nuestro país”.

Este modelo de gestión integral permite disminuir la cantidad de residuos que llegan a vertederos, pero también favorece la creación de nuevos productos y cadenas de valor sustentables. En el caso del plástico ABS (acrilonitrilo butadieno estireno) extraído desde equipos electrónicos, Ciclo Cerrado lo transforma en un subproducto de gran proyección.
“El plástico ABS, como el que traen las impresoras, notebooks, teclados, mouse, etc. Cuando partimos con Ciclo Cerrado, fue un problema el plástico porque juntamos mucho volumen al poco andar y, al ser una empresa de reciclaje, lo que menos queríamos era tirar desperdicios al relleno sanitario”, indicó Beyer.
El dilema motivó la creatividad y de ahí a una solución: “después de varias investigaciones, logramos crear planchas de ABS con las que forramos puntos limpios, los que vendemos a diferentes empresas o particulares”. Producto que esperan prontamente poner a disposición masiva “queremos vender estas planchas en serie, no solamente se utilizan para los puntos limpios, si no como insumo para que las personas puedan revestir baños, quinchos o lo que quieran, aprovechando sus características”.

El Director de UdeC+Sustentable destacó que “con estos procesos la UdeC reafirma su compromiso con la sustentabilidad y la gestión responsable de residuos, promoviendo una cultura ambiental activa entre sus integrantes y cumpliendo con la legislación vigente en materia de manejo de residuos electrónicos”. Destacó que “este trabajo colaborativo con Ciclo Cerrado representa un ejemplo concreto de cómo la articulación entre instituciones académicas y empresas puede generar impactos ambientales positivos, fortalecer la economía local y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles”.
Tudela planteó, además, que este es un ejemplo de cómo la recolección de equipos que comenzó en la UdeC, permite la posterior fabricación de nuevos productos, iniciando un nuevo ciclo de vida a estos materiales y evidenciando el potencial de la economía circular aplicada a nivel local.







