El diseño urbano en Chile ha privilegiado históricamente a los automóviles, relegando a las personas, ciclistas y usuarios del transporte público. Frente a este escenario, académicos de la Universidad de Concepción coinciden en que priorizar al peatón y otros medios de movilización contribuiría a mejorar la seguridad y la sustentabilidad en las ciudades.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en su estudio “la dimensión humana en el espacio público”, resaltó el dominio de los vehículos motorizados y cómo estos desgastan los espacios. “La situación alcanza niveles paradójicos, ya que el coche necesita mucho más espacio para desplazar a las personas y, aun así, casi siempre se le da la prioridad”, señaló la investigación.
Para el profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción e investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), Dr. Juan Antonio Carrasco Montagna, priorizar al peatón y la caminata debería ser el eje central del diseño y la planificación urbana. Según explicó, andar a pie es la forma más utilizada para desplazarse y realizar actividades.
“Si uno lo piensa, es el modo de transporte más importante que tenemos en el Gran Concepción, ya que sirve para muchos viajes cortos y de gran relevancia. Además, constituye una forma de generar un espacio de sustentabilidad social, ambiental y económica. Es muy significativo para la ciudad”, profundizó.
El investigador del Cedeus detalló que gran parte de los viajes realizados en vehículo son de menos de cinco kilómetros, por lo que podrían ser fácilmente reemplazados por otros medios de transporte. De esta forma, “la caminata es una dimensión central que debería considerarse desde el punto de vista de la planificación urbana y el diseño de una ciudad”, agregó.
La priorización de los automóviles en las ciudades
El profesor de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía (FAUG) de la Universidad de Concepción, Dr. Leonel Pérez Bustamante, reconoció que históricamente se ha priorizado al automóvil.
“Si miramos las comunas, podemos encontrar calles estrechas, ese espacio fue, desde los 90 hasta el terremoto, privilegiado para los vehículos. Posterior al 2010 y la pandemia, se comenzó a repensar que ese espacio estaba hegemonizado por los autos y que necesitábamos pensarlo para las personas”, señaló.
El Dr. Juan Antonio Carrasco agregó que muchas veces se privilegia el espacio para estacionamientos, mientras que las veredas no se mantienen en buenas condiciones. “Además, si salimos fuera del centro de la ciudad, podemos ver más problemas, como la seguridad, la velocidad de los automóviles y el ruido. Estos son una serie de dimensiones que la literatura ha demostrado que actúan como inhibidores de la caminata”.
Los expertos coinciden en que no se debe demonizar a los vehículos, pues reconocen que constituyen una buena opción de movilización, especialmente para largas distancias. Sin embargo, también destacaron la importancia de poner en perspectiva los distintos beneficios y costos de cada modo de transporte. En esa línea, reforzaron la idea de priorizar al peatón y otras alternativas como el uso de bicicletas para distancias cortas y medias.
Priorizar al peatón: el futuro del diseño urbano
“Hoy en día se busca una armonía entre los diferentes modos de transporte, como las ciclovías, los espacios para la movilidad motorizada, los autos y quienes caminan”, aseguró el Dr. Leonel Pérez. No obstante, también advirtió que esta meta es compleja de alcanzar.
Como sugirieron los académicos, más que enfocarse en la peatonalización de las ciudades, se deben considerar zonas donde pueda existir una buena convivencia entre varios modos de transporte. La idea de un diseño inclusivo, que permite comprender las diferentes dimensiones de la movilización, se refleja en las llamadas “zonas 30”.
Estos espacios son más seguros, ya que, como indica su nombre, existe un límite de velocidad de hasta 30 km/h. De esta forma, se generan condiciones más seguras, mejorando la convivencia y el entorno de quienes transitan por el lugar. Un ejemplo en Concepción es la Diagonal Pedro Aguirre Cerda, donde se permite la circulación de vehículos y personas de manera armónica.
“Yo diría que hay que pensar para quién es la ciudad, y es para las personas, no para el automóvil. Todavía queda por avanzar en eso, porque queremos llegar en auto a todas partes y, a veces, es por rapidez y no se consideran medios alternativos. Ya sea caminando cuando nos queda cerca o en modos intermedios, como la bicicleta o la electromovilidad. Hay que pensar en ellos como elementos que fomenten la peatonalidad”, puntualizó el profesor de la FAUG.