Ventilador Asmar-UdeC: el primero en el país listo para su fabricación
Crédito: Dirección de Comunicaciones UdeC
Del laboratorio a la fábrica. El ventilador mecánico desarrollado por Asmar y la Universidad de Concepción se encuentra construyendo su primera partida de equipos, mostrando el potencial de la colaboración empresa-universidad.
A mediados de marzo, un grupo de profesores y estudiantes de la Facultad de Ingeniería UdeC buscaba soluciones para el combate de la pandemia. La inspiración provino del modelo de respirador mecánico liberado por el MIT y, a partir de ahí, se imaginaron la creación de un aparato local. Sin embargo, faltaba el impulso de un fabricante que lo sacara del laboratorio y pudiera escalar la producción.
Fue en ese instante que Astilleros y Maestranzas de la Armada, Asmar, se comunicó con la Universidad de Concepción y la alianza se concretó de forma natural.
El trabajo inicial no estuvo exento de dificultades. “La primera semana y media de trabajo con Asmar fue de mucha ansiedad de todo el equipo, porque estábamos contra el tiempo. Teníamos que ver la forma de poder sacar algo rápido, pero sin que perdiera calidad, confiabilidad y robustez”, explica el Dr. Pablo Aqueveque Navarro, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Ingeniería, cuyo equipo trabajó con el de Cristián Machuca Cabrera, capitán de fragata y jefe del Departamento de Sistemas de Armas de Asmar en Talcahuano.
Hoy, todo eso es parte de una historia de éxito, en la que ambas instituciones consiguieron, en el curso de unos pocos meses, desarrollar el primer ventilador mecánico realizado 100% en Chile. En efecto, el dispositivo pasó todas las pruebas de la iniciativa Un Respiro para Chile, desarrollada por Sofofa Hub con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ministerio de Ciencia y el Ministerio de Economía a través de la plataforma Social Lab.
Fueron más de 450 pruebas técnicas, además de testeos con pacientes reales, las necesarias para conseguir el visto bueno de cara a la fabricación masiva. En estos momentos, se están construyendo al menos 10 ventiladores, una primera partida financiada gracias a la donación de la empresa Isa Intervial. Asimismo, el equipo se adjudicó un nuevo fondo de Corfo y Sofofa, por 100 millones de pesos.
Tras pasar las pruebas, el equipo a cargo generó una nueva versión del aparato que reemplazó perillas por pantallas touch, generando así un mejor vínculo con el usuario final, explicó Pablo Aqueveque.
Un ventilador puente
El ventilador desarrollado por el equipo Asmar-UdeC se presenta como un puente entre el paciente y un aparato de respiración más complejo. Para lograr ese circuito, el equipo requirió de una capacidad importante, pues se trataba de un tipo de tecnología poco empleada en Chile.
Entre las características destacadas del Aparato de Asistencia Mecánica se encuentra un sistema completo y robusto de alarmas, que indica en tiempo real cómo se comporta el respirador ante un paciente real. Se trata de avisos que pueden ser configurados por los propios médicos.
En el desarrollo de este proyecto participaron al menos 30 personas, entre funcionarios de Asmar, ingenieros UdeC, diseñadores industriales, médicos del Hospital Naval de Talcahuano, médicos veterinarios UdeC y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, entre otros.
Desde Asmar, Cristián Machuca señaló que su equipo siente la satisfacción de haber sido los primeros en conseguir la certificación para comenzar a fabricar. “Es un orgullo trabajar con profesionales de tal calidad. Creo que se ha generado gran sinergia, y pensamos que puede ser importante esta colaboración en el futuro. Como Asmar, siempre tenemos el compromiso de responder a las necesidades del país. Ya lo hicimos en 2010 con la construcción de la cápsula Fénix, es parte de nuestro rol”.
“Un factor que no se ha destacado lo suficiente es que esta experiencia mostró una cara más positiva de la pandemia. Ha impulsado el trabajo colaborativo y la innovación tecnológica a través de la sinergia generada entre la academia y empresas del Estado como es Asmar”, agregó.
Por su parte, y mirando hacia los inicios del proyecto, Pablo Aqueveque hizo un balance positivo del trabajo. “Ha sido muy bueno demostrar que la investigación y el desarrollo tecnológico que se hace en la Universidad, en este caso con Asmar, sirve y no es algo tan lejano para la sociedad. Pudimos trabajar en conjunto, mediante la capacidad de Asmar para fabricar partes, llegar a un dispositivo altamente confiable y funcional. Es muy potente demostrar que se puede colaborar con un objetivo común para ayudar a la sociedad cuando está en problemas”.
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