La mariposa y el sol
Había una vez una joven enamorada del cielo llamada Hisako. Cuando la guerra cayó sobre Tokio y las luces se apagaban para esconder a la ciudad de los aviones enemigos, ella observaba el cielo. A los 28 años su padre le regaló un pequeño telescopio con el que quiso registrar los detalles de la Luna para un club de aficionados.