Se amplía la familia: Nacimiento de cinco nuevos polluelos aumenta a diez la población de cisnes en la UdeC
Crédito: Esteban Paredes Drake/DirCom UdeC.
El llamado a la comunidad universitaria y visitantes del Campus es a respetar el espacio de estas aves y alimentarlos solo con la comida de los dispensadores que están al costado del estanque.
Pasaron apenas cuatro meses desde el nacimiento de sus dos últimos polluelos y la pareja de cisnes de la Laguna Los Patos de la Universidad de Concepción sorprendió este sábado con la llegada de cinco nuevas crías.
Este es el número más alto de huevos que llegan a buen término en los últimos años, lo que hizo doblar la población de aves que habitan el estanque artificial, pasando de cinco a diez ejemplares.
El exitoso término del período de incubación fue recibido con alegría en la Unidad de Servicios Generales, la entidad de la Dirección de Servicios UdeC.
Pero también hay cautela. Son muchos los resguardos que se deben tomar para asegurar el buen desarrollo de los nuevos habitantes del espejo de agua, considerando que es uno de los puntos más visitados dentro del campus Concepción. Por eso, el llamado a la comunidad universitaria y general es a respetar los espacios y la alimentación de las aves.
El jefe de la Unidad, Javier Salinas Castro, destacó algunas mejoras en torno a los sistemas de vigilancia en la laguna, con la instalación de una cámara con sensores que detecta a quienes traspasan la zona de seguridad definida para los cisnes. Cuando esto ocurre, un parlante emite una grabación que advierte a las personas que deben respetar ese límite, cuenta.
“Hay un área de seguridad no solamente cerca del agua, sino también en la zona seca que es justamente donde anidan y empollan”, comentó Salinas.
El profesional agregó que este sistema también permite vigilar la presencia de perros en las cercanías del lugar. “Hay perros que se han lanzado a la laguna, por eso es importante que las personas que vienen con sus mascotas lo hagan usando cadena de sujeción”, dice.
Los perros
También preocupan los perros sin hogar que recorren la Universidad, porque -como señala- su control depende la Municipalidad a través de la Unidad de Control Canino y Felino. “Solo ellos pueden controlar y retirar a estos animales”.
“El problema es que los perros tienen el instinto animal y si ven un ave la pueden atacar”, indica.
El cuidado en la alimentación también es motivo de preocupación. “Hemos visto gente que les da maní, pan, palomitas de maíz e incluso chicle”, comenta.
La idea es que quienes quieran dar de comer a los cisnes, lo hagan con el alimento que está dispuesto en los dispensadores a un costado de la laguna, que ha sido diseñado conforme a los requerimientos nutricionales de los animales.
El área de Sustentabilidad de Gestión de Campus junto con el personal de Parques y Jardines están a cargo de mantener el área, cuidar de los cines y su alimentación.
Ellos monitorean la cantidad de comida que reciben cada día desde los dispensadores y complementan las dosis, si es necesario, para cumplir con las raciones que corresponden a diario.
La encargada de Sustentabilidad, Carolina Llanos Flores, insiste en que todos somos responsables del cuidado de la biodiversidad que existe en el Campus.
“Los cisnes no son un juguete, por lo tanto hay que ser respetuosos con ellos y su entorno y en ese sentido hay que llamar a la comunidad a cuidar a los recién nacidos, de la misma forma en que los humanos protegemos a nuestros bebés”, señala.
También agrega que hay que tomar precauciones y mantener la distancia con los padres que en este período están pendientes de cuidar a sus polluelos “y pueden ponerse agresivos”.
Javier Salinas anota que, si bien estas aves están acostumbradas a convivir con quienes circulan por el Campus, “hay una zona de seguridad que está ahí para evitar que se estresen, sobre todo en este período. Por eso es importante que padres y madres enseñen a niños y niñas a respetar a los animales y su espacio”.
Especie endémica
El cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus) es un ave endémica de América del Sur, que se encuentra en Brasil, en Argentina, Uruguay y Chile. En nuestro país es común encontrarla desde Coquimbo a Cabo de Hornos y, de forma accidental, en la Región de Atacama y la Isla Robinson Crusoe, señala la Decana de Ciencias Naturales y Oceanográficas, Margarita Marchant San Martín
Es el ave acuática más grande en Chile y, de acuerdo a la académica, puede alcanzar un 1. 24 metros de longitud.
La comunidad universitaria y penquista tiene el privilegio de tener contacto cotidiano con esta esta especie protegida por ley, que suele habitar en áreas costeras poco profundas, en lagos de agua dulce o salobre, canales y desembocadura de ríos.
“Buscan aguas tranquilas con poco oleaje, generalmente someras, que permitan el crecimiento de vegetales sumergidos. También es común en fiordos marinos”, agrega la Dra. Marchant.
El periodo reproductivo de los cisnes se concentra entre junio y enero, y puede extenderse hasta abril, con posturas que pueden ir de cuatro a ocho huevos, según indica una ficha sobre la especie publicada en el sitio del Ministerio del Medioambiente.
Lo normal es que aniden una vez por año, aunque algunas parejas vuelven a hacerlo si inician el proceso reproductivo tempranamente en la temporada.
La hembra es la responsable de hacer la incubación, pero está siempre acompañada de su pareja, que permanece cerca del nido defendiéndolo de los intrusos. Ambos participan del cuidado de las crías y suelen llevarlos sobre sus espaldas o protegidos bajos sus alas.
Los cisnes de cuello negro son monógamos; tienen una sola pareja a lo largo de la vida y si ésta muere no vuelven a emparejarse.
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