Reforma al sistema político: Académicos UdeC destacan su potencial pero llaman a garantizar transparencia y participación

Crédito: Senado.cl
El proyecto de reforma al sistema político chileno busca mejorar la gobernabilidad reduciendo la fragmentación partidista. Docentes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales UdeC destacan avances pero advierten desafíos, como fortalecer partidos, evitar exclusiones y promover transparencia, para asegurar su éxito y legitimidad.
El sistema político chileno ha sido objeto de varias reformas desde el retorno a la democracia, buscando equilibrar representatividad y gobernabilidad. Una de las más significativas fue la implementación del sistema proporcional inclusivo en 2015, que reemplazó al criticado sistema binominal. Si bien esta medida amplió la participación política, diversas voces apuntan a que generó una fragmentación partidista, dificultando la formación de mayorías estables y reduciendo la capacidad del Congreso para responder a las demandas ciudadanas.
Ante este panorama, un grupo de senadores de diversas bancadas propuso una nueva reforma al sistema político, que incluye un umbral electoral del 5% para acceder a escaños en la Cámara de Diputados y medidas para evitar la indisciplina partidaria, como la pérdida del cargo para parlamentarios que renuncien a los partidos por los cuales fueron electos. La iniciativa, inspirada en modelos como el alemán, busca corregir los defectos del sistema proporcional y mejorar la gobernabilidad en el Congreso.
El académico del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política de la Universidad de Concepción y Director Alterno del Núcleo Milenio sobre Crisis Políticas en América Latina, Dr. Christopher Martínez Nourdin, afirmó que valora la intención de la reforma, pero la considera limitada frente a los desafíos actuales.
«Una reforma que mejore la política es en extremo necesaria. La política chilena ha experimentado un deterioro sistemático en las últimas décadas», explicó el docente. Sin embargo, argumenta que la propuesta requiere ajustes significativos para abordar problemas estructurales del sistema político.
Entre las áreas críticas que identifica, el Dr. Christopher Martínez propone:
- Exigir militancia partidaria: Los candidatos en listas de partidos deben ser militantes, promoviendo la cohesión interna y el fortalecimiento de las dinámicas internas de las agrupaciones políticas. «Un síntoma del debilitamiento de los partidos es la inclusión de independientes en sus listas electorales. Por un lado, el partido busca ser competitivo electoralmente externalizando esa tarea en un independiente. Por otro lado, el “independiente con apellido de partido” busca mejorar sus posibilidades de ser electo pero manteniendo un halo de autonomía al declararse como tal», afirmó.
- Implementar listas cerradas y bloqueadas: Esto permitiría despersonalizar la política electoral, centrando el debate en propuestas colectivas en lugar de en figuras individuales. Esto, según el académico, buscaría que «a las personas les quede claro desde antes de la elección que su voto siempre ha ido primeramente a una lista, aunque vote por una persona en particular».
- Evitar los «diputados de nicho»: Los representantes electos con un número reducido de votos tienden a atender intereses limitados, «muchas veces oponiéndose a proyectos colectivos y con vocación de mayoría», explicó Martínez.
- Revisar el financiamiento electoral: El reembolso del Servicio Electoral (Servel) debe evitar convertirse en un incentivo para candidaturas sin posibilidades reales. «Ser candidatos/as puede ser un fin en sí mismo porque incluso si pierden reciben recursos por los votos obtenidos», agregó el académico.
- Abordar problemas subnacionales: Las largas papeletas y la desinformación de los votantes, especialmente en contextos locales, contribuyen, de acuerdo al Director Alterno del Núcleo Milenio Crispol, al descontento y la desconfianza hacia las instituciones.
Analizando la propuesta desde el área del Derecho Constitucional, el académico del Departamento de Derecho Público de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales UdeC, José Bidart Hernández, destacó la pertinencia del proyecto para abordar la crisis de gobernabilidad.
Bidart contextualiza la reforma como una respuesta a los defectos del sistema proporcional. «Mientras la ley 20.840 buscó aumentar la representatividad y legitimidad del sistema electoral, el presente proyecto pone el foco en la gobernabilidad, algo que hoy se encuentra en crisis. A diferencia de las modificaciones previas, que ampliaron la participación política, ésta busca corregir el exceso de fragmentación que ha derivado en un Congreso incapaz de responder a las demandas ciudadanas», señaló el abogado.
El académico defiende el umbral electoral del 5% como una herramienta necesaria para evitar la fragmentación: «Desde la implementación de la reforma del año 2015, el número de partidos en el Congreso se ha triplicado, pasando de un promedio de 7 entre 1989 y 2013, a más de 21 en el año 2021. Esto genera parálisis legislativa y caudillismos que dificultan la construcción de mayorías estables», señala.
José Bidart también subrayó que la reforma se inspira en sistemas mixtos, como el alemán, que han demostrado su éxito combinando proporcionalidad y gobernabilidad. Sin embargo, advierte que el proceso debe ser transparente y participativo: «La ciudadanía debe sentirse parte del cambio y no espectadora de decisiones tomadas a puerta cerrada».
Retos y riesgos
Ambos académicos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción, coinciden en que la reforma enfrenta desafíos significativos. Christopher Martínez destacó la necesidad de medidas de carácter integral «para evitar que una reforma bien intencionada se convierta, inadvertidamente, en un ejemplo de gatopardismo».
José Bidart, por otro lado, advirtió sobre el riesgo de exclusión de sectores minoritarios si los partidos pequeños no logran adaptarse al nuevo umbral.
«Si los partidos pequeños no se reagrupan en coaliciones viables, podríamos enfrentar una exclusión de sectores políticos que, aunque minoritarios, representan visiones relevantes del pasado reciente. Otro riesgo es que los partidos grandes se fortalezcan excesivamente, generando una dinámica de concentración de poder que termine por frustrar el propósito de la reforma que se propone», manifestó el docente.
Un aspecto crítico señalado por José Bidart es la causal de cesación del cargo para parlamentarios que renuncien a sus partidos. «Por ejemplo, la renuncia de un parlamentario al partido político que lo inscribió como candidato que se funda en profundas razones de fondo ideológico o en la denuncia de prácticas ilegales, no puede asimilarse a aquella que sólo se funda en una conveniencia electoral», argumentó
Además, enfatiza la importancia de ajustar la Ley de Partidos Políticos para fortalecer la democracia interna y garantizar que los partidos sean actores sólidos y representativos.
La reforma al sistema político chileno plantearía una oportunidad crucial para mejorar la gobernabilidad y responder a las demandas ciudadanas. Para Christopher Martínez, la reforma debe ir más allá de los cambios propuestos, abordando problemas estructurales que afectan tanto a los partidos como a los votantes. «Las reformas propuestas avanzan en la dirección correcta, pero sus resultados podrían ser insuficientes, incluso si se trata de la primera de una serie de modificaciones», concluye.
En tanto, José Bidart, indica que el éxito de la reforma dependerá de factores como la capacidad de alcanzar acuerdos transversales, objetivos definidos, transparencia y la disposición de medidas transitorias:
«Primero, acuerdo transversal amplio: las reformas exitosas son aquellas que trascienden los ciclos electorales. Segundo, claridad en los objetivos: esta reforma debe explicarse como un esfuerzo por fortalecer el pluralismo de fondo eficaz y, consecuentemente, la estabilidad política que facilite los grandes acuerdos legislativos. Tercero, transparencia en el proceso legislativo: la ciudadanía debe sentirse parte del cambio y no espectadora de decisiones tomadas a puerta cerrada. Y finalmente, medidas transitorias razonables, como el umbral del 4% para el año 2025, y medidas que conceden flexibilidad a los partidos políticos constituidos para la constitución de coaliciones políticas y programáticas estables», dijo el académico del Departamento de Derecho Público UdeC.
- Compartir
- Compartir
Noticias relacionadas
Reportajes