Pensar la sociedad: Una mirada a las comunicaciones desde la técnica y el conflicto
Crédito: VRIM
En una nueva sesión del ciclo Participación y Ciudadanía, de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, el filósofo e investigador Carlos Ossa reflexionó sobre la incidencia de la técnica en la comunicación, el lenguaje y relaciones sociales.
Una reflexión sobre la profunda mutación que ha sufrido nuestra forma de percibir, comprender y estructurar el tiempo y el espacio, ofreció el doctor en Filosofía y académico del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Carlos Ossa Swears, en la segunda charla del ciclo Participación y Ciudadanía, de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, VRIM, de la Universidad de Concepción.
La actividad tiene por objetivo mirar otras dimensiones de las crisis que nos ha tocado afrontar, discutir qué tipo de sociedad queremos construir de ahora en adelante, qué reflexiones tienen las personas en el momento actual, a través del aporte de la investigación en música, artes visuales, filosofía o literaturas, entre otras áreas de las artes, las humanidades y las ciencias sociales.
“Intelectuales de diversos ámbitos vienen, desde hace tiempo, convocándonos a pensar sobre el precio que debemos pagar por los beneficios de nuestras actuales formas de comunicación. Se preguntan si vale la pena o reflexionan sobre la posibilidad de convivir con ellas en un razonable equilibrio, sin desaprovechar las ventajas que nos ofrecen; analizan también, como una de sus más inquietantes consecuencias, el debilitamiento de la preocupación por la verdad y el correlativo aumento de la tergiversación, las informaciones falsas o confusas y el sesgo de confirmación”, sostuvo la Vicerrectora VRIM, Dra. Claudia Muñoz Tobar, al abrir la actividad.
Pensar la sociedad
Comunicaciones aceleracionistas: algoritmo y conflicto fue el nombre de la conferencia de Ossa, quien se refirió al trabajo de investigación que ha estado realizando en torno a los distintos tipos de temporalidades que las comunicaciones han ido construyendo en vínculo con transformaciones tecnológicas. Eso, dijo, “nos permite aseverar que hoy estamos en presencia de una mutación profunda en el sistema de percibir, comprender y estructurar el tiempo y el espacio, con las múltiples consecuencias que ello tiene sobre las dimensiones de la sensibilidad, creatividad y reflexión”.
Al contrario de lo que sostenía la Teoría de los Medios, de la primera mitad del siglo 20, para Ossa las comunicaciones son entendidas como una forma de pensar la sociedad. “El desplazarnos de una visión instrumental, donde la comunicación se identifica con condiciones mediales, sin reconocer el papel que juega en la construcción de sentido social, ha hecho que no nos demos cuenta del acelerado proceso de transformación que las comunicaciones han sufrido desde los años 60 en adelante”.
En ese sentido recordó que los modelos culturales clásicos siempre han demostrado un desprecio por lo técnico, en una suerte de antagonismo con lo cultural. No obstante, dijo, lo técnico es un producto cultural y, por lo tanto, debe ser leído de otra manera.
Ossa señaló que, en lugar de oponer cultura con técnica, sería preciso entender cómo ambas han incidido significativamente en nuestra manera de leer la realidad y en cómo respondemos hoy a las distintas crisis que se nos plantean, y que van desde las que expresan un cansancio del planeta respecto al modo en que ha sido explotado, hasta un cansancio nuestro puesto que hemos convertido el exceso de productividad en una promesa de libertad que, finalmente, nos deja neuróticos y cansados. “Allí donde se nos ofrecerían las condiciones para ser libres, la libertad la realizamos a través de una compulsión que nos termina agotando”, dijo.
Belleza semántica y eficiencia pragmática
En una alusión a la realidad que vemos a diario, Ossa señaló que hoy la información se ha convertido en un modo de existencia: para exhibirse, para debatir, para negar, para posibilitar u omitir.
“Nuestra conversación social está tramada por modelos de comunicación que expropiaron el carácter comunitario de la conversación en favor de la exhibición programada de un discurso que se refiere a sí mismo. Cuando conversamos, no discutimos con el otro, sino que informamos al otro lo que pensamos y, por lo tanto, obstruimos el carácter relacional del lenguaje”.
En un tema que aborda tanto lo técnico como lo cultural, Ossa mencionó que la riqueza del lenguaje, su belleza semántica, la hemos ido sustituyendo por su eficacia pragmática. Por ello, propone reconciliar y rearticular esa esfera de la eficiencia pragmática con la esfera de la belleza semántica, para que la llamada conversación social se dé en un ambiente donde el antagonismo se convierta en agonismo; es decir, “el otro no es un enemigo que hay que eliminar, sino que el otro es un adversario que tiene derecho y palabra, con el que debemos compartir un consenso tramado por un conflicto que no destruye la convivencia”.
En esta reconciliación ve la posibilidad de encontrar en el leguaje, nuevamente, una oportunidad para imaginar lo que todavía no somos y que nunca podremos construir individualmente, si no es en relación con el otro.
Por ello, concluyó señalando que es importante restituir el momento constitutivo de todo lenguaje, en el que me presento ante los otros descubriendo que “soy” en el instante en que me nombro y los nombro.
“Significa que el individuo tiene una profunda vocación social; que en el entendimiento con el otro comprende el lugar que tiene y el modo que articula su lenguaje. Lo fascinante de la aventura humana es que somos siempre una hipótesis existencial, una conjetura antropológica buscando encontrar una respuesta dentro de las mallas de significación que hemos construido con la cultura, la tecnología y el modo histórico que tenemos de vivir”, señaló.
El ciclo continuará el martes 24 de noviembre, con la participación de la escritora nicaragüense, Gioconda Belli.
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