"Nuestras construcciones están muy alejadas de la OCDE": Especialista UdeC y confort térmico de viviendas en Chile
Crédito: César Arroyo Muñoz / Dirección de Comunicaciones
Cambios profundos a nivel de confort térmico se requiere impulsar para mejorar el bienestar en el hogar y el medio ambiente. La Dra. María Isabel Rivera, académica UdeC, destacó la necesidad de abordar con seriedad la problemática que afecta a miles de hogares.
El confort térmico es uno de los componentes fundamentales para el bienestar en el hogar, la calidad de vida de las personas y el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, la aislación térmica en las viviendas, tanto en la región del Biobío como a nivel nacional, está lejos de alcanzar niveles óptimos y no complementan con eficiencia el uso de dispositivos de calefacción de leña, pellet, gas o eléctricos.
A pesar de que existen normativas e incentivos que apuntan a revertir esta situación, la falta de un cuerpo legal que responda de manera adaptativa a la diversidad de climas en Chile ha sido determinante. La Dra. María Isabel Rivera Barraza, académica de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía e investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable UC-UdeC, ha investigado extensamente esta problemática y es crítica en cuanto a la normativa por no abordar apropiadamente el asunto.
En el caso de la capital del Biobío, aplica el Plan de Prevención y de Descontaminación Atmosférica para las comunas de Concepción Metropolitano, mientra que a nivel nacional la normativa térmica está alojada en el Artículo 4.1.10 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones.
“La falta de aislación térmica en las viviendas se debe, en gran parte, a la deficiencia de la normativa vigente en Chile, que no especifica estándares adecuados para las distintas zonas climáticas del país. Esta situación ha llevado a que las personas sufran extremos de frío y calor, lo que afecta negativamente su bienestar y salud”, subraya la docente.
Esta carencia tiene entre sus consecuencias una calidad constructiva preocupante, con situaciones que pueden resultar paradójicas: “No tenemos una buena calidad de construcción en Chile en materia. A veces en las casas se pasa más frío adentro que afuera”.
Para dar respuesta a las deficiencias en aislación térmico, las personas actúan según lo que le permiten sus conocimientos. María Isabel Rivera explicó que durante la pandemia participó en la realización de un estudio donde vieron las soluciones alternativas empleadas por la gente para capear el frío: “Vimos que la mayoría de las personas prefiere acostarse más temprano, lo que va en desmedro de la actividad familiar, y sobre todo en las familias de menos recursos. No todos los grupos familiares tienen acceso a la calefacción eléctrica, y las personas con pocos recursos buscan soluciones de este tipo para tratar de resguardarse”.
La situación ha conducido no solo a que las personas sufran extremos de frío o de calor producto de la mala aislación, sino también que precipita problemas en su bienestar y salud, agrega la investigadora de Cedeus, provocando un aumento de enfermedades respiratorias y otras afecciones vinculadas a las malas condiciones ambientales.
“Esto tiene un impacto no solo en el interior de las viviendas sino que también afuera. La calidad del aire en ciertas horas es insalubre, sobre todo despues de las 17:00 horas. La normativa actual es muy permisiva, permite un rango de material particulado más alto que lo que toleran las normativas internacionales”, explicó la Dra. María Isabel Rivera.
Para mejorar el panorama, la arquitecta y docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía aboga por cambios significativos en la normativa y mayores inversiones en políticas públicas, sumando las voluntades de los sectores involucrados.
“Hay que hacer pronto un cambio en la normativa que tenemos y poner mayores exigencias, tanto para las viviendas nuevas como para las que ya existen. Por otro lado, debe haber una inyección de fondos para los subsidios de reacondicionamiento de viviendas existente. Tenemos un amplio banco de viviendas que no están construidas con estándares de calidad. Además, hay que mejorar y aumentar el capital humano y la fiscalización, y así asegurar la calidad constructiva de las viviendas. Desde el punto de vista térmico se suele construir en general bajo una muy mala calidad, no así desde otros aspectos como la normativa sísmica. Hay que actualizar las políticas públicas, que sean más arraigadas a la realidad local. Es muy caro calefaccionar de manera eléctrica, y deberían haber políticas que subsidien los gastos del consumo eléctrico en invierno”, reflexionó.
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