Micoplasmosis felina: el peligro invisible que las picaduras de pulgas pueden transmitir a los gatos

Crédito: Freepik
Aunque muchos felinos portan este microorganismo sin síntomas, bajo ciertas condiciones puede provocar anemia severa. La detección oportuna, el tratamiento adecuado y una tenencia responsable son fundamentales para evitar complicaciones.
En el mundo felino existen múltiples amenazas invisibles para su salud, y una de ellas son las infecciones por micoplasmas hemotrópicos. Se trata de pequeñas bacterias que parasitan la superficie de los glóbulos rojos de los gatos y que, si bien no siempre generan síntomas, pueden desencadenar cuadros graves como anemia hemolítica, especialmente en animales inmunosuprimidos.
La médica veterinaria y docente de la Universidad de Concepción, Tania Agurto Aedo, explica que existen tres especies capaces de infectar a los gatos: Mycoplasma haemofelis, Candidatus mycoplasma haemominutum y Candidatus mycoplasma turicencis. Estas dos últimas, aunque menos patógenas, pueden provocar enfermedades, especialmente en felinos con enfermedades base.
Según la especialista, los signos clínicos que puede detectar el tutor son “depresión, anorexia, taquicardia, taquipnea, mucosas pálidas, fiebre, deshidratación y pérdida de peso”. Si bien estos síntomas pueden corresponder a múltiples patologías, una evaluación veterinaria es fundamental para descartar o confirmar micoplasmosis.
“Aunque aún se discute con exactitud cómo se transmite el mycoplasma entre gatos, se ha identificado a la pulga como uno de los principales vectores de contagio”, explicó la Diplomada en Medicina Felina. “La picadura de este artrópodo puede facilitar el ingreso del agente infeccioso al organismo felino”. Además, agregó que también existen otras posibles vías, como el contacto directo entre gatos —especialmente a través de mordeduras penetrantes y sangrantes durante peleas— y las transfusiones sanguíneas.

Tenencia responsable
Al igual que otras enfermedades, una detección oportuna, un tratamiento adecuado y una estrategia preventiva son claves para proteger la salud de los gatos.
La profesional de la Clínica Veterinaria de la UdeC, detalló que “el pronóstico en general es bueno si se realiza el diagnóstico oportuno y si se instaura el tratamiento adecuado, el problema es que muchos gatos son portadores y al hacer las distintas pruebas puede salir positivo pero eso no significa necesariamente que el mycoplasma sea el culpable de la enfermedad”, profundizó, “de hecho, en la mayoría de los casos no lo es, esta bacteria se aprovecha de la inmunosupresión causada por otra enfermedad primaria que hay que diagnosticar y tratar a parte”.
Tras su diagnóstico “los tratamientos para el mycoplasma se basan principalmente en terapia antibiótica y corticoides (de ser necesarios), ya que el proceso también puede tener un componente inmunomediado. Además, se debe realizar terapia sintomática para controlar la fiebre, estimular el apetito con alimento altamente palatable y proteico entre otras cosas”, relevó la docente UdeC.
Prevenir la micoplasmosis es similar a prevenir otras enfermedades comunes en gatos. La especialista indicó que para evitar el contagio, la medida más importante es la prevención. “Mantener a los gatos castrados, indoor, con vacunas y desparasitaciones externas e internas al día, controles veterinarios anuales, chequeo retroviral (inmunodeficiencia y leucemia viral felina), entregar buena alimentación y un ambiente libre de estrés”, puntualizó la médico veterinaria Tania Agurto.
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