Laboratorio flotante finaliza misión que estudia material genético del océano para investigar efectos de la crisis climática
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Se trata de la goleta TARA, la cual navegó desde la Antártica hasta Iquique, además de surcar las costas atlánticas de Sudamérica y África. La expedición busca estudiar los servicios que presta el microbioma oceánico y sus interacciones con el clima y la contaminación.
La goleta TARA de la fundación Tara Océan zarpó desde Lorient, en Francia, el 12 de diciembre de 2020 y en su recorrido de dos años conectó los océanos Atlántico, Austral y Pacífico, tiempo en el que analizó el microbioma marino alrededor del mundo, con el objetivo de comprender de mejor manera el impacto del cambio climático. En su travesía por aguas chilenas, la misión estuvo apoyada por un equipo multidisciplinario de nueve centros de investigación de excelencia de Chile reunidos en el consorcio CEODOS.
Entre ellos, se encuentra el Centro de Investigación Oceanográfica COPAS Coastal, cuya directora, Dra. Camila Fernández, se refiere a los inicios de esta expedición: “Conformamos un grupo de centros de excelencia en Chile para trabajar en un mismo fin, comprometidos a generar expediciones similares a través del tiempo para que áreas marinas protegidas en Chile sean definidas en base al valor climático que tienen”. Y así precisamente fue la misión en la cual la goleta TARA recorrió Chile navegando por zonas claves para la oceanografía nacional, para caracterizarlas y así entender fenómenos y servicios del océano, como los prístinos fiordos en torno al norte de Punta Arenas, las surgencias de la Región del Biobío, la desembocadura de ríos a lo largo del país y transectos en torno a glaciares que están en proceso de evolución.
Realizando un muestreo integral de la costa chilena, desde la Antártica hasta Iquique, el equipo de investigadores ahora podrá comprender de mejor manera el impacto del cambio climático, contribuyendo a la capacidad chilena de adaptarse y mitigar sus efectos. Como objeto de estudio se encuentran los microorganismos oceánicos, tales como bacterias, hongos y virus, además de algunos crustáceos, contaminantes emergentes como el microplástico, agentes patógenos, metales traza en el océano y el comportamiento de gases de efecto invernadero.
Un plus de este estudio radica en que está llevado a cabo por un equipo multidisciplinario de investigadores, que involucra especialistas en oceanografía, biología molecular, matemáticas, etc., lo que le otorga distintas visiones y análisis a la investigación. Como señala Alejandro Maass, investigador del Centro de Modelamiento Matemático, CMM, de la U. de Chile, “El CMM aportará con la visión matemática en este problema, es decir, el cómo analizamos y percibimos datos, y cómo el observar nos permite elaborar teorías matemáticas que de alguna manera den cuenta de cómo el cambio de clima está impactando la biodiversidad del océano”, puntualiza el también codirector de CEODOS.
Dada la magnitud de esta expedición, no estuvo exenta de ciertas dificultades. Como relata la Dra. Fernández, los inicios de la misión coincidieron con tiempos de pandemia y cuarentenas: “No había forma de hacer partir la expedición; Francia estaba en cuarentena, recibimos al velero en Punta Arenas en cuarentena y luego nos movimos en aguas chilenas en cuarentena. Incluso entre Puerto Montt y Concepción hubo que desviar el barco para realizar PCR de emergencia, porque teníamos una sospecha de COVID a bordo, lo que afortunadamente fue una falsa alarma”, menciona la investigadora y codirectora de CEODOS.
La misión colectó 4.500 muestras de plancton las cuales serán analizadas y los resultados se darán a conocer públicamente con el objetivo de promover que las futuras decisiones medioambientales a nivel mundial se puedan tomar con la evidencia necesaria. “Es mucho más fácil hacer comprender a la sociedad los cambios que tenemos que hacer si los datos que los respaldan están disponibles para toda la comunidad. Lo que hemos logrado en la misión TARA es una base de datos sin precedentes. Ahora ya estamos preparando los algoritmos, los modelos matemáticos y la inteligencia artificial, con lo cual podremos entender qué es lo que controla a los habitantes microscópicos del océano, los cuales nos ayudan en nuestra sobrevivencia”, manifiesta la directora de COPAS Coastal.
El consorcio CEODOS, que fue parte de esta expedición, está conformado por el Centro de Investigación Oceanográfica COPAS Coastal, el Centro de Modelamiento Matemático, (CMM), el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2); el Laboratorio Internacional Asociado “Estrategias Adaptativas Multiescala” (LIA MAST), el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP); el Centro de Regulación del Genoma (CRG), el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR) e Inria Chile.
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