La labor clave que desarrolla COPAS Coastal para estudiar cambio climático en la Bahía de Coliumo
Crédito: COPAS Coastal
Centro monitorea bahía ubicada en la costa de Tomé para estudiar la incidencia de los eventos extremos y entender procesos de alta variabilidad climática.
Cambios extremos en precipitaciones, vientos y temperatura del aire tienen una gran influencia sobre la población humana. Eventos cómo olas de calor y ríos atmosféricos, que son de corta duración (días), pueden producir estos cambios extremos. Estos eventos han sido ampliamente estudiados en el campo de la meteorología, pero sus impactos en el océano son poco conocidos.
Con el objetivo de estudiar los posibles impactos de “eventos extremos”, un equipo liderado por el Dr. Diego Narváez, del Centro COPAS Coastal, realizó durante enero de 2022 una campaña oceanográfica en la Bahía de Coliumo.
La idea, expresó Narváez, es generar una metodología estándar para estudiar los posibles efectos de olas de calor y ríos atmosféricos en el océano costero. Para ello fue necesario adaptar estrategias metodológicas y realizar mediciones de alta frecuencia por un corto período de tiempo (1 semana).
“Estuvimos probando el sistema de monitoreo con equipos de última generación, además de efectuar muestreos biológicos, con el fin de obtener la variabilidad de las condiciones oceanográficas con la mayor frecuencia posible”, precisó Narváez
Los sensores consistieron en una línea de termistores, un perfilador automático de temperatura, salinidad, oxígeno y fluorescencia (Wirewalker), un perfilador de corrientes (ADCP) y sensores de temperatura, conductividad y oxígeno instalados en la Bahía de Coliumo.
Todo este equipamiento viene acompañado de una serie de mediciones biogeoquímicas a distintas profundidades, con el objetivo de determinar qué está ocurriendo con fito y zooplancton durante cortos períodos de tiempo.
“Ha sido un ensayo positivo, por lo tanto, con los datos y muestras obtenidas, haremos el procesamiento de la información para determinar los resultados más relevantes”, explicó Narváez.
Análisis posteriores
En el laboratorio, aseguró el jefe científico de la campaña, se realizarán los análisis químicos y biológicos de actividad primaria, nutrientes, etc., trabajo que en unos dos meses podría tener resultados preliminares.
“En este muestreo inicial se van obtener las condiciones basales del océano costero, ahora nos queda repetir el monitoreo durante condiciones con y sin eventos extremos para recién observar los cambios que se producen, ya que es preciso realizar más campañas oceanográficas como la efectuada acá en Coliumo”.
Narváez agregó que es clave además ir adaptando los muestreos de acuerdo con los resultados que vayan obteniendo, dado que en el largo plazo este estudio va a contribuir al entendimiento de cómo funcionan los ecosistemas durante eventos extremos, que serán cada vez más frecuentes y de mayor intensidad debido al cambio climático.
Pasos futuros
El Dr. Diego Narváez, agregó que como Centro COPAS Coastal, uno de los objetivos es tener en dos o tres años, la suficiente cantidad de información para saber cómo responden los ecosistemas ante eventos extremos. “Sin duda que este trabajo hay que complementarlo con otros estudios, incorporando otros componentes del ecosistema como pesquerías, pero es un pequeño paso para alcanzar los objetivos trazados”.
La logística para este tipo de campañas es siempre compleja, “pero gracias a las instalaciones de la Estación de Biología Marina de la Universidad de Concepción y al equipo multidisciplinario, integrado por investigadores y estudiantes, se ha podido concretar con éxito esta prueba de muestreo”, reiteró Narváez.
Al respecto, la directora del Centro COPAS Coastal, Dra. Camila Fernández, manifestó que este esfuerzo efectuado durante una semana es “nuestra vuelta al mar”, a terreno, y sobre todo en la Región del Biobío, dado que “nos concentramos en la Patagonia durante mucho tiempo, pero el cambio climático y la vulnerabilidad de la zona nos insta a estar en casa, y comenzar una nueva fase, con el estudio de la incidencia de eventos extremos”.
“Esta fue una prueba tanto de equipo humano como tecnológico, para estar preparados para seguir científicamente estos eventos, como olas de calor y ríos atmosféricos, que son cada vez más frecuentes, por lo tanto, vamos a estar monitoreando permanentemente”.
Además, añadió Fernández, es una oportunidad para que las tesis que se están desarrollando en el centro vuelvan a terreno y al laboratorio, “para ejercer nuestra labor en el mar, gracias a lo multidisciplinario de nuestro equipo, compuesto por oceanógrafos, climatólogos, biólogos, biogeoquímicos y físicos, que estamos trabajando por un objetivo científico que es de urgencia para todo el mundo”, enfatizó la directora del Centro COPAS Coastal.
El equipo
Valentina Valdés, bióloga marina y doctora en Oceanografía, está realizando un postdoctorado en el Centro COPAS Coastal, y estuvo a cargo de las muestras biogeoquímicas en esta campaña.
“Tomamos muestras de los parámetros biogeoquímicos del agua, como nutrientes, amonio y moleculares como composición microbiana, además de hacer algunos experimentos in situ de fijación de CO2 atmosférico. La idea es montar un piloto para poder replicarlo cada vez que ocurran estos eventos extremos”, relató Valdés.
Simón Lecaros, por su parte, es alumno en práctica del Centro COPAS Coastal, estudia Licenciatura en Geofísica en la Universidad de Chile y en la campaña apoyó en los distintos procesos, como toma de muestras de agua y biológicas, y en el montaje de los distintos equipos que se utilizaron.
“En esta semana de trabajo me pude dar cuenta lo exigentes que son los terrenos en el mar, pero a su vez son muy gratificantes desde el punto de vista académico, el trabajo multidisciplinario que se efectúa es muy enriquecedor y el aporte a la ciencia es innegable, sobre todo por los acontecimientos climáticos actuales”, enfatizó Lecaros.
Jimena González, es estudiante tesista de Biología Marina en la Universidad de Concepción, y fue la encargada de la toma de muestras y la utilización de un citómetro de flujo sumergible (IFCB) de última generación.
“Después de haber estado dos años con clases en línea, tener esta experiencia en terreno ha sido muy gratificante desde el punto de vista científico y académico, ya que en el mar están los datos que nos permitirán avanzar satisfactoriamente en este estudio de gran relevancia”, explicó González.
Es preciso mencionar que también participaron activamente de la campaña, Francesca Carrión, estudiante del magíster en Ciencias con mención en Oceanografía y María Teresa González, alumna de Biología Marina, ambas de la Universidad de Concepción, quienes destacaron el trabajo conjunto y multidisciplinario efectuado durante la semana de labores en terreno.
Finalmente, Nicolás Mayorga, profesional oceanográfico del Centro COPAS Coastal, lideró principalmente el despliegue de equipos asociados a la oceanografía física.
“Con estos equipos medimos las variables físicas y biológicas de los cuerpos de agua de la Bahía de Coliumo, como la temperatura, salinidad, oxígeno y fluorescencia, además de instalar equipos que miden corriente. El balance de la logística fue todo un éxito, se lograron hacer los experimentos sin problema, en la profundidad requerida para desplegar la instrumentación y poder sacar las muestras de agua para los correspondientes análisis”, aseguró Mayorga.
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