Crédito: Joel Muñoz
Entró en 2011 a la UdeC a estudiar Kinesiología, un año marcado por las movilizaciones estudiantiles. Durante su carrera realizó diversos voluntariados, que lo llevaron a ampliar su mirada sobre la profesión. Hoy trabaja por la inclusión de personas con discapacidad desde el municipio de Contulmo.
Entre Pemuco, Región de Ñuble, y Contulmo, Región del Biobío, hay 236 kilómetros de distancia. En el caso de la vida de Joel Muñoz Sandoval, hay una década de diferencia, miles de nuevas experiencias y un conocimiento adquirido en la Universidad de Concepción, que ha puesto en práctica en el área de la medicina comunitaria.
Joel es Kinesiólogo egresado de la UdeC en el año 2016. Su familia es de Pemuco, cerca de Chillán, donde pasó su infancia y adolescencia. Por su afición a las matemáticas, quería estudiar ingeniería, pero gracias a la orientación de su colegio, fue dándose cuenta de que había también una afinidad por lo social y el contacto con las personas.
Por ello, su elección fue Kinesiología, aunque solo al final de su carrera pudo comprender que se trataba efectivamente de su vocación. Uno de los momentos que hoy le resuenan, fue cuando leyó el libro Elegí Vivir, de Daniela García. Ella relata su proceso de rehabilitación tras perder sus cuatro extremidades en un accidente de tren. El libro se lo habían regalado a su abuela paterna y así llegó a manos de Joel. Aunque en ese momento pasó desapercibido, cree que algo de esa experiencia le sirvió después, cuando se enfrentó a la comprensión de los procesos de rehabilitación de personas con discapacidad.
Entró a la Universidad el año 2011, que estuvo marcado por las movilizaciones estudiantiles. Por eso, dice, su carrera corrió en paralelo con el movimiento estudiantil y para él fue muy gratificante ver cómo se fueron materializando las demandas. “Llegar a la Universidad y visualizar las problemáticas, ver que no era solo una demanda, sino un sistema que se quería cambiar, fue algo importante para mi. Me gustó de esa época cómo se mezclaba lo que pasaba en clases con lo que los estudiantes debatíamos. Cuando estaba saliendo de mi carrera me di cuenta de los logros, ya se hablaba de gratuidad para algunas personas. Fue un proceso que tuvo resultados tangibles”.
Con sus compañeras y compañeros en una marcha en 2014
Trabajo comunitario
Luego de egresado, las posibilidades laborales fueron escasas. Trabajó en lo que pudo. Consultas particulares, voluntariados, promotor en tiendas. Pero no perdió la esperanza de encontrar algo relacionado a sus intereses. Hasta que en 2018 postuló a los voluntariados profesionales de Servicio País, y lo destinaron a Contulmo. “Llegamos con una abogada y con una ingeniera. La intervención es amplia, hay que visualizar problemáticas y proponer soluciones. Yo me interesé con los temas de adultos mayores y discapacidad. Entendí que eran áreas que necesitaban abordaje. Estuve dos años en eso. Cuando se terminó el contrato me incorporé a un proyecto del Servicio Nacional de la Discapacidad y hoy estoy coordinando la estrategia de desarrollo local inclusivo de la comuna”. Esta estrategia busca mejorar la gestión a nivel municipal en el tema, para que la comuna ofrezca mejores servicios y atenciones para las personas con discapacidad.
Cuando llegó a Contulmo encontró una comunidad en la que predominan los adultos mayores. Había que generar espacios de encuentro para ellos y ellas, para promover estrategias de prevención de salud mental y física. Con talleres, encuentros o algo tan simple como leer los diarios y comentar las noticias, se empezó a formar un lazo entre ellos. “A través de estas intervenciones, los adultos mayores pueden tener un envejecimiento activo. Tratamos de mantener en óptimas condiciones sus capacidades físicas y mentales y con ello se evita que la persona llegue enferma al hospital, que no se agraven sus patologías”.
Hoy asegura que sus caminos laborales le mantienen en Contulmo, pero que está abierta la puerta a nuevas aventuras, a las que siempre llevará los aprendizajes ganados. “Este fue mi primer trabajo formal como Kinesiólogo. Conocí el servicio público, conocí a muchas personas importantes, tengo muchas amistades. La gente me reconoce bastante, mis colegas del municipio y las agrupaciones con las que he trabajado. Tenemos muchos lazos. Son muchas cosas”.
De la Universidad, rescata las posibilidades amplias de formación, que le fueron aclarando un camino profesional. “En la UdeC hay muchas oportunidades para aprender a desenvolverse, desde el voluntariado hasta deportes. Con mis compañeros hicimos también actividades fuera de la malla curricular. Desde segundo en adelante estuve en voluntariado con estudiantes de prebásica y básica, eso se vinculaba con temas de la carrera. Estuvimos en Dichato con intervenciones post terremoto, fue muy bonito empezar a visualizar otras áreas de trabajo que están fuera de las comunes, como el hospital o el consultorio”.
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