Irene Bluthenthal Geis: En Santiago falleció primera Directora mujer de Periodismo
Crédito: Cedida | Juan Costa Tramón
Figura destacada del periodismo nacional fue, además, la primera mujer en América Latina en ocupar dicho cargo universitario.
Por Juan Costa Tramón
Periodista
Profesor de Historia y Geografía
Ex profesor de la Carrera de Periodismo
Universidad de Concepción
En Santiago y a la edad de 84 años falleció el miércoles 22 la destacada periodista, escritora y docente universitaria Irene Bluthenthal Geis, más conocida por todo el mundo como Irene Geis. Sus funerales se efectuarán este viernes. Ella fue profesora de la Universidad de Concepción el mismo año que ingresé a la Carrera de Periodismo, en 1969. Sabía de ella por su trabajo en prensa y televisión.
Nació en Alemania en febrero de 1938. Hija de un matrimonio judío-alemán que, ante el surgimiento del nazismo y el inicio de la Segunda Guerra Mundial, se vio obligado a emigrar. Ella tenía sólo un año de edad.
La familia arriba a Chile en febrero de 1939 antes que estallara la guerra. Posteriormente, se nacionalizó chilena.
Cursó su educación media en el Liceo 7 de Niñas “Luisa Saavedra de González” en Providencia. Siempre le gustó escribir, decía. Después contaría que desde pequeña escribía poesías, pero no fue hasta que asistió a una charla dictada por el periodista y profesor Ernesto Montenegro realizada en su liceo, sobre la recientemente creada Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, que supo que el periodismo era su vocación y decidió entrar a esta carrera.
Estudió Periodismo en la Chile entre los años 1956 y 1960, convirtiéndose en una de las primeras mujeres periodistas del país y una de las primeras egresadas de la Escuela.
Aunque Irene Bluthenthal Geis era alemana de nacimiento sus apellidos y el color de sus ojos la delataban, pero ella siempre se sintió chilena de tomo y lomo, llegando a ser una de las más destacadas mujeres profesionales periodistas nacionales que le dieron valor y nivel a esta actividad en las décadas de los 60 y 70.
Inició su carrera profesional como reportera del diario “La Tercera de la Hora”. Cuatro años más tarde fue redactora en la revista “Flash”, publicación especializada en el periodismo gráfico para, posteriormente, asumir en 1965 la dirección de la revista “7 Días”, publicación continuadora de la histórica revista Zig-Zag. Allí estuvo hasta enero de 1967. Ese año incursionó como libretista y conductora del programa “Emisión Cero” del Canal 9 de televisión de la Universidad de Chile, trabajo que la hizo conocida a nivel nacional. Ese mismo año recibió el Premio Lenka Franulic, distinción que reconoce la trayectoria en el periodismo femenino que entrega la Asociación Nacional de Mujeres Periodistas de Chile y el Premio “Taller de los 60” de Casa de las Américas de Cuba.
Llega a la Universidad de Concepción
En 1967 retoma su trabajo de reportera política del diario “La Segunda”. Irene participa en la Agrupación de Reporteros Políticos, no siendo indiferente a los problemas propios de su gremio ni del país. Dos años más tarde renuncia a “La Segunda” y en 1969 gana el concurso como profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción.
La laureada periodista tomó su trabajo con mucho compromiso. Su entusiasmo, inteligencia y capacidad profesional eran algunas de sus características que la hicieron merecedora al respeto y cariño de los estudiantes penquistas de la época, desvirtuando cualquier divismo y ansiedad de notoriedad pública. Sus pergaminos profesionales sobrepasaban toda banalidad.
Así, con ese espíritu alcanzó en 1970 la Dirección de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción, convirtiéndose en la primera mujer en llegar a este cargo en América Latina en álgidos momentos de participación y fuerte discusión política. Su entusiasmo, sencillez y jovialidad contagió siempre a colegas y alumnos de la universidad. Siempre tenía una palabra de aliento y una idea a desarrollar con sus estudiantes. El área de prensa era su especialidad, la que vino a reforzar donde habían estado destacadas figuras del periodismo de la zona.
Sin embargo, su permanencia en Concepción fue breve, pero dejó un sello entre sus alumnos, especialmente, entre quienes estábamos iniciando la carrera. En marzo de 1971 renuncia a la universidad luego del triunfo de Salvador Allende. Vuelve a trabajar al Canal 9 de televisión de la Universidad de Chile como editora de “Programas Especiales” y como conductora de los programas “Contrapunto” y “Aire Libre”. Un año después, en 1972 animó el programa «Vamos Mujer» de Canal 7 de Televisión Nacional de Chile.
Rumbo al exilio
Tras el Golpe de Estado de 1973, Irene se vio obligada a salir del país. Emigró a Buenos Aires, donde formó parte del equipo internacional del matutino “La Calle”. En 1976 trabajó como asistente de Jacobo Timmerman, director del diario “La Opinión”
Sin embargo, una vez instaurada la dictadura de Videla en Argentina, Timmerman es secuestrado e Irene Geis se vio nuevamente obligada a emigrar. Esta vez vuelve a su natal Alemania. Estuvo radicada allí por un par de meses, habitando una pieza donde escribió su primer libro “Exiliario”.
En 1977 vuelve a Chile, periodo que le fue muy difícil dado que sus conocidos le cerraron las puertas y no encontraba trabajo. Buscó nuevas opciones y estudió cosmetología para ganarse la vida. Finalmente, logró ser corresponsal de periódicos europeos y del Latin American Newsletter. En 1980 trabajó en la revista “Clan” como redactora y traductora de alemán.
Entre el periodismo y la docencia
En 1982 trabajó como redactora política de la revista “Análisis”. En 1984, Irene es corresponsal en Chile para el diario italiano “Il Manifesto” y para el diario argentino “La Razón”. Con el tiempo se convirtió en corresponsal de otros medios como las revista “El Periodista”, de Argentina y “Nueva Sociedad”, de Venezuela.
En 1987 es editora general y copropietaria de la revista “Pluma y Pincel” y es nombrada directora del diario “Fortín Mapocho”, medio de oposición a la dictadura chilena.
En 1989, Irene vuelve a la docencia en la Escuela de Periodismo de la Universidad Bolivariana. En 1990 se integró al diario “La Nación” como editora de la sección Sociedad y Ciudad. Ese mismo año, la Escuela de Periodismo de la Universidad Academia Humanismo Cristiano la contrata como profesora y, posteriormente, de directora de esa escuela. El año 1998 trabajó como profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, donde dictó la cátedra de Periodismo Político.
Entre los años 1996-1998 encabezó el proyecto de investigación “Los hilos invisibles del deporte”. Publicó también el ensayo “Para leer El Mercurio… y La Tercera” y la novela “La Intrusa”.
Retirada de la vorágine periodística dio paso a su lado de escritora con bastante éxito. Además del ”Exiliario” (1984) destacan “Cuentos chilenos” (1988), “Encuentro de narradores chilenos de hoy” (1984), “Copa de Vinagre” (1996), “Como un Pájaro sin Luz” (2004), “La pasión de Torquemada” (2012) y “De la guerra” (2015).
Posteriormente, la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile con ocasión de los 64 años de creación de su Carrera de Periodismo, la homenajeó de manera especial. El mismo año un grupo de periodistas del país apoyamos su postulación al Premio Nacional de Periodismo.
Recuerdos penquistas
El año 2012, con ocasión del primer encuentro por los 40 años de egreso de la Carrera de Periodismo fue invitada especialmente, pero por razones de salud no lo pudo hacer. Ante esa imposibilidad nos respondió un cuestionario donde manifestó su sorpresa y alegría de saber de la Universidad de Concepción. En una simple y sencilla carilla resumía su vida tan llena de experiencias y éxitos profesionales, agregando que la fotografía la haría llegar a través de una amiga común. Posteriormente, nos reiteraría que ese era todo su curriculum demostrando con ello su sencillez y humildad.
Al visitarla en Santiago, el mismo año 2012, tuvimos un emocionado encuentro. Estaba pensionada y con su salud algo quebrantada. Seguía escribiendo y atenta al quehacer nacional e internacional. En la paz de su hogar, junto con recibir a sus amigos y exalumnos, recordaba con nostalgia su paso por la Universidad de Concepción.
Emocionada consultó por varios compañeros de nuestro curso, cómo estaba la Escuela, quiénes hacían docencia, dónde funcionaba en ese momento la carrera de Periodismo, etc. Al saber que desde el año 1997 la Carrera había vuelto al Campus Universitario recordó con nostalgia que caminar por allí era muy agradable para ella, pese “al viento y la lluvia tan característicos de Concepción, pero me daba un encanto especial que no he visto ni sentido en otro lado.”
Hoy el viento invernal de la zona la acogió en su seno y seguramente seguirá escribiendo en las páginas del cielo sus recuerdos y novelas…
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