Funcionaria de Ciencias Biológicas se retira tras 47 años de servicio
Crédito: Captura
Se trata de la secretaria del Departamento de Fisiología, Nardita Albornoz, quien ingresó a la Universidad de Concepción en 1973 y hoy, a sus 75 años, se acogió a jubilación.
Nardita Albornoz es una de las fundadoras del departamento de Fisiología de la Facultad de Ciencias Biológicas, con una larga trayectoria profesional que abarca casi la mitad de la vida centenaria de la Universidad de Concepción.
Sus colegas la describen como una mujer dulce, generosa, afable, que siempre estuvo dedicada por completo al trabajo con un gran sentido de responsabilidad.
El pasado viernes fue su último día de trabajo y recibió numerosas muestras de afecto no solo de docentes y colegas, sino también de los estudiantes de la FCB, desde pregrado, postgrado, e incluso postdoctorales.
“Es un gesto sumamente destacable porque a pesar de la brecha generacional, está el reconocimiento al aporte que Nardita ha sido durante todos estos años y refleja también cómo la gente joven siente el apoyo que las personas con más experiencia le pueden dar a su trabajo”, comenta el director del departamento, Dr. Jorge Fuentealba.
El reconocimiento también se ha extendido a sus compañeras de trabajo. En ese sentido, Sindy Sanhueza, secretaria de vicedecanato, recuerda cuando recién se incorporó a la FCB.
“Cuando conocí a Nardita me dio una bienvenida tan fraternal, incluso sacó unos dulces y me los regaló sin saber nada de mí. Ella me recordó que, aunque el trabajo y el tiempo hace que nos restemos de preocuparnos por otros, no debemos descuidar lo más esencial, lo humano, la empatía, ser generosos en conocimiento y no dejar nunca de estar conectados humanamente con nuestros colegas”.
María Elena Moya, secretaria administrativa de la FCB, concuerda con su colega. “A mí me encantaba ir a su oficina porque siempre nos regalaba algún dulcecito o helado, siempre cariñosa y decía ‘disculpen lo poco’. Ya con regalonearnos de alguna manera era un gran detalle”.
Quienes compartieron con ella manifiestan que su ausencia será difícil de llenar, especialmente por su buen trato para todos y su dedicación en lo profesional. “Con ella no se hablaba rápido, todo con calma porque anotaba las indicaciones que le dábamos en lo laboral, debe tener un libro con sus anotaciones”, añade Moya.
Sin embargo, no escatiman en los buenos deseos para Nardita, ya sea que dedique estos años a descansar o seguir embelleciendo el precioso jardín de su casa.
“Lo que me gustaría es que cuando ella se siente en su sofá en las tardes y active sus recuerdos, siempre encuentre los momentos gratos que vivió con sus compañeros de trabajo”, finaliza el Dr. Fuentealba.
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