Fertilizante que aprovecha los residuos agrícolas es nueva licencia de la Universidad de Concepción
Crédito: VRID
Un biofertilizante líquido creado a partir de los desechos de la agricultura es el nuevo producto que la Universidad de Concepción presenta y que, gracias a la reciente firma de su licencia a la start up Suelo Vivo Bioinsumos SPA, alcanzará pronto los campos chilenos
Entre los desafíos que enfrenta la agricultura se encuentra el incremento de los precios que están experimentando los fertilizantes. Sobre todo aquellos abonos minerales que aportan nitrógeno, han encarecido su valor en casi un 300%, dado su desabastecimiento a nivel global tras la pandemia. Este insumo es básico para los agricultores, que requieren este aporte adicional de nutrientes para obtener una adecuada producción de cereales, hortalizas y frutas.
Frente a este problema, una investigadora de la Universidad de Concepción desarrolló un biofertilizante líquido foliar, denominado Biotafert, que aprovecha los residuos agrícolas para reconvertirlos en un fertilizante para los cultivos. Este nuevo producto tiene la ventaja adicional de ser elaborado localmente, dejando así de depender de mercados internacionales para su comercialización en el país.
La investigación detrás de este producto comenzó con diversos proyectos de investigación, dirigidos por la Dra. Cristina Muñoz Vargas, de la Facultad de Agronomía UdeC. Su idea era observar el uso de diferentes residuos agrícolas y formas de estabilización, originando materiales con potenciales usos, especialmente en biorremediación y biorrecuperación de los suelos, enmiendas orgánicas y otros. El objetivo era buscar una manera de promover la agricultura sostenible.
Fue así como, después de estudios y pruebas de prototipos, la Dra. Muñoz logró generar un producto con potencial como biofertilizante. Para las pruebas de campo, Muñoz contó con el apoyo del ingeniero agrónomo Jorge Ducros, ex alumno de la Universidad de Concepción, quien es productor de cerezas de exportación. Con este importante aliado, se pudieron obtener datos que permitieron validar el producto y determinar su eficiencia.
Colaborar para transferir
Esta historia podría haber terminado aquí, pero la Dra. Muñoz tenía la inquietud de llevar su investigación a otro nivel. “Las investigaciones que hemos realizado, han generado productos con potencial para ser implementados a nivel predial; sin embargo, no había tenido la posibilidad de conectarlos con el mundo empresarial para que se pudiera realizar el escalamiento productivo”, explicó. La gestora tecnológica de OTL UdeC, Muriel Sandoval Latif, se convirtió en un puente que ayudó a la académica a conocer otros instrumentos que le permitirán pasar sus nuevos conocimientos a la aplicación. Así se completó la tríada necesaria para avanzar hacia el mercado: investigación, protección del nuevo conocimiento y emprendimiento.
Los conocimientos y experiencias de Muñoz y Ducros se complementaron, naciendo en junio de este año la empresa Suelo Vivo Bioinsumos SPA, que se encargará del escalamiento productivo y validación comercial de este producto. “La motivación para la creación de bioinsumos recae en la necesidad de generar alternativas sustentables, tanto a nivel ambiental como económico para enfrentar los serios efectos de la inflación y restituir la calidad de los suelos”, explicó Ducros, quien destacó el desarrollo potencial de producto.
Esta apuesta alcanzó un nuevo hito, con la firma de la licencia de esta tecnología a la spin-off universitaria. La generación de una empresa con base científica-tecnológica abre así una nueva etapa, “para potenciar la transferencia de estas tecnologías en el mercado nacional. Por ello formamos el spin-off con Jorge, a quien ya conocía cuando fue mi alumno tesista de la carrera de Agronomía. Así surgió este emprendimiento que nos genera un nuevo desafío profesional y que con el apoyo de nuestras familias y la Universidad de Concepción esperamos generar frutos en el mediano plazo”
Agricultura y economía circular
La empresa tendrá a continuación la capacidad de producir y comercializar el resultado de estas investigaciones; un fertilizante 100% orgánico, sin aditivos artificiales y generado por la actividad biológica, rico en nutrientes, de bajo costo y por su presentación líquida, de fácil aplicación en los predios.
Andrea Catalán Lobos, directora ejecutiva de OTL UdeC, comentó sobre este proceso: “Es un ejemplo de conformación de un equipo humano que complementa sus capacidades y habilidades en pos de llevar los resultados de Investigación y desarrollo al mercado. Un sueño de muchos investigadores que se concreta hoy gracias a la decisión de la Dra. Muñoz de aventurarse a emprender, en la compañía adecuada. Desde la UdeC, nos comprometemos a apoyarlos y acompañarlos en el proceso. De hecho, la Dra, Muñoz postula ahora al programa Conectadas, de Incuba UdeC, a través del cual podrá acceder a formación en negocios y a mentorías.”
Todos los productos utilizados para la elaboración de este biofertilizante son obtenidos a partir de residuos, entre ellos restos de podas, de hortalizas y frutas. Se trata entonces de un importante ejemplo de cómo la economía circular puede desarrollarse también en la agricultura. Este hecho fue destacado por Jorge Carpinelli Pavisich, director de Desarrollo e Innovación de la Universidad de Concepción: «Estamos muy comprometidos en poder transferir los resultados de investigaciones hacia aplicaciones con un impacto directo y positivo en economía circular. Esta es una característica muy destacada de lo valiosa y pertinente que resulta esta iniciativa, que desde la VRID, por medio de su OTL, venimos apoyando con un proceso de licenciamiento exitoso”, aseguró.
Tras la firma de la licencia, la Universidad de Concepción continuará con el apoyo a estos emprendedores, pues la spinoff ha solicitado medidas de apoyo en términos de uso de infraestructura universitaria para completar las etapas de validación técnica.
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