Fernando Verdasco: el tenista que engalanará el Challenger de Concepción

Hasta antes de la histórica Copa Davis ganada por Argentina el año 2016 como visita ante Croacia, los transandinos habían perdido cuatro finales: 1981, 2006, 2008 y 2011. Tres de ellas como visitantes. En 1981, los ídolos argentinos que no se hablaban entre sí por esa época, Guillermo Vilas y José Luis Clerc, sucumbieron ante John McEnroe y Peter Fleming —quizás la mejor pareja de dobles de todos los tiempos— en un inolvidable partido clave que pudo haber cambiado la historia.

En 2006, esta vez en la inexpugnable Moscú, el talento infinito de David Nalbandián no fue suficiente, pese a haber derrotado a dos monstruos del tenis como Marat Safin y Nikolái Davydenko, para que los trasandinos levantaran la Ensaladera de Plata. En 2011 fue Juan Martín del Potro quien mordió el polvo de la derrota tras haber logrado quitarle un set a Nadal en su casa y en la arcilla.

Pero sin lugar a dudas, la más dolorosa fue la de 2008. Era la primera vez que Argentina definía en casa el tradicional torneo. Lo malo es que el rival contaba con el flamante número 1 del mundo, Rafael Nadal, totalmente imbatible en polvo de ladrillo y que venía de arrebatarle el cetro de Wimbledon a Roger Federer.

Entonces, a pesar de que las tres series consecutivas como local que Argentina había disputado ese año las hizo sobre tierra batida, Nadal estaba al frente. Y Nadal es el mejor de la historia en esa superficie. Entonces, había que cambiar de plan. La cancha dura bajo techo hasta el día de hoy complica al hispano. Así que nada mejor que una carpeta acrílica categoría cinco. La misma donde el año anterior (2007), Nalbandián le había dado dos palizas consecutivas a Nadal en Madrid y París.

Además, la superficie también favorecía al otro crédito local: Juan Martín del Potro, que con su gran saque y tremenda derecha, sumado al público local, era un combo perfecto para pelear contra España, que tenía a David Ferrer como segundo singlista.

Nadal empezó a sufrir con las lesiones en el final de temporada, hasta que se confirmó que no podría ser parte de la final. Era la oportunidad perfecta. David Ferrer acumulaba dos derrotas consecutivas bajo techo y Feliciano López, el zurdo con revés a una mano, era el más peligroso que ofrecían los hispanos, pero siempre el favoritismo fue trasandino.

Verdasco tiene miedo

Ahí es donde se empieza a construir el nombre de Fernando Verdasco en las páginas doradas del tenis. Recalcar que no era ningún desconocido, estaba rankeado 16 del mundo en singles, pero al igual como sucede con Cristian Garin, le faltaba un hito trascendente para encaminar el paso hacia lo más alto de la élite tenística, el top ten.

Verdasco y López / EuroSport

El primer día de esa serie, 21 de noviembre de 2008, Verdasco no vio acción, como era lógico. A lo largo de esa campaña solo había disputado un partido de singles ante Alemania, cuando la serie ya estaba definida. Su fuerte estaba en el dobles copero, donde era la pareja fija con Feliciano López, ganando las series ante Perú, consiguiendo un triunfo histórico ante Alemania con un 12-10 en el quinto set y solo cayendo en semifinales ante los legendarios hermanos Bryan de Estados Unidos.

Ya en Mar del Plata, Verdasco desde afuera presenció la caída de Ferrer ante Nalbandián en sets corridos. El 0-2 de España se preveía, pero llegó la primera gran sorpresa: Feliciano López dio cuenta de Juan Martín del Potro y la serie quedó empatada. El dobles sería vital, como casi siempre.

Por ranking en dobles, la pareja española de Verdasco-López era más que Nalbandián-Calleri. Pero eso en la Copa Davis no cuenta, menos si la localía es del rival, menos aún si del otro lado está Nalbandián, un maestro en todas las superficies y un estratega nato.

Pero España podía ganar. En un partido extremadamente parejo, el público hizo la gran diferencia. El 95% del estadio, en los puntos claves, empezó a corear: “Tiene miedo, Verdasco tiene miedo”. El español se vio fuera de sí, muy afectado por instantes, al borde de las lágrimas. Pero no fue suficiente para tumbarlo. Apoyado por su gran compañero, Verdasco sacó adelante la tarea y España se puso 2-1 arriba.

Lograr revertir un estrés mental de ese calibre ya bastaba para ver todo el futuro con esperanza. Al otro día ya no dependía de él y Argentina seguía teniendo el favoritismo, ya que David Ferrer se veía sin confianza y Del Potro querría reivindicarse ante su gente. El papel de Verdasco ya estaba cumplido, ahora solo quedaba alentar desde afuera, como casi siempre.

El paso final

Domingo 23 de noviembre. Se confirma que Juan Martín del Potro no puede jugar por una lesión. José Acasuso es el elegido. Un partida más que favorable para Ferrer. Pero el León de Jávea tampoco está disponible. Feliciano López debe jugar ante Nalbandián el quinto punto. Solo hay un candidato, en estricto rigor, dos, pero Marcel Granollers es el 56 del mundo y no es carta para el capitán Emilio Sánchez-Vicario.

Mordiendo la Ensaladera de Plata / ABC

Así, el destino quiso que Verdasco estuviera ese histórico 23 de noviembre en el primer turno. Y el público nuevamente quiso jugar. “Tiene miedo, Verdasco tiene miedo”, ahora vociferan desde el primer minuto. A pesar de ganar el primer set, el español pierde los dos siguientes y el gimnasio se viene abajo. Una tortura mental. El grito no cambia, pero Verdasco estaba perdiendo contra Acasuso, no contra el miedo.

En otra muestra de carácter, el zurdo gana los dos parciales siguientes, incluyendo una paliza en el quinto set, y le da la primera Copa Davis lograda en calidad de visita para España. El puñado de la delegación se abalanza sobre él y queda como el gran héroe de la serie. El quinto punto ya no es necesario.

Desde esa bisagra, el español llega a Australia al primer Grand Slam del año 2009 y estuvo a punto de conseguir que Rafael Nadal no accediera a su primera final en Melbourne. En uno de los mejores partidos que me ha tocado presenciar, la semifinal fue para la leyenda máxima del tenis español por 6/7, 6/4, 7/6, 6/7 y 6/4.

Desde ahí, Verdasco se metió de lleno al top ten por cuatro temporadas y siempre estuvo entre los 50 mejores del mundo hasta el año pasado. En ese trayecto, también superó a Nadal en el mismo Abierto de Australia en su versión 2016, también en cinco sets.

Se pudo haber retirado perfectamente tras su bajón en el ranking de 2021. Pero decidió pelear y dar pruebas de humildad. Después de una excelente pretemporada, Verdasco está de vuelta y engalanará el Challenger de Concepción que se disputará en el Club de Campo Bellavista de la Universidad de Concepción.

Las entradas para el evento están disponibles a través del siguiente LINK.