Eventos extremos de oleaje y viento aumentaron en las costas de Chile
Crédito: Flickr
Investigación en la que participa el científico del Departamento de Geofísica UdeC, Andrés Sepúlveda Allende, demostró el hecho que podría traer efectos negativos para playas, costaneras y puertos.
Cuando en diciembre se realizó la búsqueda del avión C-130 Hércules de la Fuerza Aérea, que cayó tras despegar desde Punta Arenas rumbo a la Antártica, se informó que el rastreo por mar era difícil debido a las olas de hasta seis metros que se registraban en el Mar de Drake.
Según un reciente estudio en el que participa el Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, los eventos extremos de oleaje mayores de ocho metros de altura se han producido 130 veces en solo 20 años en un área de mar abierto a la salida occidental del Estrecho de Magallanes.
Este y otros inéditos datos obtenidos por mediciones satelitales de alta resolución arrojó la investigación escrita en el paper científico Viento y altura de las olas en dos décadas de registros de altímetro en la costa chilena.
Allí se explica que el viento y el oleaje han aumentado entre los años 1993 a 2012 en un metro por segundo cada 10 años y en 20 centímetros por década, respectivamente. Pero lo más llamativo es la cantidad de eventos extremos encontrados, pues en el caso de Valparaíso han ocurrido 139 sobre los 4,66 metros, lo que se puede relacionar con que la Armada entrega alertas preventivas cuando alcanzan los 4 metros en este puerto. Para el caso de Iquique, se registraron 189 eventos sobre los 3,67 metros.
La investigación fue realizada por Dernis Mediavilla, oceanógrafo titulado en la Universidad de Concepción y actualmente en el Centro de Investigación e Innovación de Energía Marina; Andrés Sepúlveda, investigador del Departamento de Geofísica de la U. de Concepción; y Guadalupe Alonso, oceanógrafa de la Universidad de Buenos Aires, actualmente en el Servicio de Hidrografía Naval de Argentina.
Los antecedentes del estudio son relevantes no solo por la seguridad de las personas en la costa, sino también para proyectos de energía eólica o marina, para la circulación costera, el transporte de sedimentos y para la infraestructura del sector.
“Podemos concluir que tanto las distribuciones significativas de altura de ola como de magnitud de viento experimentaron cambios significativos durante las últimas dos décadas, y también que su comportamiento no es uniforme a lo largo de la costa chilena”, señala el estudio.
Los cambios son diferentes si se miden en las zonas marítimas norte, centro y sur frente a las costas de Chile. Así como el oleaje ha aumentado más en el área sur, también hay una subida importante en el norte, mientras que en el centro casi se ha mantenido, incluso bajando levemente.
El aumento más relevante del oleaje sureño se produjo en verano, mientras que en el norte la subida mayor es en otoño e invierno con una baja en verano. En tanto, en el centro las olas alcanzan en verano los 2,5 metros en su límite con el área sur, mientras que esa altura se logra en su límite con el sector norte en invierno.
Una de las conclusiones es que el oleaje en toda la costa chilena es muy dispar en verano, pues las olas aumentan en el sur mientras que en el norte disminuyen.
Los vientos en la costa también aumentaron en estas dos décadas en Chile, con velocidades de hasta 20 metros por segundo en el sur y mínimos de 10 metros por segundo en el norte. En este último sector el viento aumentó de otoño a primavera, especialmente en el área más cercana a la costa; mientras que en el sur subió en verano y otoño. Mientras que otra vez la zona central no tuvo variaciones relevantes, pues solo alcanzó una leve baja en primavera y una pequeña alza en invierno.
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