Estudio UdeC muestra cómo el entorno educativo afecta el aprendizaje temprano de lectura y escritura de preescolares

Crédito: Esteban Paredes Drake | Dirección de Comunicaciones
El estudio, liderado por académicas de la Facultad de Educación, revela que la calidad del ambiente educativo influye significativamente en el desarrollo temprano de habilidades de lectura y escritura en niños y niñas de prekínder.
Comprender cómo el entorno educativo incide en el desarrollo temprano de habilidades de lectura y escritura fue el objetivo central de un estudio realizado por investigadoras de la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción. El trabajo, financiado por ANID a través de un proyecto Fondecyt de Iniciación, se enfocó en identificar los factores escolares y familiares que impactan el aprendizaje inicial de la lectoescritura.
La investigación abarcó 38 establecimientos municipales, subvencionados y particulares de la Provincia de Concepción, e incluyó la participación de 295 niñas y niños de prekínder durante 2021, un año marcado por el retorno progresivo a la presencialidad tras la pandemia.
El artículo fue publicado en enero de 2025 en el International Journal of Education and Practice, en cuya redacción participó la Dra. Paola Domínguez Ramírez (Departamento de Currículum e Instrucción), las Dras. Carolina Fernández Chávez y Bárbara Valenzuela Zambrano (Departamento de Ciencias de la Educación), y Verónica Railén Concha, estudiante del Doctorado en Educación.
Los resultados del estudio revelan que, si bien el clima socioemocional en las aulas es en general positivo, marcado por relaciones afectuosas y apoyo de las educadoras, la calidad del ambiente alfabetizador se mantiene en un nivel básico. Esto se traduce en una baja presencia de materiales escritos adecuados, escasa frecuencia de lectura compartida y limitadas oportunidades de escritura emergente.
Según la académica del Departamento de Currículum e Instrucción de la Facultad de Educación UdeC e investigadora responsable del proyecto, Dra. Paola Domínguez Ramírez, «las fortalezas se observan en la organización de la sala; y las debilidades, en el apoyo a actividades de escritura y conocimiento de lo impreso». El estudio, además, detectó diferencias importantes en los resultados obtenidos por los niños según la calidad del entorno educativo: aquellos que asistieron a salas de mayor calidad lograron mejores puntajes tanto al inicio como al término del año escolar.
Factores familiares y formativos
Un hallazgo relevante del estudio es que las características del entorno familiar explican la mayor parte de la variabilidad en el desarrollo de habilidades de alfabetización temprana. El nivel educacional de los padres, la presencia de libros y materiales en el hogar, así como los hábitos de lectura familiar, resultaron ser determinantes.
Por ello, la Dra. Domínguez destacó que en los primeros años es importante la función de los adultos como mediadores en el proceso lector.
«Los padres pueden promover la alfabetización temprana a través de actividades centradas en el significado, como la lectura compartida. Algunos ejemplos son: leer cuentos en voz alta, hablar acerca de los textos impresos que hay en el entorno, aprender rimas, juegos y canciones. La interacción social y la ayuda del adulto facilitan el acercamiento del niño al mundo de la cultura letrada», expresó.
En el ámbito escolar, se observó que el número de horas de formación específica en lenguaje influye más en los resultados de los niños que los años de experiencia docente. Esto resalta la necesidad de fortalecer la formación continua y especializada de los educadores en temas de alfabetización inicial.
Desigualdades y oportunidades de mejora
El estudio también reflejó brechas significativas según el tipo de dependencia del establecimiento. Los estudiantes de colegios particulares pagados mostraron resultados superiores a los de establecimientos subvencionados y municipales. Asimismo, se evidenció que quienes asistieron a clases presenciales obtuvieron mejores puntajes que quienes participaron en modalidades virtuales o híbridas, lo que reafirma la importancia de las experiencias directas en el aula durante los primeros años.
Para mejorar la calidad del entorno alfabetizador, la Dra. Domínguez propone diseñar espacios atractivos y accesibles en las salas, y producir oportunidades de lectoescritura: «Por ejemplo, generar espacios cómodos y/o confortables dentro de la sala que inviten a los niños a mirar distintos tipos de textos (cuentos, revistas, enciclopedias infantiles, diarios, etcétera), como también espacios y diversidad de materiales para escribir. Asimismo, deben existir prácticas frecuentes de lectura compartida, y experiencias asociadas a la lectura de libros».
Para la académica, la preparación de las futuras educadoras y educadores de párvulos está actualizada acorde a la evidencia disponible, así como también los programas de estudio, con desafíos observables entre la instrucción académica y el trabajo diario.
«La formación inicial docente se ha caracterizado por estar a la vanguardia del avance en las investigaciones en el área. Asimismo, las reformas curriculares en el nivel de Educación Parvularia, han recogido los aportes de las distintas disciplinas y de los cambios histórico-culturales. Quizás la brecha está en cómo dialoga la teoría con la práctica, y cómo se fortalece el desarrollo profesional docente continuo», dijo la Dra. Domínguez.
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