Escenografía que emociona: Académica UdeC desempeñó fundamental papel en el corazón visual de la ópera “Llacolén”

Crédito: Esteban Paredes Drake | Dirección de Comunicaciones
La Docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía, Marianela Camaño Saavedra, lideró el diseño escenográfico de la ópera, destacada por su potencia visual y por su propuesta inmersiva.
A una semana del estreno mundial de “Llacolén”, la nueva ópera chilena inspirada en una leyenda mapuche creada por Víctor Hugo Toro y producida por la Corporación Cultural Universidad de Concepción (Corcudec), la crítica especializada ha coincidido en su valoración: se trata de una obra monumental, intensa y visualmente conmovedora. Uno de los elementos más celebrados ha sido su puesta en escena, cuyo diseño escenográfico fue liderado por la arquitecta, artista y académica de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía (FAUG) UdeC, Marianela Camaño Saavedra.
La Docente y Secretaria Académica de FAUG no es ajena al mundo de la ópera. Con más de quince años de experiencia, ha trabajado en diversos montajes líricos. Pero “Llacolén” ha tenido un significado especial, por la oportunidad inédita de generar un equipo local.
«Es primera vez que trabajo con gente de Concepción. Para todas las otras óperas tuve que mandar a hacer a Santiago la escenografía, el vestuario, y ahora logramos identificar a personas que después se constituyeron en equipo, y esas personas invitaron a otras. Detrás, hemos estado en la realización un equipo de más o menos 15 personas que hacen distintas cosas. Eso ha sido súper valioso, porque se constituyó un equipo capaz de realizar una ópera aquí en Concepción», sostuvo.
La obra, estrenada el 11 de junio en el Teatro Universidad de Concepción, tuvo el desafío de representar múltiples escenarios (una laguna, campamentos, interiores) en un espacio escénico acotado.
La solución de Marianela Camaño fue la versatilidad: grandes paneles móviles de seis metros de altura permitieron generar distintas profundidades, apoyadas por proyecciones (mapping) y una cuidada iluminación.
«No tenemos fondo, no tenemos laterales, no tenemos altura. Entonces es muy difícil hacer cambios escénicos. Como conozco bien el escenario, ideamos en el fondo una manera de poder montar una escenografía muy versátil que nos diera la posibilidad de generar y crear todos los espacios que la ópera “Llacolén” demanda», explicó.
Formación en movimiento
Uno de los aspectos que más valora la académica es el componente educativo del proceso. Estudiantes de Arquitectura, Teatro y Artes Visuales de la Universidad de Concepción participaron activamente en distintas etapas del montaje: desde el diseño técnico y el dibujo de planos, hasta la creación de utilería y asistencia en escena.
Joselyn Concha Sanhueza, estudiante de quinto año de Arquitectura, fue parte del equipo que desarrolló los paneles y otros elementos escenográficos. «Era la primera vez que yo trabajaba en este tipo de proyecto en realidad. Nunca había visto tampoco en vivo una ópera. Entonces fue una experiencia bastante nueva y a la vez súper enriquecedora, porque es un trabajo que es mucho más detallista de lo que uno pudiera pensar», relató.
Joaquín Inostroza Rodríguez, también de quinto año, colaboró en la elaboración de planimetrías y detalles técnicos. «Fue una experiencia super buena, donde pude adentrarme y descubrir que se necesita de arquitectura tanto para la escenografía como para pensar cómo van a funcionar todos los elementos de la obra. Así que fue super interesante, aprendí mucho. La profesora tiene mucha experiencia así que eso fue un constante aprendizaje», indicó.
Además de estos aportes, el estudiante de Licenciatura en Artes Visuales UdeC, Luciano Rebolledo Estrada, también contribuyó a la elaboración de determinados elementos de la utilería de la obra, como parte de este proceso colaborativo y formativo.

«Creo que estos espacios son vitales para la Universidad, los aprendizajes vivenciales —que es lo que ahora está más en boga—, lo que le hace sentido a la gente. Hacer algo que tiene un impacto real en las comunidades. Creo que este espacio hay que explorarlo mucho más en términos educativos», reflexionó Marianela Camaño.
“Llacolén” ha sido calificada como “una obra que ya nace mayor” (Las Últimas Noticias) y “de gran coherencia estética y fuerza lírica” (El Mercurio). La prensa ha destacado su profundidad simbólica, su anclaje territorial y la capacidad de emocionar desde una historia propia. «Mi hijo de nueve años vino ayer y me dijo “mamá, esto es como un Romeo y Julieta”. Con eso pensé que lo entendió perfectamente», confesó la académica.
Nuevos desafíos: Cenicienta en el siglo XXI
Actualmente, Marianela Camaño lidera el diseño de escenografía, vestuario y utilería para La Cenicienta en el Siglo XXI, una adaptación en español de la ópera de Gioachino Rossini. Este nuevo proyecto —financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio— llevará la ópera de manera gratuita durante la primera semana de julio a localidades como Arauco, Ñipas y Lota.
Para esta obra, la docente destinó parte de las horas de la asignatura electivo “Arquitectura y Espacio efímero” para la construcción de elementos de utilería de la escenografía junto a los estudiantes del ramo.
«Para ellos es muy interesante, porque la mayoría de los alumnos que llegan a mis ramos de electivo, que son toda una línea que tiene que ver con espacio escénico, espacio expositivo, arquitectura efímera e intervenciones urbanas, son siempre súper artistas», afirmó.

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