Entre los ocho mejores de América y tricampeón nacional: Basket UdeC y el mejor año de su historia
Crédito: BCLA
El año 2023, en términos de rendimiento, fue el mejor desde la fundación del equipo en 1979. Notables triunfos en Brasil y Argentina, el tercer título en línea de la Liga Nacional de Básquetbol marcaron la campaña, que se cerró con el bicampeonato de Copa Chile.
Con la frustración de haber perdido en la primera ventana de la Basketball Champions League Americas (BCLA) ante el Club Atlético Obras de Argentina por 97-92, la Universidad de Concepción se trasladó hacia Buenos Aires, ciudad en la que jugaría la segunda ventana de la competición, que resultaba eliminatoria.
Obras, que marchaba tercero en la Liga Nacional de Básquetbol de Argentina, contaba con un gran favoritismo para ganarle al Campanil y así obtener el segundo boleto del grupo para acceder a los cuartos de final. Su mítico gimnasio, que albergó los mejores espectáculos musicales y deportivos de Argentina, era el escenario que estaba preparado para la fiesta.
Pero nada de eso ocurrió. En un notable partido jugado el 13 de enero, en el que sobresalieron los 26 puntos de Reyshawn Terry, los 13 rebotes de Jerry Evans y las 9 asistencias de Eugenio Luzcando, el Campanil ganó en las casi siempre inexpugnables tierras argentinas y estiró la definición del segundo cupo a cuartos de final para el mes siguiente.
Aquella definición sería en Franca, ciudad ubicada al norte del Estado de Sao Paulo, Brasil. Aquel 4 de febrero, el héroe fue uno de casa, un estudiante de Kinesiología de la Universidad de Concepción. Sebastián Carrasco Barría.
El base ancuditano de Basket UdeC se matriculó con 20 puntos y 6 asistencias, liderando ambos apartados, en la que fue su actuación más determinante a nivel internacional. La UdeC pasaba a cuartos de final. El equipo de la casa de estudios penquista era uno de los mejores ocho de América.
El premio por clasificar era retar a Flamengo. Los cariocas fueron los campeones de la segunda edición y contaban con un excelente equipo. El 5 de marzo, en la Casa del Deporte UdeC, los brasileños ganaron sin contemplaciones por 92-64.
El público aplaudió al Campanil. Nada más se le podía pedir a un equipo que hizo frente a la enorme diferencia presupuestaria que tenía ante los brasileños. Había que ir a Brasil casi como un compromiso a terminar la serie. El equipo estaba cansado, pero seguro de hacer un buen papel. Conversando en el hotel de Río de Janeiro con Jerry Evans, le pregunté cuál sería el resultado. “Ganamos”, me dijo, palabra acompañada con su habitual sonrisa.
Ese 9 de marzo, en un sofocante Maracanazinho, la Universidad de Concepción estuvo a punto de dar un golpe de alcance mundial. Un doble inicial del local fue la única ventaja que contabilizaron en más de 39 minutos. El Campanil mandaba en Río de Janeiro. Hasta por 21 puntos fue ganando en el segundo cuarto.
UdeC y su tricampeonato de la Liga Nacional de Básquetbol ante su gente / Crédito: Carlos Ávalos Jiménez
Lamentablemente, en los segundos finales y pese a una muy buena defensa en la posesión final de los locales, Flamengo encestó una estocada definitiva cuando iba por un punto abajo y quedaban 0.3 segundos en el reloj. Lágrimas en los penquistas indicaban cuánto querían ese triunfo, pero el destino no lo quiso. Más allá de eso, con esa actuación se ganaron todo el respeto del básquetbol continental.
Tricampeonato LNB y bicampeonato de la Copa Chile
Con nueve partidos en calidad de invicto, la mayoría de estos triunfos obtenidos de manera categórica, el décimo partido de la UdeC en la temporada regular de la Liga Nacional de Básquetbol era especial. Primero, porque al frente estaba el último finalista del torneo, el CD Colegio Los Leones de Quilpué, y segundo porque dicha escuadra venía invicta igual que la UdeC.
Además, ese cotejo se jugó en calidad de visita. El 18 de marzo, en Quilpué, los 24 puntos de Jerry Evans, 16 rebotes de Carlos Milano y 7 asistencias del capitán Diego Silva acabaron con el invicto de sus rivales y se empezaban a establecer nuevos récords de imbatibilidad por parte del equipo penquista.
Dicha racha terminó en Chiloé en el mes de abril. ABA Ancud el 7 de abril y al día siguiente el Club Deportes Castro, batieron a la Universidad de Concepción, que sumó una derrota más —también como visitante— ante el CD Municipal Puente Alto antes del inicio de playoffs.
En esa postemporada, el primer escollo fue CD Castro, al que derrotó por un acumulado de tres a cero, solo pasando un poco de sobresaltos en el tercer partido que se jugó en Chiloé. Ya en semifinales, llegó el primer gran golpe que recibió la institución penquista, que conservaba un invicto de varias temporadas jugando como local en la Casa del Deporte.
El CD Las Ánimas de Valdivia se llevó el primer partido por 89-77, quitando con ello lo localía al que hasta ese entonces era el bicampeón vigente. Al día siguiente, 2 de junio, la UdeC solo pudo llevarse el partido en el cuarto final y debía viajar a la capital de la Región de Los Ríos con bastantes incertidumbres.
En Valdivia se disiparon todas las dudas. El 5 de junio, con una actuación para la historia del estudiante Sebastián Carrasco —quien contribuyó con 26 puntos y 13 asistencias— la UdeC recuperaba la localía. Pero no quería volver a Concepción. Al día siguiente, con 26 puntos de Miles Bowman, 10 rebotes de Carlos Milano y 7 asistencias de Sebastián Carrasco, los dirigidos por Cipriano Núñez abrocharon otra clasificación a las finales de la LNB.
El bicampeonato de la Copa Chile llegó en Osorno ante el CD Colegio Los Leones de Quilpué / Crédito: Carlos Ávalos Jiménez
Estas finales eran al mejor de siete partidos. Empezó muy bien la UdeC con un claro 85-65. Al partido siguiente, el CD Colegio Los Leones de Quilpué derrotó por 88-86 a los locales, enviando un claro mensaje. Instalados en Valparaíso, una vez más le consulté a Jerry Evans por el destino de la serie. “Ganamos 4-1”, me respondió.
Dos triunfos categóricos en Quilpué encaminaban el vaticinio del norteamericano. En el destino apareció una interrogante mayúscula: jamás la UdeC había ganado un título de Liga Nacional o de la extinta Dimayor en casa. El 15 de julio se resolvería la encrucijada en la Casa del Deporte. Era el quinto partido.
Desde el 15-13 a favor, la UdeC no soltó el liderazgo del cotejo final. Aunque haciendo honor a su historia, estuvo a punto de quedar empatado en los segundos finales y finalmente ganó por un estrecho 74-72, dando por primera vez la vuelta olímpica en casa y ante su gente. Jerry Evans con 19 puntos y 11 rebotes marcó diferencias en el cotejo. Histórico tricampeonato para el Campanil.
La guinda de la torta llegó con la Copa Chile. Luego de una fase regular empañada por una dura derrota como visita ante el CD Colegio Los Leones de Quilpué, la UdeC terminó segunda de la zona centro y debió jugarse el paso al Final Four ante el CD Municipal Puente Alto.
Un expresivo 81-44 abrió la serie al mejor de tres partidos en la Casa del Deporte. En el partido de vuelta, el panorama cambió drásticamente y Puente Alto lo ganaba por 18 unidades en el último cuarto. Ahí despertó el campeón. De la mano del base Nicolás Aguirre y una espectacular racha de 33-9, los penquistas se metieron en el Final Four.
Ese cuadrangular final se jugó en Osorno. En semifinales apareció ABA Ancud con Franco Morales a la cabeza, que nada pudo hacer ante los 52 puntos, 15 rebotes y 13 asistencias que combinaron el capitán Diego Silva, Sebastián Carrasco y Kevin Rubio. 86-63 se impuso la UdeC, que tendría como rival a un viejo conocido.
Ese viejo conocido era el CD Colegio Los Leones de Quilpué, que planteó un partido muy físico y trabado, manteniendo el suspenso hasta el último cuarto. Ahí apareció un héroe inesperado: el estudiante de Pedagogía en Educación Física UdeC, Michael Rivera Bustamante. Con once puntos en el último parcial, el de Teodoro Schmidt fue el factor clave para que el 22 de diciembre de 2023, la UdeC obtuviera un regalo adelantado de Navidad y con ello cerrara la mejor campaña de su historia.
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