Dra. Ximena Gauché participó como perita en juicio internacional sobre violencia sexual
Crédito: Dirección de Equidad de Género y Diversidad
Es la primera vez que la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció a un país —Ecuador— como responsable en un caso de violencia sexual en contexto escolar ejercida contra una adolescente. La Dra. Ximena Gauché participó como perita en materia de estándares internacionales.
El pasado 14 de agosto se notificó la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que declaró responsable a Ecuador en un caso de violencia sexual ejercida por una autoridad escolar en contra de una adolescente. Es la primera vez que este organismo falla en un caso de violencia sexual contra una adolescente en contexto escolar.
La sentencia estableció la responsabilidad del estado ecuatoriano por la violencia sexual sufrida por una adolescente, cometida por el Vicerrector del colegio al que asistía y que tuvo relación con el suicidio de la estudiante. En su sentencia, el Tribunal se pronunció sobre dos aspectos: la falta de adopción de medidas para la prevención de actos de violencia sexual en la institución educativa a la que asistía la víctima, y la falta de actuación con diligencia debida en la realización de investigaciones administrativas y judiciales.
La académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y Subdirectora de la Dirección de Equidad de Género y Diversidad de la Universidad de Concepción, Dra. Ximena Gauché Marchetti, participó como perita. También intervino en esa condición la abogada Lidia Casas Becerra, académica de la Universidad Diego Portales.
El trabajo de Gauché, presentado ante la Corte en enero de este año, consistió en un peritaje sobre estándares de regulación y fiscalización de escuelas por parte de los estados, y sobre prevención, erradicación y sanción de la violencia sexual, incluyendo el acoso sexual en el ámbito escolar.
“Este fallo es importante, por ser el primero en su tipo en la Corte Interamericana y porque declara que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir en entornos educativos seguros, a recibir educación libre de violencias sexuales y se destaca algo importante y pertinente a la situación chilena, como es la relevancia de la educación sexual dentro del derecho a la educación”.
Respecto al caso, explicó que “para una niña adolescente, quien como todas las niñas y niños tiene sueños, aspiraciones, planes y metas de vida, las consecuencias de ser víctima de violencia sexual en contextos patriarcales y machistas son enormes y están ampliamente documentadas por organismos internacionales. Si ello se produce además en el contexto del proceso educativo a que tiene derecho y dentro del plantel escolar encargado de ello, por parte de los adultos responsables, se agravan exponencialmente las consecuencias. Más aún cuando se trata de hechos que se reiteran en el tiempo, habida consideración de la percepción y valoración del transcurso del tiempo en la infancia y adolescencia”.
La académica agregó que en estos casos, es preciso también poner atención al entorno de la víctima, dado que prácticas de acoso sexual “pueden generar un impacto en quienes lo presencian o lo escuchan, generando miedo, ansiedad, vergüenza o rechazo, lo cual inevitablemente también afectará sus propios procesos de aprendizaje y puede afectar los procesos de denuncia y de investigación”.
“Si se trata de un contexto marcado por la presencia de prácticas recurrentes, lenguaje o comentarios de carácter machista o estereotipados sobre roles de hombres y mujeres, la existencia de acoso sexual podría llegar a ser vista como algo ‘normal’, naturalizando así un comportamiento vulneratorio de derechos para un niño, niña o adolescente”, señaló.
En esta sentencia, “queda claro que la niña estaba en situación de absoluta vulnerabilidad”, señaló Gauché, “y los actos de violencia sexual que el Vicerrector ejerció para que ella pudiera pasar el curso derivan de concepciones patriarcales autoritarias, que se mezclan con estereotipos de género que se usaron después para culpar a la víctima, pretender que había una relación entre ellos y naturalizar actos que son contrarios a los derechos de toda niña ”.
Para la académica, este fallo también tuvo una relevancia en lo personal, puesto que es primera vez que participa como perita en un caso internacional. “Me sentí muy honrada de ser convocada por el sistema interamericano y fue una buena experiencia profesional».
La tarea le valió estudiar con bastante detención el caso y los estándares aplicables, «para entender cómo las organizaciones y los instrumentos internacionales vinculantes efectivamente establecen marcos a partir de los cuales, todo hecho de esta naturaleza debe ser castigado o sancionado como de los mas graves que puedan afectar a una niña o adolescente y, sobre todo, problematizar las graves consecuencias desde la perspectiva de los derechos de toda niña y adolescente”.
Asimismo, aseguró que “la relevancia del caso, derivada de la gravedad de los hechos, supuso una especial responsabilidad desde el compromiso en mi trabajo académico en temas de derechos humanos de infancia y enfoque de género”.
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