Director del IEB: “Chile tiene que pasar de las palabras a la acción y para eso, es importante la ciencia”
Crédito: IEB
El académico Aníbal Pauchard comentó los alcances del financiamiento ANID que les permitirá continuar trabajando en la conservación y uso sustentable de la biodiversidad chilena. Un aporte vital para enfrentar la crisis climática en el país.
Con una nueva recomendación para la adjudicación de fondos de parte de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) tanto en la categoría de Financiamiento Basal, como la de Centros de Excelencia, el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) se apronta a comenzar una nueva etapa de trabajo.
Creado en 2006, se trata de una organización pionera, que agrupa a seis universidades y un número importante de investigadores tras una red descentralizada de trabajo, para liderar la investigación en temas de biodiversidad, conservación, y uso sustentable de recursos, con un enfoque en la investigación de excelencia y en la transferencia a la comunidad.
El director del IEB es el Dr. Aníbal Pauchard Cortés, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la UdeC. Ante este financiamiento, que les permite trabajar por al menos cinco años, con la posibilidad de prorrogar hasta por 10 años, el investigador señala que fue un esfuerzo colectivo, que en la práctica involucra a 13 investigadores principales y 20 investigadores asociados de seis universidades: U. de La Serena, U. de Chile, U. Católica, U. de Los Lagos, U. Austral y U. de Concepción.
Dr. Aníbal Pauchard/ Facultad de Ciencias Forestales
“Generamos una propuesta de continuidad del centro, a través de un nuevo proyecto que involucra cuatro programas de investigación y cuatro programas integrativos, que permiten hacer la conexión con la sociedad”, explicó.
Los cuatro programas de investigación trabajan las líneas de Biodiversidad, Integridad de los ecosistemas y cómo proveen servicios, amenazas a la biodiversidad y conservación y bienestar humano.
En cuanto a los programas integrativos, estos son: Base de datos biológicas, Estaciones de campo de largo plazo (de monitoreo de la naturaleza), Biodiversidad en sistemas agrícolas y Laboratorio de invasiones biológicas, este último dirigido en la UdeC por el mismo profesor Pauchard.
La idea de estas cuatro áreas de trabajo integrativas “es hacer la conexión con los sectores productivos, sociedad civil, gobierno y comunidades locales, buscando fórmulas para conservar y hacer uso de la biodiversidad de manera sustentable, que preste un servicio a la sociedad chilena”, explicó.
Soluciones ante la crisis
Uno de los énfasis de trabajo de esta nueva etapa será la labor con el Ministerio del Medio Ambiente, para asesorar en el establecimiento de políticas públicas de conservación, asociadas a lo que se espera sea el nuevo Servicio de la Biodiversidad y Áreas Protegidas. Sobre todo, ante las implicancias de una crisis climática que ya se manifiesta.
“Estábamos preocupados por esta postulación, porque si no lo lográbamos, se perdía un instituto muy importante, que ha logrado posicionar estos temas, involucrando a distintos actores sociales. Además, pensando en que estamos en un momento de crisis en que se requiere que el país tome acciones concretas. Chile tiene que pasar de las palabras a la acción y para eso, es importante la ciencia. Este centro es relevante para seguir aumentando la masa crítica de investigadores y para hacer crecer nuestras capacidades de acción”, dijo.
Equipo del Instituto/web institucional IEB
Pauchard aseguró que el interés de los científicos por contribuir en el área de la biodiversidad siempre ha existido. “Pero tenemos una limitación importante. Hay una brecha entre los doctores que forma el país y los espacios, que no siempre se encuentran. Los centros son una forma de acortar esa brecha”.
Además del interés en las políticas públicas, el IEB espera continuar su trabajo con el sector privado, en proyectos tales como el apoyo para que las viñas o lecherías puedan contar con espacios de conservación. En el caso de las viñas, se ha trabajado con 20 empresas que en conjunto representan el 60% del vino que exporta Chile, colaborando para establecer un acuerdo de conservación de 25.000 hectáreas de vegetación nativa. Esta colaboración y transferencia es uno de los puntos fuertes del centro, que esperan continuar trabajando de aquí en adelante, con este nuevo financiamiento.
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