Científicos esperan que los GPS sean más precisos durante el eclipse
Crédito: Dgeo UdeC
Investigadores del Departamento de Geofísica de la UdeC y del Centro Interuniversitario de Física de Alta Atmósfera usarán radares ionosféricos y otros instrumentos de observación en Chile, Argentina y Perú durante las cuatro horas que dura el eclipse.
Un grupo de científicos que investiga la ionósfera señalan en un reciente estudio que durante los eclipses totales de Sol, como el que se producirá este lunes el 14 de diciembre, los dispositivos de posicionamiento satelital (GPS y otros) son afectados por estos eventos naturales, haciéndolos más exactos y precisos en los lugares en que ocurre el eclipse, incluso en las áreas en que es sólo parcial.
Esta predicción científica debe ser confirmada por los instrumentos de observación, ya que en el caso del eclipse total de Sol del 2 de julio de 2019 el supuesto no ocurrió.
Por ello, científicos de Chile, Argentina y Perú estarán atentos a realizar mediciones cuando se produzca el nuevo eclipse, considerando las 4 horas que demora la sombra de la Luna en pasar desde la costa del Océano Pacífico hasta su similar del Atlántico en Argentina.
Las mediciones se harán con radares ionosféricos, receptores de GNSS (Sistema global de navegación por satélite) y otros instrumentos en Chillán (95% de oscuridad por el eclipse), Bahía Blanca (95%), Tucumán (49%) y Jicamarca, Perú (17%); esperando efectos positivos o de mayor precisión en la geo-localización de los celulares y de todos los dispositivos que usan el posicionamiento geográfico, como smartphones, relojes deportivos, aviones, automóviles de ultima generación, maquinaras de agricultura, robots, etcétera.
La investigación es desarrollada por los académicos Manuel Bravo, Elías Ovalle y Alberto Foppiano, y los alumnos Benjamín Urra y Enrique Carrrasco, todos pertenecientes al Departamento de Geofísica UdeC. También participan Miguel Martínez, del Departamento de Astronomía de la misma casa de estudios, entre otros integrantes del Centro Interuniversitario de Física de Alta Atmósfera, el cual está conformado por las universidades de Concepción, Adventista de Chile, sede Chillán, y de La Serena.
El investigador Manuel Bravo explicó que “durante un eclipse total de Sol la radiación solar se reduce muy rápidamente y de forma muy localizada. Ese cambio genera múltiples efectos en la ionósfera, muchos de los cuales aún no se entienden bien. Por esa razón, los eclipses son una oportunidad única para comprender mejor las variaciones y los efectos de la ionósfera que pueden afectar a nuestros sistemas. Es como un laboratorio gigante natural”.
La Ionósfera, región de la atmósfera ubicada más o menos entre los 80 y los 1.000 kilómetros de altitud, es formada fundamentalmente por la existencia de la radiación solar, cuyos cambios generarán generarán modificaciones en la primera.
Esas modificaciones se producen por eventos solares, la inclinación terrestre (estaciones), día/noche y los ciclos solares cada 11 años; además de otros factores como huracanes, tormentas eléctricas, terremotos y erupciones volcánicas. Y, por supuesto, los eclipses solares.
En el eclipse de 2019 el cambio no fue el esperado, porque influyó otro factor: la ubicación de las estaciones ionosféricas en «las crestas de la Anomalía de Ionización Ecuatorial». Y es que la dinámica de esta anomalía, que se desarrolla a ambos lados del Ecuador magnético, influye de gran manera en los procesos ionosfericos del área, reduciendo la relevancia de otros impactos.
Pero esta influencia de la Anomalía no es relevanate en el caso de Chile Central y el centro sur de Argentina, por lo que se predice que ahora sí ocurrirán los efectos esperados.
El profesor explicó que la ionósfera está regida principalmente por el Sol, ya que durante el día la radiación solar incide en los átomos y moléculas de la atmósfera y los separa en iones y electrones, en un proceso llamado fotoionización. Y debido a que estos iones y electrones tienen carga eléctrica, pueden afectar las comunicaciones y los sistemas de navegación por satélite. Como las señales de los satélites tienen que atravesar la ionósfera, la posición que calculan esos dispositivos se ve modificada por las variaciones ionosféricas.
“De hecho, las variaciones de la ionósfera debidas, por ejemplo, a las tormentas geomagnéticas, generan grandes errores en los sistemas de posicionamiento como el GPS y fallos en las radiocomunicaciones a larga distancia”, cuenta el Dr. Bravo. Pero durante la noche no hay radiación solar, por lo que no existe la fuente principal de ionización y los electrones e iones se recombinan de nuevo. Sin embargo, la ionosfera no desaparece completamente.
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