Con el objetivo de optimizar el uso del agua en la agricultura, especialistas de la Universidad de Concepción desarrollaron un bioestimulante sólido que combina microorganismos benéficos con hidrogeles naturales, ofreciendo una alternativa sustentable frente a la sequía.
El estudio desarrolló un innovador producto basado en polímeros naturales orientado a la agricultura sostenible, a partir de Bacillus encapsulados en hidrogeles de alginato, utilizando la técnica JetCutter.
La propuesta busca mejorar la retención de agua en los suelos, aumentar la resiliencia de las plantas frente a condiciones de déficit hídrico y optimizar las formulaciones microbianas. La razón para desarrollar la tecnología JetCutter y la formulación del bioestimulante se debe a la disminución progresiva de la disponibilidad de agua. A ello se suma la alta demanda de este recurso por parte de los cultivos, indispensable para garantizar su crecimiento.
“Por lo tanto, esta tecnología no solo incorpora un microorganismo benéfico capaz de favorecer y potenciar las raíces, sino que además se complementa con la presencia de hidrogeles”, explicó el académico del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía UdeC, Dr. Mauricio Schoebitz Cid.
“Lo destacable del bioestimulante sólido es que permite conservar por más tiempo el principio activo, que en este caso son microorganismos vivos. Al estar en formato sólido y deshidratado, puede almacenarse durante años. Además, la reducción de humedad facilita su transporte, ya que no se moviliza agua de un lugar a otro, sino únicamente el principio activo”, profundizó el académico.
La particularidad del Bacillus es que son capaces de producir hormonas de crecimiento vegetal, el ácido indolacético, la cual permite aumentar la capacidad exploratoria de las raíces.
Innovación en bioestimulante
La escasez de agua y el uso de fertilizantes químicos son algunos de los principales desafíos para la agricultura sustentable.
La académica de la Facultad de Agronomía e investigadora del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción, Dra. María Dolores López Belchí, detalló que “se trabajó con diferentes tipos de hidrogeles para evaluar cuál presentaba la mayor eficiencia y la mejor optimización en la encapsulación, considerando que en algún momento era necesario incorporar microorganismos junto a algún compuesto bioactivo que los potenciara”.
El Dr. Mauricio Schoebitz, encargado del estudio, mencionó que los hidrogeles provienen de las algas y son capaces de retener agua en forma de gránulos. “Esta formulación granulada, por lo tanto, tiene dos efectos: la presencia del hidrogel y la acción de las bacterias promotoras del crecimiento vegetal”, indicó.
El objetivo de la tecnología es reducir el consumo de agua de riego, y permitir que las plantas se desarrollen de manera óptima. El hidrogel retiene una parte significativa de este recurso, por lo que permite que, incluso, que la planta pueda crecer con un menor requerimiento. “De esta forma, no solo apunta a enfrentar escenarios de sequía, sino también a disminuir la cantidad de líquido que se suministra a un cultivo”, señaló la Dra. María López.
La creación de este bioestimulante podría generar importantes beneficios en su aplicación, al contribuir a disminuir la huella hídrica en cultivos esenciales para la producción de alimentos. Además, como recalcó el Dr. Mauricio Schoebitz, “también es útil para reducir la carga de fertilizantes en la agricultura, disminuyendo principalmente las aplicaciones de fósforo y nitrógeno”.
¿Cómo beneficiaría a la agricultura?
“No hablamos de sustituir, sino de disminuir la cantidad de fertilizantes químicos, combinándolos con bioestimulantes que favorezcan el arraigamiento radicular y el crecimiento de las raíces (…) Además, la producción con esta tecnología contribuye a mejorar la calidad nutricional de los cultivos y reduce el impacto sobre la tierra”, agregó el investigador UdeC.
Por otro lado, podría generar múltiples beneficios agronómicos, influyendo en la calidad del suelo, la nutrición y el rendimiento de los cultivos. El académico de la Facultad de Agronomía UdeC destacó que las plantas lograron un mejor enraizamiento, lo que potencia las interacciones en el suelo y la absorción de nutrientes.
“Al tener un mayor desarrollo radicular, hay ciertos elementos de la tierra que son inmóviles, como el suelo, que se vean favorecidos cuando las raíces tienen más vigor y una mejor capacidad de exploración”, explicó.
Adicionalmente, la académica de Facultad de Agronomía, resaltó que la planta siempre se encontrará en condiciones óptimas de riego, dado que el hidrogel tendrá retenida el agua, liberándola poco a poco.
“A largo plazo, la idea es investigar otras cepas de interés, especialmente aquellas novedosas que puedan generar mayores cantidades de hormonas, y que además sean más tolerantes a procesos térmicos y a las condiciones del suelo, aumentando su supervivencia y efectividad en la formulación”, finalizó el Dr. Mauricio Schoebitz.