El posible cierre del programa Más Adultos Mayores Autovalentes (Más AMA), impulsado por el Ministerio de Salud y presente en 248 comunas del país, generó preocupación entre académicas de la Universidad de Concepción.
La iniciativa, que beneficia a más de 130 mil personas mayores y promueve su autonomía, funcionalidad y participación social, analiza su presupuesto de continuidad para 2026.
Su eventual finalización pondría en riesgo la salud y la integridad física y emocional de los cientos de participantes. Por esta razón, las expertas en geriatría hicieron un llamado reevaluar su cierre y, por el contrario, brindarle más recursos para fortalecer su desarrollo.
Más AMA no solo busca mantener la funcionalidad, sino también mejorar las capacidades cognitivas, es desarrollado por duplas de profesionales conformadas por kinesiólogos y terapeutas ocupacionales, o bien, por kinesiólogos y fonoaudiólogos.
La académica del Departamento de Kinesiología de la Facultad de Medicina de la UdeC y magíster en Reeducación Motriz y Salud en el Adulto Mayor, Carla Fuentes Irribarra, explicó que “Más AMA es el único programa para personas mayores a nivel de Atención Primaria de Salud (APS) que se relaciona con la política pública de envejecimiento activo, promoviendo la funcionalidad y su participación social”.
Además, como mencionó la académica y médica geriatra de la Facultad de Medicina de la UdeC, Dra. Claudia Sáez Flores, “según datos del DEIS del MINSAL, la población no dispone de otro tipo de apoyo en el resto de la red para promover la vida funcional en la vejez”.
De esta forma, “lo ideal sería incrementar la cobertura a través de una reorganización, pero también va a ser necesaria una inyección de recursos. Aquí es imposible cerrar el programa y esperar que esto siga funcionando”, mencionó la académica del Departamento del Adulto y Adulto Mayor de la Facultad de Enfermería de la UdeC, Dra. Carolina Puchi Gómez.

Problema ético en la salud
La medida estaría fundamentada en el Informe de la Comisión Asesora para Reformas Estructurales al Gasto Público de la Dirección de Presupuestos (Dipres), entregado al Ministerio de Hacienda. En el documento se plantea la descontinuación o fusión de programas de baja escala, afectado de manera directa a Más AMA.
El corte de financiamiento, como coinciden las especialistas, representa un retroceso en el resguardo de este grupo etario.
La Dra. Carolina Puchi Gómez mencionó que “Chile es parte de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores”. Esto implica que se les reconoce la garantía a la autonomía, la independencia, la dignidad de la vejez, y la participación e integración comunitaria.
“Si desaparece, estamos quedando al debe en relación con estos derechos y con esta convención. El Estado tiene que garantizar el acceso a servicios integrales de salud orientados a la promoción, prevención y mantenimiento de la capacidad funcional”, profundizó la académica de la Facultad de Enfermería.
Deterioro físico y emocional producto del cierre del programa Más AMA
Las expertas concuerdan en que la suspensión del programa traerá consecuencias y retrocesos en la atención de salud de las personas mayores. Con su fin los beneficiarios sufrirán un impacto negativo en su funcionalidad, pero también en su bienestar emocional y participación social.
Igualmente, podría aumentar la sintomatología del deterioro cognitivo, el aislamiento y la sensación de soledad. Estas afecciones traerían consigo un mayor riesgo de desarrollar trastornos de salud mental, como la depresión.
“La evidencia ha demostrado que el impacto más importante del programa va, incluso, por el lado social. Por la participación, el sentimiento de pertenencia a un grupo y la percepción de este como un espacio protegido”, profundizó la Dra. Carolina Puchi Gómez.
Además, como explicó la kinesióloga Carla Fuentes, si se llega a terminar, las personas comenzarán a quedarse en casa. En consecuencia, disminuirá su desplazamiento, “provocando pérdida de la condición física, reducción de la movilidad articular y de la masa muscular (sarcopenia), así como alteraciones del equilibrio, todas condiciones asociadas al aumento de la prevalencia de caídas, mayor dependencia”.
Bajo esa perspectiva, Más AMA tiene un enfoque en el autocuidado y la promoción de la salud, educando a los beneficiarios sobre el manejo de sus propias condiciones, como la hipertensión arterial o la diabetes mellitus, enfermedades crónicas recurrentes en este grupo etario.
“En esencia, el programa no solo mejora la calidad de vida de sus participantes, sino que actúa como un «freno demográfico» que busca asegurar que el aumento de la esperanza de vida se traduzca en más años de vida saludable e independiente, lo que es fundamental para la estabilidad social y económica de un país que envejece rápidamente”, agregó la Dra. Claudia Sáez.

La generación de una crisis en las cuidadoras y al sistema de salud
Según la Encuesta de Discapacidad y Dependencia de 2022, el 22 % de las personas mayores en Chile presentan algún grado de dependencia, de los cuales dos de cada tres son catalogados como moderados o severos, siendo esta otra de las posibles consecuencias del cierre del programa Más AMA.
Una vez generado, no solo representa un problema para la persona mayor, sino también para sus cuidadores. “Mayoritariamente son mujeres (esposas, hijas, nueras) y esto genera cambios en la dinámica familiar, en los roles y actividades. Muchas veces las encargadas de esta labor dejan de trabajar remuneradamente, lo que conduce al empobrecimiento económico de la familia”, explicó la Mg. Carla Fuentes.
La Dra. Carolina Puchi agregó que, tanto en el país como a nivel latinoamericano, los y las cuidadoras están en crisis, lo que afecta la salud pública. La mayoría de las personas que realiza esta labor, como se mencionó anteriormente, son mujeres familiares que no cuentan con la formación adecuada.
“Por esta razón, aparece la sobrecarga, que es una situación conformada por el peso emocional y física. Como resultado llega la aparición de lesiones musculoesqueléticas y la falta de tiempo para el propio cuidado”, profundizó la Dra. Carolina Puchi.
Por otro lado, las académicas plantearon que, con el cierre del programa Más AMA, la carga asistencial de los centros de salud y del recurso humano se verá aumentada, implicando costos adicionales.
“Si dejamos de invertir en prevención el eje se trasladará a un mayor gasto en salud curativa y una mayor atención hospitalaria. Habrá una mayor necesidad de servicios de rehabilitación y dispositivos de apoyo, como de subsidios y prestaciones asociadas al cuidado”, puntualizó la Dra. Claudia Sáez.