A cinco meses de su instalación: Huerto Comunitario UdeC prueba efectividad de su modelo de funcionamiento
Crédito: Esteban Paredes Drake/DirCom UdeC.
El proyecto es ejecutado por la UdeC con las juntas de vecinos Parque Ecuador Norte y Plaza Perú/Diagonal, Fundación Manzana Verde y la Facultad de Agronomía, y coordinado desde la VRIM.
Han pasado cinco meses desde la instalación de los primeros bancales y el inicio de las siembras, y el huerto comunitario de la UdeC ya empieza a entregar sus frutos.
Los participantes de la iniciativa han disfrutado de algunas preparaciones hechas con los primeros vegetales obtenidos de los cultivos y están a la espera de la cosecha de los tomates.
Estos avances coinciden con el término del proceso de instalación de este proyecto impulsado por UdeC con las juntas de vecinos Parque Ecuador Norte y Plaza Perú/Diagonal, Fundación Manzana Verde y la Facultad de Agronomía, y coordinado por la dirección de Vinculación Social (VS) de la Vicerrectoría de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio (VRIM).
Situado detrás de los gimnasios del Departamento de Educación Física, el huerto ocupa una superficie de 600 metros cuadrados, en los que las organizaciones involucradas disponen de bancales -cuatro cada una- para cultivar sus plantas.
Dentro de los resultados destacan la implementación de un sistema de operación que ha mostrado ser adecuado para los fines del proyecto.
“Ya se ve que tiene sustentabilidad de funcionamiento. Hay que recordar que la huerta comunitaria UdeC, a diferencia de otros modelos universitarios, no tiene financiamiento para su mantenimiento y operación”, dice el director de VS, Jaime Contreras Álvarez.
Acelgas, zapallos, cilantro, ajos, papas, maíz, tomates, zanahorias, girasoles, kale y cebolla son parte de los cultivos que se observan en los 20 bancales con que partió el proyecto.
Contreras señala que tanto los integrantes de la comunidad universitaria como las juntas vecinales y los integrantes de la fundación han cumplido responsablemente con el riego, el mantenimiento del lugar y sus instalaciones.
Por otro lado, comenta que se ha trabajado ampliamente en los objetivos educativos y de formación asociados al huerto, con cursos y talleres sobre riego y control orgánico de plagas impartidos por académicos y académicas de la Facultad de Agronomía, tanto para quienes cultivan allí como para el público en general, a las que se suman otras actividades educativas preparadas por estudiantes de Ingeniería Ambiental.
“Se han incorporado acciones de la Municipalidad de Concepción que, a través del departamento de Medio Ambiente, ha hecho talleres de huertos y compostaje, y también se ha sumado la Oficina de la Discapacidad con vecinas y vecinos de Concepción que también tienen un bancal y han hecho varios talleres que, si bien tienen un foco en las personas en situación de discapacidad adscritos a la oficina, son abiertos a todo público”, cuenta el académico.
Además de la implementación de un sistema de riego por goteo conectado a la red de agua potable, con la asesoría del docente de Agronomía, Walter Valdivia, recientemente se habilitaron otros cinco bancales.
El director adelanta que uno ya ha sido asignado a un grupo de estudiantes de Ingeniería Ambiental y que los otros se entregarán a colectivos que han solicitado ser parte del proyecto, como es el caso de TEA Time, una organización que atiende a personas con trastornos del espectro autista de San Pedro.
“Estamos pensando, además, incorporar al Centro de Desarrollo Integral del Niño (Cedin), en nuestra intención de ampliar el trabajo de este proyecto, porque ha habido una muy buena recepción y un alto nivel de adherencia”, afirma.
El huerto está completo y hay proyecciones de ampliarlo en 2023, para incluir una bodega de herramientas y espacios para almacigueras y compostaje.
Por otro lado, se espera avanzar en la tecnificación del sistema de riego, a la vez que se prevé una mayor participación de las facultades de Agronomía y de Ciencias Ambientales con actividades destinadas a “apoyar las dinámicas de sustentabilidad de la universidad con un producto que es el ejercicio del huerto comunitario”, adelanta Contreras.
Por otro lado, también está la idea de replicar el proyecto en Chillán en coordinación con la Dirección del Campus. “Hay harto interés de vecinas y vecinos”, asevera el académico, quien ve una buena proyección de la iniciativa en esta sede.
Los participantes
Los “socios” del huerto valoran los aportes de este proyecto en términos de aprendizajes y bienestar de las personas. “Esta es una muy buena idea, que nos permite relajarnos dos veces por semana, cuando venimos a regar”, señaló Verónica Sanhueza Morales, de Ingeniería Química.
Ella y otros tres funcionarios de la Facultad de Ingeniería se agruparon para trabajar cuatro bancales en los que han puesto papas chilotas, caléndulas, acelgas, maravilla, zanahoria y cilantro.
Ha sido un proceso de prueba y error “porque no somos expertos, pero estamos viendo algunos frutos. Ya hicimos un quiché con las primeras acelgas”, contó.
Del mismo grupo, Fabián Figueroa Galindo, destacó que el huerto este dentro del Campus. “Cuando les cuento a la gente de este huerto no creen que haya tantas personas unidas agrupadas para generar alimentos. Estamos contentos. Personalmente me gustan mucho las plantas y ahí encontramos afinidad con Verónica, nos unimos y aprovechamos la oportunidad que nos da el proyecto”, dijo.
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