Revista del MIT premia a desarrolladora UdeC que creó app para apoyar a personas autistas como Innovadora Sub 35
Crédito: Esteban Paredes Drake | Dirección de Comunicaciones
La ingeniera de proyecto del Centro de Datos e Inteligencia Artificial UdeC y creadora de Autistapp, Melissa Muñoz Flández, fue reconocida por el MIT Technology Review con el premio Innovators Under 35 Latam en la categoría Pioneros. La aplicación apoya la autonomía de personas autistas.
La ingeniera de proyecto del Centro de Datos e Inteligencia Artificial de la Universidad de Concepción, Melissa Muñoz Flández (1996), fue reconocida por el prestigioso premio Innovators Under 35 Latam, otorgado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Este galardón destaca a jóvenes cuyas innovaciones generan impacto social significativo.
Una persona involucrada diariamente en el mundo de la tecnología sabe que recibir este reconocimiento no es algo trivial. Melissa Muñoz, a pesar de llevar solo un año titulada de analista programadora, ha utilizado la tecnología para abordar desafíos asociados a las condiciones del espectro autista, convertiéndose en referente de la divulgación de la neurodivergencia.
Innovators Under 35 Latam es un premio del MIT Technology Review, revista de larga data del plantel universitario. La creadora de Autistapp, aplicación gratuita que acumula 35 mil usuarios a cinco meses de su lanzamiento y que busca entregar herramientas que fomentan la autonomía para la comunidad de personas en el espectro, desde este año forma parte de este selecto club de innovadoras e innovadores que en su versión global tiene entre sus miembros a Mark Zuckerberg.
Aunque cualquiera podría comprender la magnitud de recibir esta distinción, para Melissa la experiencia de este evento realizado el 7 de noviembre en Perú es especial. Hace algunos años decidió dejar atrás su profesión como pedagoga en Historia y reorientarse al camino de la tecnología, convencida de que podría convertirse en una agente de cambio. Y sus logros confirman que eligió la vía correcta.
«Algo que me impactó mucho», comenta Melissa, «es que en el evento de premiación me dijeron «nosotros no estamos premiando tu solución, nosotros te estamos premiando a ti por lo que tú has hecho«. La gran mayoría trabaja con equipos grandes, con equipos multidisciplinares, mientras que yo recién estoy formando equipo ahora cuando ya desarrollé mi solución. Entonces eso me generó más impacto porque fueron capaces de ver lo que he hecho. Y yo, que soy una persona que enfrenta un síndrome del impostor súper grande, que me cuesta creer en lo que hago y me cuesta valorar lo que soy capaz de hacer, que llevo muy poco en tecnología».
Más allá de lo profesional, la relación de Melissa con el autismo es personal. Fue diagnosticada a los 27 años después de un largo proceso de evaluación, motivado en gran parte por las observaciones de características comunes entre sus estudiantes y ella misma. Si bien por su edad esta identificación se considera “tardía”, le dio el impulso necesario para transformar el entorno y desafiar concepciones erróneas, haciendo entender que el autismo no es una “enfermedad” y que mucho menos requiere compasión.
«Siempre parto el pitch de Autistapp diciendo que, de acuerdo a las Naciones Unidas, somos uno de cada 100 personas. Eso es un montón de gente. Y, aparte de eso, los papers más recientes dicen que una de cada 36 personas es autista. Entonces somos mucho más de lo que la gente cree. Es una pega importante poder mostrarle al mundo de que estamos aquí haciendo cosas y que existimos. A mí la palabra inclusión me hace ruido. ¿Por qué me vas a incluir en una sociedad en la que yo ya estoy inserto?».
Precisamente, con estas cifras partió su presentación en la ceremonia de premiación de Innovators Under 35 Latam en Lima. La desarrolladora reconoce que dejar a disposición Autistapp le ha abierto las puertas a eventos en Chile y el extranjero. De hecho, poco después del evento en Perú viajó a España para participar en el Congreso de la Asociación Española de Profesionales del Autismo (Aetapi) realizado en Cádiz entre el 14 y el 16 de noviembre para exponer un póster científico relativo a la construcción de la app. Y no solo ha tenido acceso a eventos: Autistapp también le ha dado pase a las experiencias de vidas de otras personas en el espectro.
«La gente cuenta muchas cosas. Hay gente que lo simplifica y dice «la app me ayudó para esto», «me gustó tal cosa», muy breve. Pero hay gente que dice «estoy pasando por tal cosa en mi vida, he tenido que enfrentar esto, y ahí la aplicación me ha ayudado», o «me gustaría ver esto en la aplicación porque siento que me podría ayudar». Gente que me dice «mi hijo es tu fan». En el evento [Innovators Under 35 Latam] me pasó algo que fue sorprendente: una de las ganadoras me dijo «necesito sacarme una foto contigo porque tengo un amigo que te admira». Y no son de Chile, son de Bolivia. Entonces, traspasar las fronteras para que alguien diga «soy tu fan», o «conozco a alguien que te admira» es algo que jamás pensé que me iba a pasar».
Compromiso público y recursos
Para viajar a España junto a Pablo Silva Silva y César Cerda Rifo, integrantes del equipo de la app, Melissa impulsó una fuerte campaña de recolección de fondos en redes sociales que no logró cubrir la totalidad de los gastos, debiendo asumir una importante deuda. La falta de financiamiento, tanto para la aplicación como para participar en las numerosas actividades de divulgación a las cuales es invitada, genera limitaciones considerables en el desarrollo y la proyección de esta solución tecnológica.
«Necesito contratar gente que me dé apoyos, por ejemplo, en desarrollar pictogramas. Necesito que alguien se dedique a hacer eso y no hacerlo yo porque obviamente ese es tiempo en el que dejo de programar, en el que no estoy generando contactos, redes, participando en congresos y charlas. Necesito financiamiento para poder delegar, seguir avanzando y escalando el proyecto».
El trabajo para dar a conocer Autistapp ha sido a pulso, sin inversión en marketing más que las publicaciones incesantes de Melissa en Instagram y LinkedIn en las que ha relatado los avances de su creación, las participaciones en eventos y en donde educa sobre el autismo.
Cuando recién lanzó la aplicación en junio, una de sus metas fue despertar el interés del sector público y ponerse a disposición de establecimientos educativos y de salud. Si bien se encuentra en esa misión y ha tenido avances, aún queda mucho por progresar.
«He tenido reuniones con miembros de Senadis, tanto Biobío como a nivel nacional. También con el Ministerio de Salud en Santiago. Tuve también una reunión con el Centro de Innovación del Mineduc. También hay una respuesta pendiente. Esos avances a nivel gubernamental los conseguí gracias a que le escribí directamente a Presidencia. Ha sido lento, pero todo lo gubernamental es muy lento, así que espero que esto pueda seguir avanzando», manifestó.
A pesar de estas barreras, Melissa mantiene su visión: «Con el respaldo del MIT y una solución tecnológica sin fines de lucro que puede ayudar a muchas personas, siento que puedo seguir insistiendo en las instituciones públicas y privadas para conseguir financiamiento e implementar esta herramienta».
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