Científicos se reunieron para analizar preocupantes desarrollos y efectos de las olas de calor marinas
Crédito: Archivo
Expertos en cambio climático, oceanografía y ecología marina se reunieron durante tres días en el Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción para coordinar esfuerzos de investigación, que permitan conocer mejor y pronosticar estos fenómenos que pueden modificar o destruir ecosistemas marinos y provocar la muerte de arrecifes de coral como de peces y ballenas.
Las olas de calor marinas están afectando aceleradamente los procesos físicos en los océanos del mundo y, por consiguiente, el hábitat de diversas especies y ecosistemas marinos e, incluso, actividades como la acuicultura y la pesca. Es la preocupación fundamental del grupo de científicas y científicos que se reunieron esta semana en un seminario de intercambio de información y coordinación realizado en el Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción.
El término ola de calor marina se acuñó después de un evento de calentamiento sin precedentes frente a la costa occidental de Australia en el verano de 2011, que provocó una rápida extinción de los bosques de algas a lo largo de cientos de kilómetros de costa, según señala el artículo “Impactos biológicos de las olas de calor marinas” (2023), escrito por una de las principales expositoras de la reunión: Kathryn Smith, ecóloga marina de la Asociación de Biología Marina del Reino Unido.
En tanto, Neil Holbrook, experto en dinámica oceánica y climática de la Universidad de Tasmania, Australia, otro de los importantes investigadores del seminario, explica que una ola de calor marina (OCM) se produce cuando se está sobre el 10% de los máximos valores de temperatura local del océano durante 5 días o más. Y esto se produce debido a olas de calor atmosféricas locales que se generan sobre el océano, sumado a escaso viento y cielos despejados con alta radiación solar. En muchos casos también aportan a estas olas de calor marinas los efectos de eventos atmosféricos y oceánicos de mayor escala, como El Niño.
Luego de ese evento de 2011, han ocurrido otros más de alta intensidad, incluidas olas de calor vinculadas a El Niño de 2015-2016 en el Océano Pacífico tropical central y oriental, y en el Mar del Coral en 2016, 2017 y 2020. La OCM más larga registrada a la fecha cubrió gran parte del Pacífico nororiental de 2014 a 2016 y se ha relacionado con eventos de mortalidad masiva de mamíferos y aves marinas y floraciones de algas nocivas.
El océano frente a Chile no ha escapado a estos impactos, pues como explica Kathryn Smith, “durante la ola de calor de 2016 hubo dos eventos diferentes de floraciones algales nocivas o “marea roja Godzila” –como fue denominada-, que provocaron la muerte de un enorme número de peces silvestres, mientras que la mayoría de las industrias de la acuicultura perdió 100 mil toneladas métricas de salmón y trucha del Atlántico, equivalente a 800 millones de dólares, más la pérdida de 4.500 puestos de trabajo y el 15% de la producción anual que se realiza en Chile”. Este es considerado el mayor evento de mortalidad en piscifactorías a nivel mundial. También se informó la muerte de centenares de ballenas que vararon en las costas del sur chileno.
Los efectos de olas de calor marinas llegan incluso a la Antártica, una de las zonas más sensibles al cambio climático global. Andrea Piñones, doctora en oceanografía e integrante del también organizador del seminario Centro de Investigación Oceanográfica en el Pacífico Sur Oriental, explicó que “la Antártida tiene la particularidad de que es un sistema que está aislado, pero a través de teleconexiones, ya sean atmosféricas u oceánicas, estos eventos extremos pueden arribar por la atmósfera o por el océano. Y eso es lo que hemos observado”.
La investigadora explica que “ciertas áreas de la Antártica, como la Península Antártica, que es la parte subpolar, es la región más vulnerable a estos cambios, de hecho, los últimos 3 eventos más extremos de mínima extensión de hielo circumpolar se han obtenido en los últimos 6 años. Entonces, todos los años se cumple un nuevo récord mínimo de hielo marino”.
Estos y otros temas fueron analizados en este workshop “Dinámica e impactos de las olas de calor marinas en la costa y en los ecosistemas estuarinos”, organizado también por el Grupo de Investigación Interdisciplinaria de Olas de Calor Marinas Costeras. Allí conocieron los avances en las diversas áreas de estudio de estos eventos y se coordinaron para realizar investigaciones conjuntas que permitan saber cómo evolucionarán estos fenómenos en un planeta cada vez más afectado por la crisis climática global.
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