Clínica de Pacientes Especiales, una iniciativa pionera de la UdeC
Crédito: Esteban Paredes Drake
La clínica de la Unidad de Pacientes Especiales de la Facultad de Odontología se creó en 2015 y desde entonces ha atendido a más de 300 personas de todas las edades con distintas condiciones de discapacidad y/o compromiso médico.
Hasta antes de 2015, cuando Manuel Vidal Bravo tenía que llevar a su hijo Víctor al dentista, debía hacerlo en una clínica tradicional y eso implicaba muchas complicaciones y malos ratos. Víctor es parte de las más de 44 mil personas en Chile con Trastorno del Espectro Autista (TEA), por lo que acudir a una sesión de cuidado bucal siempre ha sido un tema complejo en la familia.
“Cuando me tocaba llevar a mi hijo al dentista, por lo general los profesionales sentían miedo por la reacción que podía tener al ver una aguja, a los scaler que utilizan para la limpieza, o no sabían cómo iba a reaccionar a la anestesia”, contó.
Sin embargo, esa experiencia cambió en 2015 cuando conocieron la Clínica de Pacientes Especiales de la Facultad de Odontología de la Universidad de Concepción, perteneciente a la Unidad del mismo nombre. Un espacio equipado y operado por profesionales preparados en la atención de pacientes con necesidades especiales, todas aquellas personas en situación de discapacidad y/o personas medicamente comprometidas de cualquier edad que requieran atención odontológica.
“La Unidad nace en noviembre de 2013, cuando el Decano del momento me solicitó crear una unidad que siguiera los lineamientos estratégicos de la Universidad. Y para dar respuesta a ese requerimiento, desde sus inicios realizamos docencia -en pregrado y postgrado-; en vinculación con el medio nos relacionarnos con muchas instituciones; como también brindamos atención clínica; y hacemos investigación relacionada con pacientes especiales”, contó la Encargada de la Unidad, Dra. Lorena Orellana Salazar.
El Decano de la Facultad de Odontología, Dr. Raúl Alcántara Dufeu, destacó el enorme servicio a la comunidad que entrega la Clínica de Pacientes Especiales, “pionera a nivel nacional, única en la Región del Biobío, con más de 10 años de existencia y un equipo multidisciplinario de profesionales preparados para atender a pacientes con discapacidad o compromiso médico, el cual incluye a profesionales con grado de doctor, diplomados, magíster y años de servicio comprobado en la atención de pacientes especiales, aquellos que requieren un cuidado especial”.
Además, destacó que “nuestro objetivo es atender a estos pacientes que no pueden ser atendidos en otro lugar, porque no existen lugares con la indumentaria o infraestructura adecuada para ello. Entonces, nuestra, clínica les entrega una atención integral y a un valor menor que el de mercado, porque solo se cobra el equivalente al precio de los insumos médicos».
Desde entonces, la clínica ha atendido a más de 340 pacientes.
Equipamiento especial
La clínica de la Unidad está ubicada en el primer piso de la Facultad para favorecer el acceso a todas las personas, está equipada especialmente para facilitar la atención de personas con discapacidad física, sensorial, mental o retos múltiples.
La clínica cuenta con un reclinador de silla de ruedas único en regiones, que permite realizar el tratamiento dental de las personas con discapacidad sin necesidad de sacarlas de sus sillas. “Muchas veces las personas sienten la silla de ruedas como una extensión de su propio cuerpo, por lo que sacarlas de ella les genera mucha incomodidad y ansiedad”, agregó.
Adicionalmente, está equipada con un pasamanos a doble altura y un sillón de atención sin apoyabrazos para facilitar el ingreso a personas con movilidad reducida. También se tuvo cuidado en escoger el color de las paredes de la clínica y la decoración del lugar, evitando tonos muy fuertes y brillantes para facilitar la experiencia a personas más sensibles a los estímulos.
Diferencia abismal
Todas esas prestaciones han coronado la buena experiencia que ha tenido Manuel en la clínica en el tratamiento con Víctor y con José Lautaro, su otro hijo, quien también recibe atención de la Unidad de Pacientes Especiales de la UdeC.
“Es súper buena la atención. Se nota que las profesionales están realmente capacitadas para atender a niños con necesidades especiales. Ellos se adaptan a los niños, no los niños a los profesionales y eso es muy relevante porque a mí me tocaba llevar a mi hijo a otros dentistas particulares y no era lo mismo. Acá los trabajan con cuidado y se adaptan a ellos”, contó.
Respecto de la diferencia que percibió entre una clínica tradicional y el servicio de la Facultad de Odontología, dijo que “hay una diferencia abismal, ellos son especialistas y se adaptan a este tipo de personas. No todas las personas tiene la misma patología o las mismas reacciones, y los profesionales de la Universidad de Concepción están preparados para ver todos esos casos y atenderlos de la manera que corresponde”.
Lo más importante, añadió, es que la atención no sólo la reciben los pacientes, sino que también la familia, quienes reciben orientación precisa y oportuna respecto de los procedimientos que reciben los pacientes.
“Hay una buena comunicación, sabemos que les hacen y cuáles son los cuidados que se deben tener con el paciente. No era así cuando íbamos a otros dentistas particulares, no se acercaban a nosotros para contarnos cómo avanzaba el tratamiento”, agregó Manuel.
Dotación interdisciplinaria
En la clínica trabajan 14 profesionales. Además de odontólogos y odontólogas especialistas, también cuenta con una asistente dental, una enfermera, una bióloga y una trabajadora social. Esta última les ayuda a cumplimentar parte de la historia clínica de los y las pacientes, lo que les permite planificar el tratamiento, la adherencia al mismo, entre otros aspectos.
“Contamos con el apoyo de una Trabajadora Social que nos ayuda a cumplimentar la historia socio-familiar de los y las pacientes. Ella completa los datos del usuario o de la usuaria, por tanto, no sólo consideramos los antecedentes médicos, sino también el entorno de la persona; lo que es muy importante para nosotros porque así sabemos en qué condiciones está la persona, su familia y también cuáles son sus redes de apoyo, lo que facilita o dificulta la adherencia al tratamiento, por ejemplo. Esto nos da mucha información para tomar decisiones sobre lo que realizaremos”, contó la Dra. Orellana
“Es muy importante conocer el entorno de el o la paciente. Principalmente, porque hay cuidadores o familiares que facilitan su atención y otros que no tanto, lo cual puede influir en el plan de tratamiento propuesto. Con el tiempo uno va conociendo a sus familias, lo cual te permite adaptarse al o a la paciente y también a su entorno”, complementó.
- Compartir
- Compartir
Noticias relacionadas
Reportajes