Reaparición de malos olores en Talcahuano: un problema de gestión de la industria pesquera

Tal como informó Diario Concepción, el Centro de Salud Familiar de San Vicente, comuna de Talcahuano, recibió casos de personas con síntomas que indicaban exposición a malos olores provenientes de las diversas industrias pesqueras del sector.

Una acumulación de materias primas de la citada industria ha sido el detonante principal de la presencia de malos olores en algunos sectores de Talcahuano, panorama que trajo al recuerdo algo que ya se creía erradicado y que fue una mala característica del primer puerto industrial, militar y pesquero hasta hace algunos años. 

“El impacto es negativo desde todo punto de vista, tanto para las comunidades como para las empresas. El sector industrial ha hecho enormes esfuerzos por incorporar prácticas y tecnologías que le permitan superar estos eventos, que son evitables con una buena gestión”, precisa el Dr. Claudio Zaror Zaror, académico del Depto. de Ingeniería Química de la Universidad de Concepción.

El docente, cuya líneas de investigación van asociadas a la ingeniería sustentable y la evaluación del ciclo de vida de procesos y productos, se concentra en la gestión, la forma en cómo se maneja el sistema; ya que en todo este proceso hay un punto fundamental, que radica en lo que se va recibiendo y lo que se va procesando. “Si recibo más materia prima de la que estoy en condiciones de procesar y mi capacidad de almacenamiento y refrigeración no son suficientes, evidentemente vendrá la descomposición y con ello los malos olores”, explica el docente del Depto. de Ingeniería Química. 

El especialista también alude a que se debe evaluar en qué condiciones llega la materia prima después de los procesos de extracción, esto de manera transversal, desde la pesca artesanal a la industrial. “Si no hay una adecuada gestión logística, una vinculación entre quienes proveen la materia prima y quienes la procesan, existirán dificultades, sobre todo si hay condiciones como las actuales, donde las temperaturas están más elevadas y por tanto los procesos de descomposición son más rápidos”, apunta el profesor titular de la Facultad de Ingeniería UdeC. 

De todas maneras, el Dr. Zaror recalca que existe un escenario muy diferente al de 10 o 15 años atrás, tanto en la capacidad de los organismos fiscalizadores como en las tecnologías que están disponibles para poder monitorear. 

“Hoy hay empresas que están mucho más consolidadas en el tema de detección de olores, de paneles de olores, lo que además permite contar con mapas de olores, y con ello llevar una medición en tiempo real, detectar con más facilidad cuáles son las fuentes. Evidentemente que la situación actual es más favorable para una gestión adecuada”, sentencia el académico UdeC.