Esculturas blancas son sometidas a proceso de conservación y restauración
Crédito: Dirección de Comunicaciones UdeC
Instaladas a partir de fines de la década del 30, durante la Rectoría de Enrique Molina Garmendia, estas obras son reproducciones emblemáticas de la escultura nacional, así como otras piezas del arte clásico, las que fueron solicitadas al taller de copias del Museo Nacional de Bellas Artes.
Como parte del plan regular de conservación y mantención del patrimonio universitario, se está realizando una campaña de restauración de las “esculturas blancas” ubicadas en diferentes sectores del campus Concepción.
Instaladas a partir de fines de la década del 30, durante la Rectoría de Enrique Molina Garmendia, estas obras son reproducciones emblemáticas de la escultura nacional, así como otras piezas del arte clásico, las que fueron solicitadas al taller de copias del Museo Nacional de Bellas Artes. Con los años, estas piezas se han convertido en parte importante del campus, dotándolo de un significado estético y patrimonial.
De las 18 piezas escultóricas existentes en el campus universitario, ocho corresponden a esta categoría de “esculturas blancas”, realizadas en vaciado de hormigón, cal y arena.
Javier Ramírez, de la Unidad de Patrimonio de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, señala que estas esculturas no sólo hablan sobre la idea que se tuvo de la Universidad de Concepción al momento de instalarlas, a finales de los años 30, sino que a través de la valoración de ellas que por décadas ha hecho la comunidad, se han transformado en un elemento identitario del campus Concepción.
“Las esculturas representan, específicamente, incluso independiente de los edificios, distintos momentos del campus. Se emplazaron en el año 1938 y existía un número mayor, ubicadas en distintos lugares, alrededor de paseos o las avenidas de circulación vehicular. Por lo cual, en pleno siglo XXI, estas esculturas son testigos del desarrollo urbano del campus”, dice.
Al ubicarse en el espacio público, estas obras están constantemente expuestas a suciedad, polvo, la misma humedad del campus y, también, intervenciones de personas. Sobre todo, esto último ha obligado a repintar en varias ocasiones las obras, perdiéndose en este proceso elementos propios del modelo original de la copia.
Por ello, sostiene Ramírez, ya no basta un proceso de mantención, sino que se necesita realizar un proceso de restauración en pos de su conservación.
En ese contexto, la Dirección de Servicios junto a la Unidad de Patrimonio decidieron retirar las esculturas para iniciar un proceso de restauración en pos de su óptima conservación. Esto contribuye, además, a la realización de un catastro de las piezas escultóricas, registrando su estado de conservación, investigando detalles de su adquisición y sus variaciones de emplazamiento, estableciendo nuevos protocolos de estrategias futuras para su mantención, en el momento en que se vayan a reinstalar.
El Director de Servicios, Alejandro Tudela, explica que el objetivo básico de este trabajo es la preservación y conservación del patrimonio arquitectónico de la Universidad.
“Este proceso de retiro de esculturas forma parte de un plan global de conservación y restauración del patrimonio universitario, en específico en el caso de las esculturas blancas que son copias de obras clásicas nacionales internacionales, lo que estamos haciendo es un proceso regular de restauración, consistente en retirar las obras para proceder a su decapado y aplicando, a posteriori, un material de protección. Esto comenzó hace tres meses con el retiro de Juana de Arco, escultura ubicada al costado del edificio Virginio Gómez”, señala.
El proceso de restauración considera decapar las esculturas, es decir, retirar las capas de pintura que se han ido aplicando en el tiempo, hasta llegar al material base. Una vez listo esto, se tratan las grietas, se refuerza la escultura y se cubre con un material protector, para volverlas al lugar original.
Este proceso, que por su factura manual demora aproximadamente cuatro meses por cada obra, se realizará con las esculturas que se encuentran dentro del polígono patrimonial y en las zonas aledañas, en particular las que están fuera de la Casa del Deporte.
Para llevar a cabo esta actividad, señala Alejandro Tudela, se debió solicitar permiso al Consejo de Monumentos Nacionales y se está pidiendo asesoría técnica al Centro Nacional de Conservación y Restauración que, en esencia, apoyará en el cómo llevar a cabo esta restauración.
“Para llevar a cabo este proceso, se solicitó permiso al Consejo Monumentos Nacionales. Parte de estas obras están dentro del polígono patrimonial o en sus cercanías, por lo que es necesario pedir permiso. También estamos pidiendo asesoría al Centro Nacional de Conservación y Restauración para que nos apoye en este proceso”, dice.
Una vez concluido el trabajo de restauración de las esculturas y sus respectivos plintos o bases, las obras regresarán a su emplazamiento dentro del campus universitario.
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