Fortalecer la colaboración entre miembros de la organización, la prioridad del nuevo presidente de la WFME

“De todo lo malo, algo bueno sale”, afirma el médico mexicano Ricardo León Bórquez cuando mira en retrospectiva el impacto que, en sus momentos más críticos, tuvo la pandemia sobre la formación de los futuros profesionales de la salud.

“Cuando esto empezó, todas las escuelas de Medicina se vieron afectadas de alguna manera, pero teníamos cierto desplazamiento entre lo que estaba ocurriendo en el norte en relación a lo que pasaba en el centro y en el sur (del continente), entonces las experiencias que empezaron a tener nuestros hermanos canadienses y de Estados Unidos nos las empezaron a compartir y nosotros veíamos si eran compatibles con nuestra idiosincrasia y si funcionaba lo hacíamos y así México lo compartía luego con Centroamérica y Sudamérica”, cuenta el nuevo presidente de la Federación Mundial de Educación Médica (WFME, en inglés).

El Dr. León fue elegido en el cargo en la jornada de clausura de la vigésima segunda versión de la Conferencia Panamericana de Educación Médica (Copaem) que tuvo como sede a la UdeC, con la Facultad de Medicina como anfitriona, siendo la primera oportunidad en que la reunión se lleva a cabo en Chile.

Durante la fase más dura de la pandemia y hasta esta semana, el académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara -de la que jubiló hace poco- estaba a la cabeza de la Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades y Escuelas de Medicina (Fepafem) y desde el ejercicio de esa función recuerda que la situación mundial permitió estrechar la comunicación y colaboración entre los países, que se unieron preparando recursos y conferencias compartidos para enfrentar el momento que, en principio, se pensaba no duraría más de seis meses.

“Pero fue más y al final entendimos que teníamos que cambiar el modelo de enseñanza e irnos hacia la virtualidad y empezar a apoyarnos con simuladores médicos, que permitieran a los estudiantes tener prácticas, y buscar voluntarios que quisieran entrar a la atención de pacientes Covid inclusive, apoyar en las vacunaciones o trabajar en las comunidades rurales luchar contra la desinformación. Fue una colaboración muy agradable y muy bonita entre todas las escuelas de Medicina del continente y obviamente todo esto favoreció que nos uniéramos. De alguna forma fue sacar de lo malo lo bueno”, recuerda el profesional que actualmente se desempeña como consultor de Educación Superior y Ciencias de la Salud.

Es justamente lo que pasó en pandemia, el fortalecimiento de la colaboración, lo que estará en la base de su gestión a la cabeza de WFME, organismo que agrupa a seis federaciones a nivel mundial -las divisiones Panamericana, Europea, Mediterránea Africana, Asiática y Asiática Pacífico-, además de las representaciones de estudiantes de Medicina, la red de estudiantes residentes, el ente regulador de la educación médica para ingresar a Estados Unidos (EPMG) y la Organización Mundial de la Salud.

“Lo primero que me toca es juntar a todas las organizaciones (de la WFME) a trabajar de forma más conjunta, más coordinada; buscar la manera de ayudar a las escuelas para que establezcan mayor comunicación entre ellas y más intercambios de estudiantes; fomentar la colaboración con materiales desde las regiones que tienen más recursos, con las de menos recursos e implementar medidas que nos permitan la colaboración entre todos”, indicó.

Otra de las preocupaciones del organismo es ver las brechas de formación que han dejado las contingencias del coronavirus.  

“Ha habido afectación, no se puede negar, pero se han hecho esfuerzos en todas las escuelas para tratar de solventar esos problemas; algunos en los primeros años de residencia, dando cursos remediales y cursos adicionales para que, de alguna manera, puedan obtener las experiencias que se han perdido durante algún tiempo de la formación de ellos. También ha habido pérdida de relación entre los compañeros, estudiantes que estaban en segundo año de Medicina y no conocían a sus compañeros, pero ahora están regresando, se están conociendo todos, empezando a reunir y a compartir”.

-¿Cómo cambia la visión de la formación de los profesionales de la medicina cuando se vive una crisis sanitaria tan importante como esta pandemia?

Una de las cosas que nos ha dado la oportunidad de ver es que muchos de los sistemas que teníamos implementados en los sistemas de salud no eran lo adecuado para lo que sucedió y nos ha permitido observar que la atención primaria en salud, que es un modelo que estamos tratando de resurgir a través de la Fepafem,  hubiese trabajado mucho mejor que lo que realmente teníamos.

Porque si tenemos al médico en las comunidades, en las fábricas u otros lugares se puede hacer un papel mucho mejor que el que hacen los médicos que tenemos metidos nada más en los hospitales. 

Entonces, una de las conclusiones que sacamos es que la atención primaria en salud -la que se hace de modo integral y en lugares cercanos a la población- es un enfoque que tenemos que reforzar en todas las escuelas y tenemos que acompañar a los ministerios de salud para que se den cuenta de la importancia que tendría hacer este cambio, en lugar de tener las especialidades terciarias únicamente en los hospitales, a los que muy poca gente tiene acceso.

-La pandemia también reforzó movimientos como Una Salud (One Health) que habla de mirar de forma mucho más integrada la relación entre medicina humana y animal, y el medioambiente ¿Cómo ve esto?

One Health es un movimiento fuerte, que incluye la medicina humana, la medicina veterinaria, el ambiente; entonces cuando pones en consideración todo el entorno,  todo lo que nos rodea vemos que hay mucha razón. No somos nada más médicos o enfermeras o no es nada más la naturaleza, convivimos todos: animales, naturaleza y nosotros.  Cuando veamos una perspectiva diferente, podremos trabajar en mejor forma y creo que entre todos podemos hacer una mejor salud para la población, que es lo que finalmente nos importa.